Periodista en África Occidental, ganador del XVI Memorial Joan Gomis en modalidad de trayectoria José Naranjo Noble: “La dominación sobre África no es un sino del destino. Fue creada por personas y otras personas pueden cambiarla”

José Naranjo Noble, tras recibir el premio Memorial Joan Gomis.
José Naranjo Noble, tras recibir el premio Memorial Joan Gomis.

"Me interesan las historias profundamente humanas, que nos hablan de los niños que fuimos, de las ganas de salir adelante, de la sed de igualdad, pero también las que nos muestran lo injusto de este mundo"

"No se puede entender el hecho migratorio si no buceamos en las causas profundas, en los por qués pero también en los cómos, en las rutas, en los actores que participan en ella"

"Ver morir a un niño de malnutrición es una experiencia muy dura que creo que removería a cualquier ser humano. Sobre todo porque es algo evitable, porque hay mecanismos y sistemas que se podrían cambiar para impedir esa atrocidad"

Considera que uno de los defectos del periodismo en la actualidad es la prisa. A las historias, dice, hay que dedicarles el tiempo que merecen, y hay que volver a los sitios cuantas veces sea necesario. Eso es lo que lleva haciendo José Naranjo Noble, periodista freelance en África occidental, desde los inicios de su carrera. Nacido en Telde, Gran Canaria, a lo largo de más de dos décadas Naranjo ha cubierto la epidemia de ébola, la violencia de Boko Haram, el yihadismo en el Sahel, la transición en Gambia y las principales rutas migratorias de África. Corresponsal de El País y colaborador de otros medios como la SER, Mundo Negro o La Provincia, es autor de los libros periodísticos Cayucos (2006) y Los invisibles de Kolda (2009). El pasado 25 de noviembre estuvo en Barcelona para recoger el premio Memorial Joan Gomis en modalidad de trayectoria.

¿Qué significa para ti recibir este reconocimiento? 

Es un honor y una gran alegría tanto por el prestigio del premio como por su enfoque, prestando especial atención a la solidaridad y los derechos humanos y dando aliento a quienes intentamos que en el panorama informativo entren temas y lugares del mundo que no suelen ocupar las primeras páginas o las cabeceras de los informativos.

¿De dónde procede tu interés por África?

Mi interés por África procede del fenómeno migratorio. Cuando daba mis primeros pasos como periodista en Canarias comenzó la llegada de pateras a las islas orientales, lo que despertó mi curiosidad por saber qué ocurría en el continente africano, cuáles eran las razones que empujaban a los jóvenes a subirse a esas embarcaciones y arriesgar la vida para llegar a Europa. Fue allá por el año 1998 y mi primer viaje al continente fue un año más tarde, en concreto a El Aaiún. Después fui al sur de Marruecos, Argelia y a partir de 2004 comencé a recorrer los países de origen, sobre todo Mauritania, Malí y Senegal. En 2011 decidí instalarme en este último para tratar de cubrir la realidad informativa de la región, no solo el tema migratorio. Desde entonces vivo en Dakar.

Mireia Angerri y José Naranjo.
Mireia Angerri y José Naranjo.

¿En qué te basas para buscar historias? ¿Qué temas te atraen?

Creo que es una combinación de elementos. En primer lugar deben captar la atención del público, que sean atractivos. Para mí la clave es que los lectores se puedan sentir identificados con aspectos de los personajes, esas características que compartimos todos los seres humanos. Me interesan las historias profundamente humanas, que nos hablan de los niños que fuimos, de las ganas de salir adelante, de la sed de igualdad, pero también las que nos muestran lo injusto de este mundo.

Hablas de liberarnos de los mitos que circulan sobre África, ¿cuáles son estas ideas preconcebidas y erróneas que tenemos los occidentales de este continente y sus gentes?

En Europa existe una visión esclerotizada de África que apunta casi siempre en la misma dirección, la del hambre, la pobreza, las guerras, las enfermedades y la inestabilidad. En primer lugar hay que entender por qué esa realidad, que es innegable, existe. Pero también hay que completar la visión, hay muchas otras realidades que quedan ocultas. África es fascinante, hay una vibrante sociedad civil, gente que quiere cambiar las cosas, democracias, etc. Hay luces y sombras, sin duda, reducirlo todo a la oscuridad no solo es injusto sino falso.

Como canario y periodista has vivido la crisis migratoria en Canarias desde sus inicios hace más de veinte años. ¿Qué sentiste al presenciar tan de cerca aquel drama?

Me pareció que no podíamos contar algo tan grande quedándonos solo con la mirada desde una de las orillas. No se puede entender el hecho migratorio si no buceamos en las causas profundas, en los por qués pero también en los cómos, en las rutas, en los actores que participan en ella. Toda esa parte del hecho migratorio es la que explica lo demás, la historia estaría incompleta.

"En África hay señales positivas, pero los procesos históricos son lentos y el sistema económico mundial se apoya en la dominación sobre el continente, se nutre de la injusticia"

El hambre es una de las realidades africanas que más han herido tu sensibilidad como persona. Cuando presenciaste la muerte de una niña por malnutrición, te preguntaste de qué sirve tu labor como periodista. ¿Has encontrado la respuesta? 

Sí y no. Ver morir a un niño de malnutrición es una experiencia muy dura que creo que removería a cualquier ser humano. Sobre todo porque es algo evitable, porque hay mecanismos y sistemas que se podrían cambiar para impedir esa atrocidad. Como periodistas no podemos desfallecer en la denuncia pero tenemos que ser conscientes de que es difícil cambiar las cosas. Nuestro trabajo es contar, contar y contar y tener la confianza de que hay alguien al otro lado con capacidad de decisión para hacer algo. Veo a jóvenes periodistas que vienen detrás con ese afán, así que creo que hay periodismo para rato.

Naranjo, saluda a un vecino, en Dakar.
Naranjo, saluda a un vecino, en Dakar.

¿Existe alguna razón para creer que África pueda salir algún día del yugo de la violencia y el sometimiento a las grandes potencias del norte?

Sin duda. Esa dominación no es un sino del destino, una maldición bíblica. Fue creada por personas y otras personas pueden cambiarla. Hay señales positivas, sin duda, pero los procesos históricos son lentos, llevan su tiempo, y el sistema económico mundial se apoya en esa dominación, se nutre de la injusticia, la resistencia al cambio es intrínseca a ese sistema. La consciencia del problema es creciente en África, ese es el primer paso.

En estos veinte años, ¿cómo has visto evolucionar la persecución cristiana en el continente?

Cubro sobre todo África occidental y el Sahel y el fenómeno más preocupante aquí es el avance del yihadismo. No es solo un problema del cristianismo, va mucho más allá. Los radicales se apoyan en la pobreza, en el abandono del Estado, para proponer un sistema político, económico y judicial alternativo que tiene uno de sus pilares en la violencia. La amenaza pesa sobre todos, sobre musulmanes y cristianos, todos la sufren. Creo que Europa no tiene la suficiente conciencia de la amplitud del problema.

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