2018, Iglesia católica en México: Entre la tragedia, la esperanza y la reconciliación (1/2)

Guillermo Gazanini Espinoza / 2018 fue un año eminentemente electoral. La carrera por la presidencia de la República polarizó la sociedad; tras marcadas disputas y diferencias, el triunfo del candidato por la coalición Juntos Haremos Historia suscitaría entre los millones de electores nuevas señales de esperanza y reconciliación ante la tragedia que supuso el último sexenio 2012-2018, uno de los más violentos y, según los observadores, de los que más fueron señalados por la corrupción de la clase política.
En la memoria del 2018 que languidece está la intervención de la Iglesia católica mexicana en el drama de miles quienes han padecido en carne propia el dolor y la zozobra; a veces vacilante, otras, tal vez la mayoría, de manera decidida, los obispos de México hablaron duro y tendieron la mano; escucharon y plantaron la ruta, su caminar pastoral mirando hacia los dos mil años de redención. No sólo fue el año de la tragedia y crisol cuando murieron trágicamente siete sacerdotes, fue el año de la Iglesia casa de campaña, lugar de acogida y templo vivo de esperanza para miles de migrantes que vieron como casa de acogida en sus pequeñas comunidades. El año de pastores constructores de la paz y de príncipes calculadores, mediáticamente cautelosos, pastoralmente grises; de obispos denunciando el dolor de un pueblo y de funcionarios mitrados midiendo las consecuencias de acciones para evitar cualquier fricción y congraciarse con el poder.
Para la Iglesia católica de México, 2018 fue el año de la tragedia, la esperanza y la reconciliación. Aquí la primera parte (enero-junio) de la memoria de esos hechos, los que nos han marcado para ver al futuro con renovada fe y apuntalar nuestros signos de paz.
Enero

Un peregrino agradecido, el nuevo obispo de san Cristóbal de Las Casas.
De forma sencilla y encomendándose a Dios con la oración que Cristo nos enseñó, el Padre Nuestro, Mons. Rodrigo Aguilar Martínez inició el viaje a su nuevo ministerio pastoral. A través de un video dio cuenta a los seguidores de Facebook de cómo él mismo condujo su vehículo para iniciar travesía desde Puebla a Chiapas. “Partió de la diócesis de Tehuacán, la mañana del 1 de enero de 2018, por carretera, rumbo a San Cristóbal de las Casas, Chiapas, para la toma de posesión como el Obispo 39 de dicha diócesis”. En su toma de posesión de la cátedra, Mons. Aguilar Martínez inició su ministerio en un clima social agitado por la lucha del poder electoral en Chiapas y la existencia de añejos conflictos que, por negligencia de los responsables, pusieron al Estado en riesgo e inestabilidad. El 1 de enero se conmemoraron 24 años del alzamiento indígena del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y el 22 de diciembre de 2017, se recordó el 20 aniversario de la matanza de 45 campesinos en Acteal, municipio de Chenalhó, a manos de paramilitares. El nuevo obispo diría: “La presencia clara de Dios, que me llama y me envía; de modo que esto me hace sentir en paz, e incluso ya va brotando en mí el anhelo de llegar pronto e iniciar mi caminar con la Diócesis y todos los que la integran…”

La crisis del arzobispo Chávez Botello.
El Arzobispado de Antequera Oaxaca fue sacudido por un caso de pederastia cuando, en agosto de 2010, un grupo de sacerdotes llevaron a las autoridades eclesiásticas en Roma el caso de Gerardo Silvestre Hernández, depredador sexual que abusó de más de 40 menores en comunidades pobres de Oaxaca amparado en el ministerio; sin embargo, la Fiscalía de Oaxaca tenía abierta una línea de investigación contra Mons. José Luis Chávez Botello, arzobispo de Oaxaca, por encubrimiento del delincuente sin que, a la fecha, le haya sido probado efectivamente el caso de protección de pederastas. Tras la muerte del padre Miguel Ángel Morelos García, uno de los principales acusadores de Silvestre Hernández y opositor al arzobispo Chávez Botello, una dura manifestación de la comunidad del padre Morelos García exigía al arzobispo rendir cuentas por el supuesto encubrimiento de pederastas. No obstante, el arzobispo rechazó estas afirmaciones diciendo que las agresiones eran parte de una conspiración de un grupo de sacerdotes llamándoles “ataques ciegos y malévolos” e invitó a los fieles a ponerse “de corazón frente a la verdad, frente a Dios para aprender a reflexionar y discernir, para allanar y fortalecer el camino de la verdad”. Mons. José Luis Chávez Botello dejó el arzobispado en abril de 2018.

