¿Un piano preparado?



Uno piensa en un piano y parece que es instrumento perfecto al que no le falta nada... ¡y lo es! Pero hay compositores que han querido alterar, algunos dirían que enriquecer, darle otra perspectiva al sonido del piano. Y el más destacado en eso es el maestro que te traigo hoy. Un icono en el siglo XX, odiado y amado, casi a partes iguales.

Seguro que has adivinado que te hablo de John Cage (1912-1992), maestro estadounidense nacido en Los Ángeles. Fue una de las figuras principales de la vanguardia de posguerra. Su intensa personalidad influyó a una gran cantidad de maestros de todo el mundo. Puede decirse que es el compositor estadounidense que más influencia ha tenido de todo el siglo XX. Estudió con varios maestros, siendo el más significativo Henry Cowell. Schoenberg estaba en Los Ángeles por esas fechas y Cage ha contado en numerosas ocasiones que se dedicó a la composición debido a los encuentros que tuvo con el maestro austríaco. Debido a un empleo en la UCLA (Universidad de California en Los Ángeles) como percusionista, tuvo un gran interés en esta disciplina, así como en la danza.

Que Cage "inventase" el piano preparado fue casi cuestión de necesitad. En 1938 trabajaba en la Cornish School. Un bailarín necesitaba una partitura para conjunto de percusión pero la sala donde tendría lugar la representación no tenía suficiente espacio para ello. Cage, sabiendo los experimentos que anteriormente había hecho Cowell, puso objetos entre las cuerdas del piano (goma, bambú, plástico, tornillos,...) y dotó al instrumento de una nueva sonoridad. Para este "nuevo" instrumento creó una gran cantidad de obras, como sus Sonatas e Interludios para piano preparado. De ellas te traigo hoy la cautivadora y breve Sonata nº 2. Si no la has escuchado antes verás cómo parece que estamos en presencia de otro instrumento, con un sonido casi irreal. En 1949, Cage recibió el "Premio Nacional de la Academia de las Artes y las Letras" por sus obras para piano preparado ya que "habían extendido las fronteras del arte musical".

La interpretación de la obra es la de Boris Berman al piano.

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