Dios y yo: el todo y la nada. Puntos de meditación. 28-11-21
Trabajemos en nuestra santificación; es nuestro único negocio.
No hay que andar en regateos con el Señor; darlo todo.
Probemos que queremos al Señor, adquiriendo humildad, sufriendo todo por amor.
La práctica de las virtudes y la oración atraen las misericordias del Señor sobre el mundo entero.
Por muy viejas que sean nuestras pasiones, tengamos confianza en nuestro Dios y pidámosle ayuda.
Siempre ve Jesús nuestra abnegación y sacrificio, ve nuestro esfuerzo buscándole.
Dios y yo: el todo y la nada; solo Dios basta. El yo desaparece, pero amando.
El alma que quiere agradar a Dios procurará en sus obras que solo Él sea glorificado.
Varias meditaciones con ideas de Genoveva Torres
José María Lorenzo Amelibia
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