En Picanya con voluntarios de “todo” España Fernando: “El protagonista es el pueblo”
“Llegué a las cinco de la mañana y me di cuenta de que esto era un desastre, la gente estaba en shock todavía”
"España es uno de los pueblos más solidarios que yo he visto, y eso me llena de orgullo"
"De 1€ en 1€ se hacen miles de euros"
"De 1€ en 1€ se hacen miles de euros"
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
Inicialmente los cuatro que íbamos desde Vitoria a Picanya nos habían destinado a pernoctar a Torrent, una localidad a poco más de un km donde la casa parroquial se había habilitado para acoger a policías y bomberos. Pero las Auxiliadoras parroquiales de Cristo Sacerdote, que colaboran con la parroquia de Picanya nos acogieron junto a otros voluntarios llegados de Barcelona y Valladolid y que se habían encargado de organizar el punto de recogida y apoyo que se creó en el patio de las monjas.
El trabajador de una inmobiliaria, un mecánico, una enfermera, … diversidad de oficios, de edades y seguramente de ideologías. Pero esas diferencias no existían, dormíamos en el mismo suelo, tomábamos el mismo café de las monjas y algunos la sopa y la tortilla que nos hicieron para la cena.
Cuando llegamos a las nueve de la mañana del sábado a dos kms de Picanya, las tres horas que tardamos en recorrer esos 2000 metros fuimos espectadores de la riada humana de, sobre todo, gente joven con sus palas, escobas, cubos, azadas, guantes, botas, epis, …pertrechados para “la guerra” contra el barro.
Autobuses con voluntarios pero sobre todo miles de voluntarios que llegaban a pié. Muchos habían dejado el coche en el arcén y hacían los últimos kms a pie para llegar antes.
En los cruces policía militar y policía local (de otros pueblos de Valencia) ordenaban el tráfico y daban los acceso según las órdenes del alcalde. De hecho durante la mañana la furgoneta cargada con ayuda la tuvimos que dejar en un polígono industrial hasta que a las 3 de la tarde nos permitieron entrar en el pueblo.
Cuando llegamos a la Iglesia nos presentamos al cura y nos pusimos a su disposición. Subimos a los locales donde ya estaban con el proceso de quitar el barro a las imágenes y a los lienzos rescatados. Una labor agradecida cuando bajo el barro vas descubriendo el lienzo del Bautismo de Jesús o el pan de oro del marco.
Damián se quedó en la planta baja limpiando y Ramón ayudando a las monjas.
Era fácil distinguir a los habitantes de Picanya, son los que te dan las gracias por estar allí.
Si bien es cierto que el gran trabajo que hay que hacer corresponde a la maquinaria pesada una pequeña ayuda no se desprecia para retirar el barro y el lodo que aún permanece en las calles.
Pero lo que queda ya son labores muy profesionales: los que manejan las máquinas que retiren los vehículos y la basura acumulada; los profesionales que revisen las conducciones de agua de la ciudad, las brigadas de limpieza posterior de calles y plazas y lo último del todo la limpieza del barranco que ahora está siendo el vertedero lógico de todo lo acumulado.
Es muy importante que el Estado, los bancos las grandes empresas establezcan medidas condonatorias de deudas, descuentos y subvenciones para la compra de nuevos materiales. Nadie debería enriquecerse en esta situación, los márgenes de beneficio deberían reducirse a lo justo y necesario para cada empresa o intermediario.
La tragedia de la DANA está llena de historias y nosotros hemos dado con una de ellas, la de Fernando. Es de Ponferrada, ahora se encuentra de baja por una enfermedad neurodegenerativa, pero sus conocimientos de rescatismo y su formación como buzo le empujó a coger el material que consideró necesario y plantarse tres días más tarde en la primera localidad que respondió a sus e-mails, la parroquia de Picanya.
Él mismo nos cuenta su experiencia.
El Ayuntamiento de Picanya ya le ha reconocido su labor humanitaria y organizadora.
En la entrevista Fernando critica que con el tiempo el Estado va dejando de lado a las víctimas de las catástrofes naturales, y pone como ejemplo el Volcán de la Palma donde aún siguen familias viviendo en barracones.
Y luego insiste en la posibilidad de ayudar euro a euro entre todos.
Sin duda organizarse es una de las claves del éxito en una acción en la que participen muchas personas.
Cuando hemos llegado se ha visto cierta organización y coordinación dentro del caos desolador que la imagen te ofrece. En algunas zonas el mal olor es evidente y está presente,pero no en todas. No obstante a medida que vas conversando con personas te refieren que Picanya es de los lugares que mejor está, que en Paiporta las ratas campan a sus anchas y se mantiene el rumor de la indefinida cifra de desaparecidos.
Non solum sed etiam
De Vitoria-Gasteiz, pocas horas antes que nosotros salieron otras furgonetas cuyo destino final fue Benetusser. Allí se encaminaron Ruben, Diego y sus amigos del Centro Asturiano y Sapiens repartidos en 7 furgonetas. El punto de referencia fue el Colegio Blasco Ibañez aunque luego se movieron por toda la localidad. En el colegio entregaron el material recogido en Vitoria.Gasteiz y que procedía de las donaciones llegadas al propio Centro Asturiano, de las recogidas por parte de la Asociación Ucrania-Euskadi, las aportadas por la policía municipal de la ciudad, la Asociación de vecinos de Zabalgana, un grupo de Batukada, el Colegio San Prudencio o la Escuela de Danza, cuya directora, Ainara, se sumó a la expedición.
Al igual que Rubén ahora la mayoría de los que hemos estado allí nos planteamos una continuidad de acción-reacción. Es decir preguntar qué necesitan e intentar lograrlo.
En las redes sociales: @rubenramosfernandez instagram, facebook, pueden encontrar información más detallada de la labor de esta gente.
Yo por mi parte estoy en conversaciones con unos amigos para organizar algún tipo de ayuda a la parroquia de Picanya, si cristaliza en algo os lo haré saber
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