"Queiruga sabe que nos ha hecho un inmenso bien" ¿Magisterio vs teología?

(Isabel Corpas).- Durante las últimas décadas he seguido de cerca la producción teológica de Andrés Torres Queiruga y sus planteamientos me han permitido acoger, desde una fe adulta, los contenidos del mensaje cristiano. Y son estos planteamientos los que los obispos españoles glosan en su "Notificación" de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe publicada el pasado 30 de marzo, calificándolos como "incompatibles con la fe".

Para cuestionar y rechazar la interpretación que el teólogo gallego propone de la revelación, la resurrección de Jesús y el pluralismo religioso desde el nuevo paradigma correspondiente al contexto cultural actual en el cual un "cristianismo premoderno" difícilmente encuentra lugar, recurre el documento a declaraciones de los concilios de Lyon y IV Letrán (s. XIII), Florencia (s. XV), Trento (s. XVI) y Vaticano I (s. XIX), recogidos en el Catecismo de la Iglesia Católica que se esgrime como argumento definitivo.

Sin contextualizarlas ni anotar los cambios ocurridos en el devenir de la historia, argumentan desde viejos paradigmas.

No soy quién para defender al autor o contradecir a una autoridad eclesiástica. Pero no puedo pasar por alto y lamentar este nuevo episodio de las relaciones entre teología y magisterio en el que, una vez más, como en los episodios de Boff y Sobrino, se enfrentan dos horizontes de comprensión, dos lenguajes, dos claves que resultan disonantes, y en los que se pone cortapisas a la investigación teológica, cuya función es repensar, desde la fe, los contenidos de la fe.

Mi buen amigo el profesor Torres Queiruga sabe que nos ha hecho un inmenso bien a sus lectoras/es en su intento por "repensar la enseñanza tradicional de la Iglesia", como reza la "Notificación", y responder a los retos de la teología en el tercer milenio.

Isabel Corpas de Posada

Doctora en  Teología

Investigadora del Hecho Religioso

Instituto Colombiano para el Estudio de las Religiones ICER

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