¡Feliz miércoles! La obra de hoy es un sentido homenaje de un maestro a otro, desde la perspectiva del pasado siglo XX, aunque con música para nada complicada de escuchar. El maestro que la ha compuesto es uno de esos que quizá (injustamente, claro está) no ha sido todo lo valorado que debiera pero cuya música sí es un buen ejemplo de ese fragmentado siglo pasado.

Se trata de Paul Hindemith (1895-1963), compositor alemán nacido en Hanau. Está considerado el más destacado de su generación y fue una de las figuras musicales alemanas más importante del periodo de entre guerras. En 1904 empezó a tomar lecciones de violín y luego ya empezó a formarse en composición. En 1919 decidió cambiarse a la viola y en 1927 fue nombrado profesor de composición de la Hochschule für Musik de Berlín. El partido nazi desacreditó al compositor aunque luego le fue restaurada la reputación. Se marchó por un tiempo a Estados Unidos y allí enseñó en la Universidad de Yale, concediéndosele la nacionalidad en 1946. Luego marchó a Zúrich y su actividad como director de orquesta fue creciendo hasta convertirse en uno de los más reconocidos.

Vamos a escuchar sus Metamorfosis sinfónicas sobre temas de Carl Maria von Weber. Como su nombre indica, es una obra sinfónica compuesta en 1943, en la que Hindemith que presta homenaje a un compatriota Weber, adaptando obras suyas. La clave de la obra es la palabra «metamorfosis» del título ya que Hindemith adapta cada composición en un proceso que es una continua transformación. El primer movimiento (Allegro) se basa en un dueto para piano, con el tema traspasado al oboe y luego a una textura que parece para órgano. El segundo (Turandot, scherzo) trata un tema oriental usado por Weber y que Hindemith moldea como un alfarero. El tercero (Andantino) es una danza para flauta sola y el último (Marsch) es una marcha con una llamada de las trompas y una bella sección en trío.

La partitura de la obra se puede conseguir aquí.

La interpretación es de la SWR Symphonieorchester dirigida por Dima Slobodeniouk.