El final de una era en la arquidiócesis primada de México.
Tras la aceptación de la renuncia al oficio de arzobispo primado de México, el 7 de diciembre, se dio la sucesión con muchas expectativas y también ataques al cardenal Norberto Rivera Carrera. Luces y sombras de un gobierno que llegaba a su fin con la sensible ausencia del arzobispo emérito en la peregrinación anual de la Iglesia arquidiocesana que, no obstante, preparaba un agradecimiento al cardenal Rivera Carrera. Un editorial del semanario Desde la fe rezaba en agradecimiento: “Cardenal de la Iglesia de Roma, obispo de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Arzobispo Primado de México, ha sabido combinar la infinidad de responsabilidades para hacerse siempre presente, con sencillez y alegría, en su tarea eclesial, en sus actividades pastorales, en los ambientes políticos, empresariales y sociales. No queda sino reconocer que ha sabido impulsar a esta gran arquidiócesis y, con la gracia de Dios, superar los desafíos inmensos que tuvo que enfrentar”.
Febrero

Cardenal Carlos Aguiar Retes, XXXV Arzobispo Primado de México.
La sucesión se dio en un día atípico donde tuvieron convergencia dos antípodas de la historia que ahora parecen fundirse en una sola cosa. La celebración del martirio de un joven en Japón en 1597 cuando México era la Nueva España. Protomártir declarado patrono de esta Iglesia particular y modelo de la juventud. Y por el otro, la deificación del texto fundamental, la Constitución de 1917 que reformó a la de 1857, promulgada en este mismo día para desplazar la festividad más grande de la Capital de México e imponer la cosmovisión laicista que llevó a duras confrontaciones. En Basílica de Guadalupe se reunió a la crema de la clase política y al pueblo fiel que ansiaba conocer al nuevo arzobispo. Las grandes expectativas creadas tuvieron una respuesta en su homilía cuando, en la teoría, Aguiar Retes venía a ser factor de unidad, no de división para hacer de la Ciudad de México la urbe humanizada y humanizante recalcándolo de la siguiente manera, especialmente a obispos y sacerdotes: “Sean capaces de contribuir a la unidad de su Pueblo; de favorecer la reconciliación de sus diferencias y la integración de sus diversidades; de promover la solución de sus problemas endógenos; de recordar la medida alta, que México puede alcanzar si aprende a pertenecerse a sí mismo antes que a otros; de ayudar a encontrar soluciones compartidas y sostenibles para sus miserias; de motivar a la entera Nación a no contentarse con menos de cuanto se espera del modo mexicano de habitar el mundo”.

Primeros sacerdotes asesinados en un año de tragedia y crisol.
Los padres Germaín Muñiz García, de 39 años, párroco de San Cristóbal, Mezcala, en Chilpancingo-Chilapa y originario de Apango, municipio de Mártir de Cuilapan e Iván Añorve Jaimes, de 37 años de edad, párroco de la Sagrada Familia en san Marcos, Guerrero, nativo de Acapulco y cantautor de música de alabanza y adoración quien cumplió 9 años de ordenación sacerdotal el pasado 25 de enero, murieron a consecuencia de un ataque violento en las cercanías de Taxco, Guerrero. Un breve comunicado, casi después de haberse confirmado los hechos y suscrito por el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, cardenal José Francisco Robles Ortega y el secretario general de los obispos de México, el auxiliar de Monterrey, Mons. Alfonso G. Miranda Guardiola, dio cuenta de las condolencias sumándose al dolor de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa y la Arquidiócesis de Acapulco; sin embargo, las líneas de investigación se inclinarían a denostar la memoria de los fallecidos ligándolos al crimen organizado. Y era el contraste entre la celebración y el luto. Mientras miles de fieles se reunían para aclamar al nuevo pastor de la arquidiócesis de México, dos diócesis estaban en el luto por la muerte de sus hijos sacerdotes, jóvenes cristianos, que cayeron bajo el fuego del horror. Al finalizar el sexenio 2012-2018 encabezado por Enrique Peña Nieto, el número de sacerdotes asesinados ascendió a 26 y en 2018, seis presbíteros perdieron la vida bajo circunstancias de violencia extrema.

