Planta bella

Pianta bella, Albinoni

¡Feliz lunes! Empezamos otra semana, a ver qué nos depara, espero que todo vaya tranquilo. ¡Qué bella es la naturaleza!, ¿verdad? Y qué bello son algunas plantas, que encontramos por nuestros bosques, por nuestros caminos, por nuestra vida. La música de hoy corresponde a esa belleza, si bien desde el punto de vista de un enamorado que está cegado por la naturaleza.

Tomaso Albinoni

De dicha música se encargar Tomaso Albinoni (1671-1751), compositor italiano nacido en Venecia. A pesar de lo conocido del nombre no sabemos mucho de su vida. Su padre era un rico mercader de la ciudad por lo que Albinoni pudo ser independiente económicamente durante toda su vida. Se formó de forma afinionada y nunca buscó un puesto profesional como músico a pesar de que era un buen intérprete de violín. Alcanzó el éxito con una ópera y se dedicó a componer cantatas y otras obras seculares. Precisamente fueron muy populares sus óperas aunque hoy día no lo son para nada. Compositor extraordinariamente prolífico, fue invitado a Múnich para poner música a la boda de la hija del emperador, lo que definitivamente lanzó su carrera. Ha pasado a la posteridad por componer conciertos para oboe tratando el instrumento casi como si fuera la voz.

Una de sus obras dramáticas (aunque no tanto pensada para interpretarse en un teatro) es Il Nascimento dell'Aurora, compuesta en forma de serenata o de «fiesta pastoral». Narra, justo, el nacimiento de la diosa romana del amanecer, Aurora; fue compuesta entre 1708 y 1710. En ella Apolo canta la bella aria que vamos a escuchar hoy titulada Pianta bella, pianta amata. Se abre con una delicada introducción instrumental (haciendo las veces de ritornelo) que da paso a la voz con una línea que alterna notas tenidas con pasajes en arpegio. El discurrir siempre sereno hasta que se desvanece con un pequeño posludio instrumental.

La interpretación es de Terry Wey (contratenor) y el Clemencic Consort dirigido por René Clemencic.

Volver arriba