Y sigue y sigue.... ¿Hasta cuándo?

Como cada mañana, mi desayuno se ve acompañado de la muerte. ¡Una taza de leche con noticias de muerte! ¡No falla! Hoy leía cómo cuatro Hermanas Misioneras de la Caridad (Me hubiera gustado saber sus nombres para orar por ellas pero no se dice en la información. ¡Hasta sus nombres han sido marginados por la información¡) han sido asesinadas por hacer proselitismo cristiano cuando trabajaban, sirviendo en una residencia de ancianos. Es decir, lavándolos, dándoles de comer, curando sus llagas, consolando su soledad...¡un proselitismo en toda regla!
Y ha surgido en mí un inmenso "cabreo" porque ¡ya está bien! Un día y otro, y otro y otro...y los cristianos mueren desangrados en tantos lugares del mundo como si fueran cucarachas por el único delito de creer en Jesús, el príncipe de la paz y el mayor símbolo del amor entre los hombres. Porque no hay otro como Él.
¿Hasta cuándo vamos a seguir así? ¿Hasta cuándo callaremos? ¿Hasta cuándo de brazos cruzados como si no pasara nada? ¿Hasta cuándo estas organizaciones internacionales tan serias e inútiles, que defienden los derechos humanos, como la ONU y la Unión Europea, se van a a quedar mudas ante este genocidio imparable que, cada día, se parece más al exterminio hitleriano? ¡Estamos hartos! ¡Esto es ya indigerible! Todos los días nos amargan el desayuno con la misma historia y aquí no hay quien haga nada.
La vida consagrada. ayer como hoy, sigue miniando con sangre las más bellas páginas de la historia de la iglesia. Esta vida consagrada que, a veces, no es entendida ni apoyada, ni siquiera entre algunos pastores. Miren si no el santoral de mártires de la iglesia católica y verán cuántos consagrados están escritos e inscritos en él y cómo sus páginas siguen abiertas para inscribir mañana a otros que caerán, como ahora las Hermanas Misioneras de la Caridad -sin nombre- para gritar, sin voz, que Jesucristo es el Señor de la vida y de la paz.
Os pido que hoy, en vuestra oración, pidáis al Cordero degollado por las hermanas sin nombre martirizadas ayer y también por las inútiles organizaciones que gobiernan el mundo, para que hagan algo más que enriquecerse a costa de los pobres. ¡Comenzamos a estar muy hartos de tanto atropello contra los cristianos¡
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