“A ver quién aguanta más, ellos o yo”.
Mons. Salvador Rangel Mendoza, obispo de Chilpancingo-Chilapa, ha sido un clérigo que ha incomodado a las autoridades por las reuniones mantenidas con miembros del crimen organizado a finde construir la paz y fomentar la reconciliación. Durante la peregrinación anual de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, el obispo franciscano rindió tributo a los sacerdotes muertos a causa de la violencia recordando a los fieles la dramática situación de este país: “Desgraciadamente México ocupa el lugar número 1 a nivel mundial del asesinato de sacerdotes, en 5 años llevamos 21 sacerdotes asesinados”, señaló en la homilía. Al final de la Eucaristía, enfatizaría la sentida pérdida de los sacerdotes asesinados el 4 de febrero como “ofensa a Dios, a la Virgen y a todos los católicos de Chilpancingo-Chilapa y de Acapulco”, la enérgica protesta derivó en la defensa de su memoria para evitar la victimización de los asesinados cuando se les hizo responsables de conductas ilícitas, además el prelado dio a conocer las denuncias en su contra a la Secretaría de Gobernación para que el obispo no “hiciera más declaraciones…” para terminar con una sentencia de la resistencia entre política mundana y fe: “A ver quién aguanta más, ellos o yo”.
Marzo

CEM contra delitos electorales
Las intercampañas fueron propicias para que la Conferencia del Episcopado Mexicano publicara una especie de vademécum electoral para orientar a los ministros de culto en cuanto a sus obligaciones y derechos en el ejercicio del voto, su responsabilidad en orientar a los fieles y el conocimiento de las prohibiciones que en la ley se encuentran debido a su condición jurídica al ser líderes de comunidades, iglesias o asociaciones religiosas. Los llamados “Lineamientos para la prevención de sanciones administrativas y/o penales para ministros de culto en materia electoral”, aprobados en la CIV Asamblea de la CEM en noviembre de 2017 y publicados en el sitio de la Conferencia del Episcopado Mexicano resuelven, los alcances, disposiciones legales concernientes a los delitos electorales e infracciones administrativas, autoridades competentes y las recomendaciones pastorales y conductas a evitar en tiempo electoral. No sería la primera vez que los obispos mexicanos trataran asuntos electorales. En abril de 2015, durante la 99 Asamblea de la CEM, el Consejero presidente de la autoridad electoral dialogó con el Consejo Permanente de los Obispos para enfatizar la importancia del voto y prevenir de los riesgos de la democracia en relación al boicot electoral por el hartazgo social frente a los partidos políticos.

“Explosivos hechizos” en la diócesis de Matamoros.
El jueves 1 de marzo, un escueto comunicado de la diócesis de Matamoros refirió el incidente en catedral de Nuestra Señora del Refugio al reportarse un pequeño estallido al interior de la sede episcopal cuando fue derramada alguna sustancia que explotó en un estruendo sin provocar mayores reacciones que las de peritos especialistas, protección civil y bomberos, corporaciones que reportaron “sin incidentes mayores” el evento. Autoridades del obispado minimizaron el hecho incluso afirmando que era “una botella de ácido que causo un pequeño estallido” dejada por un feligrés o indigente en bancas del templo. Así se quería pasar la hoja de esta historia sin saber que la misma cobraría una ruta distinta. La mañana del domingo 4 de marzo en la parroquia de San Antonio de la ciudad de Matamoros, otro artefacto explosivo detonó al interior del templo sin causar daños materiales o lesiones a los fieles. El VI obispo de Matamoros, Mons. Eugenio Lira Rugarcía, manifestó en un comunicado su “profunda preocupación” porque lo que parecía un incidente aislado, el del jueves en catedral, tuvo una hipótesis distinta.

