"Quiero ser monja"

He visto, al fin, uno de los capítulos del programa "Quiero ser monja". Decepcionante en su conjunto. Os confieso que, de primeras, me pareció una idea muy original presentar al gran público la realidad de unas monjas, de las que hay tanta variedad, para que sean un poco más conocidas y valoradas, y evitemos funcionar con estereotipos injustos y decepcionantes. La vida consagrada femenina en España es de una riqueza humana y espiritual impresionante para los que la hemos conocido a fondo y muy de cerca. Un abanico multicolor que adorna a la iglesia con muy variados matices carismáticos que confieren una gran belleza y regalan a la iglesia y al mundo un servicio, en su ser y en su quehacer, admirable.
Me imagino que las jóvenes al ver el programa se han quedado con que la vida consagrada consiste en renunciar a los móviles que parece que es una de las primeras y fundamentales renuncias que se piden. El tema de los votos, que están importante en la vida consagrada, apenas se ha bordado con madurez y sólo se toca a través de una de las candidatas, inmaduras y nostálgicas de su pasado, que sólo piensa en los besos de su novio cuando estaba con él. Creo que es muy reduccionista esta manera de ver la vida consagrada porque no es fiel a la realidad. La vida consagrada no es un camino de nostalgia y de miradas al pasado - aunque hay podido serlo en algún momento- sino de audacia y de miradas al futuro en una encarnación constante por estar cerca de los descartados de la vida.
Que haya infantilismo en la vida consagrada no coge a nadie de sorpresa; los hay en los matrimonios, en las familias y en todo grupo humano que afronta un proyecto común, ya sea afectivo o empresarial; pero eso no define, ni mucho menos, lo que es en verdad la vida consagrada.
Vivir hoy consagrados en la iglesia y para el mundo es querer afrontar desde una adhesión profunda a Jesucristo y con su evangelio, los grandes desafíos del momento presente sin ambigüedades y sin miedo al riesgo ni a la intemperie.
He conocido a mujeres consagradas-coraje, con una madurez y una valentía admirables que han llegado a recordarme aquella expresión que alguien dijo de santa Teresa de Jesús, al contemplar su madurez y su firmeza, "es hombre y muy barbudo"
El programa puede tener de positivo que aparecen unas monjas naturales y sencillas, reales y soñadoras, que puede llegar a los telespectadores y hacerles ver la naturalidad y familiaridad con que hoy se vive la vida consagrada por dentro, pero en su conjunto, el programa "Quiero ser monja" es un Gran Hermano más, de factura norteamericana, que pretende más obtener resultados económicos y de audiencia (que es lo mismo) que ofrecer un documental serio y bien cimentado de lo que es verdad la vida consagrada hoy.
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