Canciones negras

¡Feliz lunes! ¡Y feliz semana que ahora empieza, que además da comienzo a un nuevo mes! He decidido despedir este mes de abril con música procedente de un compositor español. Lo cierto es que es uno de esos nombre que algunos melómanos incluirían entre nuestros compositores más conocidos (yo por lo menos así lo haría) pero que curiosamente nunca te lo había traído por aquí. Además, la obra que te ofrezco es su obra más famosa. ¿Has adivinado a quien me refiero?

La obra más famosa de Montsalvatge es Cinco canciones negras, composición de 1945, originalmente para voz y piano aunque orquestada por él mismo cuatro años más tarde. Adquirió su inspiración en su Cataluña natal aunque dicha inspiración proviene de múltiples lugares. La primera canción, «Cuba dentro de un piano», tiene como texto un poema de Rafael Alberti, en una habanera nostálgica recordando su Bahía de Cádiz natal (donde yo vivo) y los ritmos cubanos más poderosos. La segunda es «Punto de habanera (siglo XVIII)», con un poema de Néstor Luján, sobre una doncella de ese siglo a la que varios marineros intentan conquistar. «Chévere» se basa en un teto de Nicolás Guillén y habla de un obrero negro a la luz de la luna. Montsalvatge no muestra aquí la violencia del poema sino una obra sugerente, disonante y llena de encanto. La parte más famosa es quizá la «Canción de cuna para dormir un negrito», con texto de Ildefonso Pereda en el que una madre intenta a dormir a su hijo con una nana, que en manos del maestro de una verdadera belleza; recuerda mucho a Milhaud por su politonalidad. Termina el ciclo con «Canto negro», de nuevo sobre Guillén. Es una animada danza de los negros que bailan en la jungla y que grintan «Yambambó, yambambé».
La interpretación es de María José Montiel (soprano) y la Orquesta Sinfónica de RTVE dirigida por Manuel Hernández Silva.