Obispo de Cuernavaca denuncia ultraviolencia mexicana en ciudades de Europa.
Del 12 al 19 de marzo, Mons. Castro Castro denunció en Europa la situación de violencia en México que ha cobrado la vida de más de una cincuentena de sacerdotes y agentes de pastoral en la décima edición de la “Noche de los Testigos” de Ayuda a la Iglesia Necesitada. Castro Castro padeció en carne propia estos graves efectos de la violencia que se traducen una persecución “sofisticada” en su contra. Según manifestó en entrevista a La Vie, la lucha por la verdad generó infundadas acusaciones con la intención de disminuir la autoridad moral del prelado que, por el contrario, “se ha consolidado”. Las formas como se le pretende desacreditar van desde las acusaciones infamantes basadas en mentiras como haber defendido a sacerdotes pederastas, malversación de fondos para la reconstrucción de catedral de Cuernavaca hasta velados intentos contra su vida como aquél cuando deliberadamente “se dañó el neumático delantero derecho de mi automóvil. Si no hubiéramos notado el daño a tiempo, esta intimidación podría haber causado un accidente fatal”. Mons. Castro Castro exploró las causas de la demencial violencia ante vastos auditorios de Europa. Para el obispo, México saltó de la violencia a la “ultraviolencia”. Como declaró a La Vie, “la diferencia entre violencia y ultraviolencia no es una cuestión de cantidad sino sobre todo de tipo de violencias.
Abril

El Proyecto Global de Pastoral 2031-2033.
El Proyecto Global de Pastoral (PGP 2031-2033) de la Iglesia de México es documento de consensos y cargado de esperanza de cara a los acontecimientos más importantes de la historia de la Salvación y de la conformación de la nación mexicana. Al ser aprobado en la 105 Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano, el documento de 72 páginas recorrerá los pasos más arduos y difíciles para adecuarse al universo de planes de pastoral del centenar de diócesis mexicanas en sus diversas realidades y preocupaciones, pero, sobre todo, lograr una amplia difusión y acogida entre la población la cual, casi el 83 por ciento es católica por lo menos de nombre. Dividido en tres partes, los pastores de México quieren preparar al pueblo de México sobre la celebración de la pasión salvadora de Cristo y el gran jubilo del evento pascual que otorga vida nueva y esperanza y del hecho guadalupano (1531-2031) como acontecimiento “síntesis” mesiánico-cristológica realizada particularmente en una época difícil del nacimiento del mestizaje para fundar una nación la cual, como se lee en el documento, se cuestiona si tiene el consuelo de ser una sociedad más justa y pacífica. El PGP 2031-2033 fue entregado a los fieles de la Iglesia mexicana el 13 de mayo.

“El tiempo se ha agotado”.
En los trabajos conclusivos de la 105 Asamblea de la CEM, los obispos dirigieron un mensaje a los candidatos a la presidencia de la República. Como ha sido costumbre en los procesos electorales, quienes aspiran al máximo cargo público realizaron una pasarela para responder a las inquietudes de la jerarquía. En el mensaje final, la jerarquía destacó los temas que preocupan a la sociedad mexicana a la vez que se hace un llamado para que se levante una "gran reforma política que asegure instituciones de gobierno más estables y creativas frente a los desafíos del mundo, renovando la vida partidista, la valiosa interacción con la sociedad civil, el empresariado, el mundo del trabajo, así como la vida académica y cultural, siendo corresponsables e incluyentes"; sin embargo, la Asamblea de la CEM sentenció: “Nuestras inquietudes son muchas, pero el tiempo se ha agotado… Hacemos un llamado para ver, en todo momento, por el bien de todos los mexicanos, sin distinción alguna, pero sobre todo, para aquellos que están “descartados” de las oportunidades de sustento y desarrollo”.

