Lo que han ganado los cristianos de Irak con las guerras del Golfo

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Los cristianos, desde hace siglos, todo y que en Oriente Medio se inició el cristianismo, son minoría en la región. En muchas épocas los cristianos han sido apreciados y respetados por las comunidades musulmanas, en otras han sido duramente perseguidos.
Desde las dos guerras del Golfo la situación de los cristianos en Irak es agónica. El respeto e incluso la admiración que gozaban se han convertido en un odio desmesurado. Actualmente son despreciados y podemos decir con todas las letras: perseguidos.

¿Qué ha provocado este cambio tan radical? El detonante de la situación la provocó los que no tenían idea de lo que puede suceder en las regiones de Oriente Medio cuando se rompe un equilibrio difícil de sostener. Los que mejor conocían la situación clamaron a todas voces un no a la guerra que no fue escuchado ni tenido en cuenta por los que tenían otros intereses en la zona.

Ser cristiano en el mundo musulmán es ser amigo de Occidente y la guerra en Irak les ha venido de Occidente. Se derribó el gran terrorista Saddam y los mismos que lo derribaron dejaron entrar por las fronteras sin hacer el mínimo control, otros muchos terroristas que se han afincado en la región de Mesopotamia.

La iglesia de Nuestra Señora de la Salvación, en el barrio de Karrada, en Bagdad, está situada a poca distancia de nuestro hospital de San Rafael y de otras obras que la Congregación tiene en dicho barrio. Entre los asistentes a la Misa del domingo en dicha iglesia siríaca, se encontraban una profesora de nuestro Jardín de Infancia a la cual le han tenido que extraer una bala del brazo y una enfermera del hospital San Rafael que también resultó herida.

Bagdad está consternada. No sólo la comunidad cristiana sino también muchos buenos musulmanes que no están de acuerdo con la violencia desatada en su país. En el barrio de Karrada hay muchas familias musulmanas que tienen muy buena relación con nuestras hermanas que hace más de un siglo están incardinadas en el barrio. Ellos son testigos oculares de que nuestras hermanas nunca han hecho diferencias entre cristianos y musulmanes, todos han sido siempre bien atendidos en el hospital y han recibido la visita de las hermanas cuando han tenido enfermos incurables, en los momentos más crudos de la última guerra, se refugiaron en el sótano del hospital como otros tantos. En muchas ocasiones los vecinos dicen que las hermanas con su hospital “religioso” los protege. En esta ocasión no ha sido así para la vecina iglesia con los fieles que cumplían con su precepto dominical.

Cincuenta y cuatro muertos con sus dos jóvenes sacerdotes que cuando se ausentaba nuestro capellán, celebraban ellos la Eucaristía en nuestra iglesia que comúnmente llaman la iglesia latina porque nosotras somos de rito latino por ser nuestra congregación de origen francés.

Que el Señor acoja a los que fueron a orar y encontraron la muerte, así como a los terroristas y a los guardias de seguridad y conceda a este pueblo la paz. Texto: Hna. María Nuria Gaza.
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