(Nivariense Digital).- El papa León XIV canonizará al médico venezolano, José Gregorio Hernández, el próximo domingo 19 de octubre en la plaza de S. Pedro, en Roma. El obispo Nivariense, Eloy Santiago estará presente en la referida canonización.

Por su parte, el cardenal Baltazar Porras, arzobispo emérito de Caracas, se hará presente estos días previos en distintos lugares de la diócesis para celebrar la Eucaristía y ayudar a un mejor conocimiento y devoción del llamado “médico de los pobres”. Concretamente, el cardenal presidirá la Misa con una posterior charla en las siguientes parroquias:

Lunes 6de octubre en S. Isidro (Granadilla), a las 18. 30 horas.

Martes 7en S. Francisco (Santa Cruz de Tenerife), a las 19 horas.

Y el miércoles 8en San Marcos (Icod de los Vinos), a las 19 horas.

Además, el obispo Eloy Santiago presidirá en la Catedral la Misa diocesana de acción de gracias el venidero domingo 26 de octubre a las 17 horas.

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Baltazar Porrasdedicó la mañana de este lunes 6 de octubre a visitar a la Virgen de Candelaria. “Agradezco mucho la invitación de D. Eloy a venir a esta diócesis de la que guardo muy gratos recuerdos. Además, fui compañero de Seminario de D. Felipe Fernández en Salamanca, y posteriormente, estando él de obispo aquí en Tenerife, me invitó varias veces a las Jornadas de Fe y Cultura. Igualmente, así sucedió con D. Bernardo. Por eso, venir aquí es para mí un oasis”.

El cardenal Porras valoró que cuando hablamos de José Gregorio Hernández, hablamos de un santo de actualidad. “Fue un hombre que, a través de su vocación laical como médico, realizó su servicio a los más necesitados y enfermos con una mentalidad muy abierta. Supo relacionarse con gente que pensaba muy distinto a él. Sabía ganarse la amistad de las personas porque veían en él a alguien auténtico. Una persona que se desvivía por mejorar la salud de la gente. Asimismo, fue un hombre con un profundo sentido de la paz. Por ese motivo, el papa Francisco lo nombró copatrono de la Cátedra de la Paz de la Universidad Lateranense”.

Baltazar Porras añadió que el conocido como “médico de los pobres” fue ejemplo para creyentes y no creyentes. “Tras su fallecimiento, los primeros testimonios fueron de personas no practicantes como el del doctor Razetti, que era agnóstico o el de Rómulo Gallegos, el famoso escritor venezolano. Ellos se dieron cuenta que en este hombre había algo distinto, algo que no lograban entender y que admiraban”.