Obispos de México claman por el fin de la violencia.
El domingo del Buen Pastor fue diferente. Sobre él hubo la sombra del duelo y luto por la pérdida de dos sacerdotes en cuestión de horas, los padres Rubén Alcántara Díaz de la diócesis de Izcalli y Juan Miguel Contreras García de la arquidiócesis de Guadalajara. El viernes 19 de abril, después de confirmarse el asesinato del padre Juan Miguel Contreras García, la Conferencia del Episcopado Mexicano externó su preocupación por la expansión de la violencia invitando a los fieles a “una conversión mucho más profunda y sincera”. La exigencia radica en “mirar con honestidad nuestra cultura y sociedad, para preguntarnos porqué hemos perdido el respeto a la vida, y a lo sagrado”. Los obispos de México pidieron la investigación exhaustiva de los hechos “para actuar conforme a la justicia, y no permitir que éste, ni los demás crímenes en nuestra nación, queden impunes”. Y, en lo que parece un reconocimiento de los sacerdotes como un grupo vulnerable y objetivo del crimen, pidieron a los fieles “acompañar a sus sacerdotes, con la oración, sobre todo, en el servicio pastoral de las comunidades que se les han encomendado”. Una de esas voces fue la del arzobispo de Monterrey, Mons. Rogelio Cabrera López, quien en en un post en redes sociales hizo un enérgico “Basta Ya” recordando cómo la Iglesia “necesita pastores que le conduzcan con serenidad hacia lugares de reposo; pastores que le escuchen y acompañen, que sean parte de su caminar y le alienten a no desfallecer”. El ¡Basta Ya! del metropolitano de Monterrey recordó el número de sacerdotes muertos por causas violentas en este sexenio, “víctimas de la brutalidad que sigue enlutando a cientos de familias en nuestra Nación… alzamos, una vez más, nuestra voz para decir: ¡YA BASTA!” pidiendo de las autoridades redoblar los esfuerzos para acabar con una guerra sin sentido en tierras mexicanas”; sin embargo, otra muerte enlutaría al clero: la del anciano sacerdote Moisés Fabila Reyes cuyo secuestro derivó en la muerte.
Mayo

Arzobispo emérito de Xalapa, cardenal de la Iglesia católica.
En el domingo de Pentecostés, el Papa Francisco anunció la creación de nuevos cardenales. México tuvo mayúscula sorpresa por la designación de Mons. Sergio Obeso Rivera, arzobispo emérito de Xalapa, como nuevo cardenal en virtud de los servicios prestados a la Iglesia. Mons. Obeso Rivera apenas asimila esta gran deferencia del Papa a su persona. Sabe que, por su edad, no puede hacer grandes cosas, pero un objetivo sí tiene claro: la condición de Cardenal de la Iglesia católica lo compromete a dar testimonio de su condición cristiana. El cardenalato, como diría en esta conversación, no es para hacer lucimientos o exhibicionismos; por el contrario, es una condición de humildad. El cardenal Obeso explicó así el sentido del nombramiento “debe corresponder a una invitación para los años que me quedan, tengo 86 cumplidos, y dar ejemplo porque no creo que pueda trabajar para la Iglesia en otra dimensión. Dar ejemplo de cómo vive un cristiano. Tan claro que lo pueda percibir todo mundo, sin exhibicionismo, pero con solidez”.

Una Iglesia más cercana que sale a buscar al hermano.
Después de la publicación del Proyecto Global de Pastoral 2031-2033, el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Mons. Alfonso G. Miranda Guardiola, en entrevista a medios de comunicación, señaló que las acciones para la atención de migrantes y familiares de personas desaparecidas se verían fortalecidas. En relación con la ayuda que la Iglesia ofrecerá a los familiares de personas desaparecidas, el obispo auxiliar de Monterrey expuso los apoyos que las diversas diócesis han realizado en Guerrero, Michoacán y especialmente en Veracruz, además de que en el Proyecto Global Pastoral se plantea el apoyo a los centros de derechos humanos para fortalecerlos, vincularlos y crear nuevos centros, siempre para el respeto y defensa de los derechos humanos. Al final, el deseo del Episcopado Mexicano es el de ser una Iglesia más cercana, sensible, de puertas abiertas y que sale a buscar al hermano.

Falsedad en propuestas de candidatos.
En ocasión de la peregrinación de la diócesis de Ciudad Altamirano a la Basílica de Guadalupe, Mons. Salvador Rangel Mendoza, Administrador apostólico, pronunció una dura homilía al referirse de la gran carestía y pobreza en diversas regiones de la diócesis así como de la incertidumbre en el proceso electoral. En el corazón de la fe del pueblo mexicano, el obispo analizó las condiciones sociales y económicas del país criticando a políticos y candidatos ante cientos de fieles en el recinto mariano. Advirtió del asesinato de “90 aspirantes a puestos políticos, la situación de inseguridad de los estados de México, Michoacán y Guerrero, donde está asentada la diócesis de Ciudad Altamirano, además de la grave carestía ante la subida de precios y la precaria economía de una de las regiones más pobres de la entidad: “Vivimos a inseguridad y experimentamos el miedo, existe insensibilidad de nuestras autoridades respecto a la economía precaria, la subida de precios en los energéticos y de la canasta básica acompañado de los bajos salarios…” Para el prelado, el período electoral de 2018 se distinguió por la denostación, la demagogia, echarse lodo unos a otros entre candidatos… “Hay tanta falsedad en sus propuestas y ofrecimientos ilusorios que han creado, con sus agresiones políticas, un clima de confusión y también de inestabilidad nacional…”
Junio

