La cruel ausencia

¡Feliz martes! Las palabras del título, que no son exactamente las de la obra de hoy, inmediatamente nos transportan a una composición basada en el amor, que es el que mueve el mundo. Por eso, vamos a disfrutar hoy de una bellísima composición.

Está hoy con nosotros Antonia Bembo (h. 1640-h. 1720), compositora italiana nacida con bastante seguridad en Venecia. Su padre, de apellido Padoani, era médico y ella, en 1659, se casó con Lorenzo Bembo, un noble veneciano. Se trasladó a París y cantó para Luis XIV quien le garantizó una pensión debido a la altísima calidad de su voz. A la hora de componer no se arredró y lo hizo en casi todos los géneros contemporáneos, tanto seculares como sacros. Además, usó textos en latín, francés e italiano, sobre todo en sus cantatas. En sus composiciones muestra un gran virtuosismo, especialmente en la parte vocal, una gran influencia del madrigal, unos largos melismas y un uso expresivo de la disonancia. Igualmente se desenvolvió bien con las formas mayores y controlaba admirablemente la melodía y la armonía. La influencia francesa también es muy evidente, especialmente en el uso de la obertura y los movimientos en forma de danza.
Escuchemos su motete Ha, que l'absence est un cruel martire. Está contenido en su Produzioni armoniche consacrate a Luigi XIV de 1695. Al rey le dedicó obras en italiano e incluyó curiosamente esta en francés, en un bello estilo de aria de corte. Escuchamos una melodía noble y lánguida que se amolda perfectamente a la prosodia del texto, que todo apunta a que es de la propia Bembo. La compositora nos regala un verdadero pastelito que nos llenará los sentidos de dulzura y de sabrosas sensaciones.
La interpretación es de Il Gusto Barocco.