¡Feliz miércoles! La ópera Carmen de Bizet no fue para nada un éxito cuando se estrenó (a la crítica no le gustó) y casi estuvo a punto de desaparecer del mapa hasta que remontó y se ha hecho una de las más populares. Hasta tal punto que ha servido de base para la composición de otros maestros.

Hoy la música es de Pablo de Sarasate (1844-1908), compositor español nacido en Pamplona. Con cinco años empezó a recibir clase de violín y debutando con solo ocho. Su gran talento le llevó a estudiar en Madrid con Manuel Rodríguez. Su arte llegó a la corte y el joven incluso tuvo que tocar para la reina Isabel II. Con doce años viajó a París con su madre para perfeccionar sus habilidades. Terminó ganando el premio anual del conservatorio y, desde entonces, se embarcó en una carrera como intérprete de lo más frenética. Triunfó en Estados Unidos pero fue recibido primero con frialdad en Inglaterra, pero luego se rindieron a sus encantos. En Alemania y Austria era toda una estrella y grandes compositores escribieron inmensas obras para él, como Lalo, Saint-Saëns o Bruch.

Escuchemos su Fantasía sobre Carmen, op. 25. Aquí se aprecia también su habilidad como compositor, aunque no era tan brillante con la pluma como con el arco del violín. El instrumento interacciona de forma fabulosa con el tejido orquestal y lo hace de una forma llena de dramatismo y espectacularidad, no siendo un mero acompañante y nada más. La obra se divide en cinco secciones, empezando con una introducción breve tomada del Entreacto del acto cuarto. La música evoluciona de forma brillante hasta la Habanera del primer acto y luego a la Seguidilla del segundo, que conduce a la Ganza Gitana del segundo acto, con esos aires que tanto le gustaban a Sarasate. Aquí los fuegos artificiales brillan por doquier.

La partitura de la composición puede descargarse aquí.

La interpretación es de Leticia Moreno (violín) y la Orquesta Sinfónica de la Radio de Frankfurt dirigida por Andrés Orozco-Estrada.