Para depredadores sexuales, tolerancia cero.
La Conferencia del Episcopado Mexicano reafirmó una tajante política de “Tolerancia cero” en torno a los delitos de abusos sexuales cometidos por clérigos y enfatizando su compromiso por la prevención de estos ilícitos y la atención a las víctimas. El Arzobispo de Guadalajara, cardenal José Francisco Robles Ortega, presidente de la CEM y el auxiliar de Monterrey, Mons. Alfonso G. Miranda Guardiola, secretario general, recordaron en un comunicado que en 2016 los obispos nacionales aprobaron las “Líneas Guía del Procedimiento a Seguir en Casos de Abuso Sexual de Menores por Parte del Clérigo”, protocolo trascendental en la lucha contra la pederastia clerical y la prevención de delitos de abuso sexual. Bajo las orientaciones y consignas del Papa Francisco para hacer de la Iglesia de México “una casa segura”, el documento del Episcopado Mexicano tuvo los siguientes principios rectores: 1) El interés superior de la niñez, 2) La cultura de la prevención, 3) La atención integral y el respeto por lo derechos de las víctimas y 4) La respuesta efectiva e inmediata ante casos de abuso sexual. Los obispos de México dejaron ver que la política de tolerancia cero no es producto de generación espontánea. Se trata de años de esfuerzo donde se han reunido trabajos, opiniones y materiales, además de la experiencia para la prevención, el castigo de los delitos y la atención a las víctimas.

Alianza santa por los migrantes.
El Segundo coloquio México – Santa Sede puso en la agenda de los dos estados un punto común en el concierto global y es de lo más urgentes frente a las amenazas que se ciernen sobre millones de personas obligadas a abandonar sus lugares de origen. Bajo los verbos sugeridos por el Papa Francisco, acoger, proteger, promover e integrar, México y el Vaticano pusieron esfuerzos comunes para la cultura del encuentro y reafirmar su compromiso por la migración segura en el orbe. Los representantes de ambos Estados concluyeron que era necesario agitar las conciencias en la promoción del respeto y trato digno destacando la participación esencial de todos y, en especial, de la Iglesia porque Ella fue edificada sobre las migraciones, la violencia y el desprecio en otros tiempos. El reconocimiento de estas buenas relaciones tuvo su mejor expresión cuando en 2014 el gobierno dio al cardenal Parolin la máxima presea que los Estados Unidos Mexicanos otorgan a un extranjero, la Condecoración de la Orden del Águila Azteca por impulsar causas cercanas a México, destacando su apoyo contra políticas como la condena de la pena de muerte de mexicanos en los Estados Unidos de América y el diálogo sobre la relación Iglesia-Estado y los derechos humanos.

Vaticano. De San Pedro a Francisco.
“Un Estado laico, pero no antirreligioso” fueron las palabras del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, para referirse a México en una de las etapas de mayor acercamiento con la Santa Sede al inaugurar, en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, la exposición “Vaticano. De San Pedro a Francisco”. La inauguración tuvo por orador principal al Presidente de México quien alabó la laicidad del Estado mexicano en el marco de los 25 años del restablecimiento de relaciones diplomáticas con la Santa Sede: “Hoy México está celebrando 25 años de haber reanudado las relaciones diplomáticas entre el Estado mexicano y el Estado Vaticano, de reconocer al Estado Vaticano como un Estado y de confirmarnos, como lo decía hace un momento el Rector de nuestra Máxima Casa de Estudios, como un Estado laico, como un Estado que respeta la libertad de expresión, la libertad religiosa, que respeta la libertad de Credo y que no la combate, no combate ni es un Estado antirreligioso. Por el contrario, somos un Estado que respeta la libertad de profesión de fe que tenga cualquier ciudadano mexicano”, sin embargo, un aspecto más mundano fue causa de esta exposición en México: “La buena química” entre Angélica Rivera y el Santo Padre quienes se “lograron entender” por lo que la primera dama se constituyó como principal “patrona” y promotora de la exposición.