El pasado viernes se presentaba en Vitoria el libro que lleva por título “Si no puedes perdonar esto es para ti”. Siete testimonios de perdón recogidos por las monjas dominicas del monasterio de San Blas en la localidad burgalesa de Lerma.
El acto tuvo lugar en la catedral Nueva de Vitoria, en el marco de las celebraciones de los viernes. Tras el Rosario y la Misa, presidida por monseñor Elizalde tuvo lugar un largo tiempo de Adoración al Santísimo con textos del Evangelio, canciones del disco que acompaña al libro y reflexiones del obispo de Vitoria. A continuación una de las personas que han colaborado en el libro, Isabel, ofreció su testimonio: en 1996, en un mercado de Madrid, su hermano mayor fue asesinado a sangre fría de dos disparos por enfrentarse a los atracadores que amenazaban a la cajera. Sus padres mostraron una actitud de perdón desde el primer momento, ella ni entendía la actitud de sus padres ni la compartía. Pasaron años hasta que Dios le regaló el don del perdón.
Impresionaba ver la serenidad con que Isabel relataba los hechos y sentimientos vividos en todo el proceso, no solo por haber participado antes en varias presentaciones del libro en otros lugares, sino por una verdadera paz interior.
Son muchos los ejemplares del libro que han sido adquiridos en Vitoria, algunos de ellos acabarán circulando de mano en mano y ayudando a descubrir que para Dios nada hay imposible, incluido perdonar lo imperdonable.
Non solum sed etiam.
Testimonios como el de Isabel, y el resto de los que incluye este libro no dejan indiferente a nadie. Quien haya pasado por una situación similar o aproximada a la que vivieron cada uno de los protagonistas de las siete historias serán los primeros en entender a los que han dado su testimonio en su dolor y los primeros en preguntarse si para ellos ese perdón es posible.
Pero el resto de los mortales, sin llegar quizá a hechos tan graves y tremendos como los que se relatan, también somos protagonistas de nuestras pequeñas historias de “no poder perdonar”. Y la imposibilidad de perdonar, da igual que sea a pequeña o gran escala, mata, mina por dentro a la persona y acaba con su felicidad.
El libro no da recetas mágicas, pero sí algunas pistas que en algún momento pueden hacerse presentes en nuestras vidas y que son la llave de la puerta del perdón. El perdón para uno mismo o el perdón para los demás. Ambos son necesarios, importantes y sanadores.
A las puertas de cerrar este Año Santo de la Misericordia este libro puede ser un perfecto punto y seguido para muchas historias llamadas a tener un final feliz.