La economía del Vaticano según León XIV en el libro de Elise A. Allen León XIV y la economía del Vaticano: "Tenemos que continuar el proceso de reforma que Francisco comenzó"

"Por lo que conozco de la situación económica Vaticana, no hay razón para que la situación financiera le quite el sueño. Basta seguir tomando medidas razonables"
"En la entrevista hace una descripción ajustada y nítida de la situación. Reconoce los pasos que se han dado en el tiempo de Francisco en la buena dirección, es muy consciente de los problemas que sigue habiendo"
"El problema más serio que apunta no es de falta de recursos, aunque no los haya de sobra; se puede decir que la dificultad más grave no es económica, sino un asunto de organización interna: comunicación"
"Estas tres instancias (Santa Sede, Estado Ciudad del Vaticano e IOR) no siempre confían unas en otras ni se ayudan como podrían. Como señala el papa, esas diversas realidades que forman el Vaticano no siempre están bien comunicadas"
"El problema más serio que apunta no es de falta de recursos, aunque no los haya de sobra; se puede decir que la dificultad más grave no es económica, sino un asunto de organización interna: comunicación"
"Estas tres instancias (Santa Sede, Estado Ciudad del Vaticano e IOR) no siempre confían unas en otras ni se ayudan como podrían. Como señala el papa, esas diversas realidades que forman el Vaticano no siempre están bien comunicadas"
| Juan Antonio Guerrero Alves sj*
Como puede leerse en el libro de Elise A. Allen, el papa León tiene ideas claras sobre la economía. Concluye que no hay razón para alarmismos. Es cierto que no pueden relajarse porque, como reconoce el papa, la crisis no ha terminado; pero es algo que no le quita el sueño. Por lo que conozco de la situación económica Vaticana, no hay razón para que la situación financiera le quite el sueño. Basta seguir tomando medidas razonables.
En la entrevista hace una descripción ajustada y nítida de la situación. Reconoce los pasos que se han dado en el tiempo de Francisco en la buena dirección, es muy consciente de los problemas que sigue habiendo, que menciona en la entrevista. Se trata de un proceso que está en camino y, como acaba diciendo: “tenemos que continuar el proceso de reforma que Francisco comenzó”.
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El problema más serio que apunta no es de falta de recursos, aunque no los haya de sobra; se puede decir que la dificultad más grave no es económica, sino un asunto de organización interna: comunicación. La falta de comunicación no sólo afecta a la economía vaticana sino que es cultura de la curia. Menciona el papa la escasa comunicación de los dicasterios en el trato de problemas que les afectan a varios.
También es algo que ha comenzado a cambiar en los últimos años y que la Constitución Praedicate Evangelium favorece. Como apunta el papa: “algunas de esas cosas ya están comenzando, pero quiero encontrar una manera de formalizar el vehículo que hará que eso suceda más fácilmente. Eso significa, por supuesto, reunir a la gente, que hablemos entre nosotros, los prefectos y los secretarios”.
Cuando se habla de la Economía Vaticana, mucha gente no sabe que en Vaticano hay tres entidades que administran activos económicos y financieros: la Santa Sede, el Estado Ciudad del Vaticano (fundado en 1929) y el Instituto para Obras de Religión (IOR, fundado en 1.942, que suelen llamar banco Vaticano, pero no es un banco). Las tres instituciones presentan balances independientes.
La Santa Sede, la curia, que ayuda al Papa en su gobierno, se puede decir que su fundación se remonta a Jesucristo, existiría aunque no hubiera Estado Vaticano. Es la que tiene más dificultades económicas, pues todo en ella es gasto y hay poco ingreso de la propia actividad. Pensemos en la doctrina de la fe, o en el dicasterio de los obispos, o la Guardia Suiza…, son servicios a la Iglesia o al papa que no tienen ingresos y suman alrededor de 3000 empleados.

Los ingresos de la Santa Sede vienen fundamentalmente de:
-El patrimonio mobiliario e inmobiliario administrados por la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA). Que también ha de mantener los edificios de fuera de los muros, usados para los dicasterios vaticanos.
-Las ayudas de las diócesis del mundo. Igual que las parroquias han de colaborar con los gastos de las diócesis, el derecho canónico manda que las diócesis colaboren con la Santa Sede.
-El Óbolo de San Pedro, colecta que se hace en todas las Iglesias del mundo alrededor del día de San Pedro.
-Otras donaciones de particulares o de fundaciones.
-La contribución del Governatorato, que es el órgano de gobierno de la Ciudad del Vaticano, y del IOR, que pasan una cantidad de sus beneficios a la Santa Sede. Ambos han disminuido su aportación en los últimos años.
Todos estos ingresos no suelen llegar a cubrir los gastos de la curia. Cuando se habla del déficit del Vaticano que el último año, según publicaron, fue de alrededor de 80 millones, saltan las alarmas. Es cierto que si no hay comunicación, ese déficit debe ser enjugado con patrimonio del que administra APSA.

El Estado Ciudad del Vaticano no tiene esos aprietos económicos. Tiene unos 2.000 empleados, gobierna el espacio físico dentro de los muros del Vaticano y Castell Gandolfo, entre sus gastos está la justicia vaticana, reparaciones de edificios dentro de los muros o la gendarmería. El recibe los ingresos de las gasolineras y tiendas para empleados del Vaticano y, sobre todo, de los museos vaticanos. El Estado Ciudad del Vaticano tuvo dificultades económicas con la pandemia por el cierre del museo, esto hizo descender su aportación a los gastos de la curia. Luego se ha ido recuperando y suele presentar buenos beneficios en sus balances. Supongo que volverán a aumentar su aportación a la curia en algún momento.
Y el IOR (Instituto para las Obras de Religión) es una institución financiera que gestiona cuentas de personas o instituciones de Iglesia. Sus beneficios han disminuido en los últimos años y también su contribución al presupuesto de la Santa Sede. Se pueden ver sus balances en su WEB. Es una pequeña institución, cuyos fondos propios (de la Santa Sede) rondan los 700M€, gestiona algo más de 5.000M€ y tiene unos 110 empleados. Algunos querrían convertirla en Banco y otros se preguntan por la necesidad o el sentido de una institución financiera de este tipo en el Vaticano.
Estas tres instancias no siempre confían unas en otras ni se ayudan como podrían. Como señala el papa, esas diversas realidades que forman el Vaticano no siempre están bien comunicadas. “Todo lo que guarda un bolsillo no siempre llega al otro”. “Tenemos que aprender a trabajar juntos dentro del Vaticano”.

La misma estructura hace difícil transferir recursos de unos dicasterios a otros. Esto hace que el balance de la Santa Sede no sea consolidado sino agregado. Como normalmente los ingresos son donaciones especiales, lo que un dicasterio recibe para un proyecto no puede ser transferido a otro con otra finalidad. En la Santa Sede se trata de respetar la voluntad del donante. La colecta del Domund, por ejemplo, va para el Dicasterio de la Evangelización, o la colecta de Tierra Santa va para el dicasterio de Iglesias Orientales. Esos fondos se deben aplicar a la finalidad para la que fueron dados y no se debe transferir a otros dicasterios con otras funciones.
La Santa Sede es la que tiene déficit operativo, alrededor de 50-80M€ al año. Esto obviamente la despatrimonializa. Ya ha consumido el patrimonio del Óbolo. El patrimonio sirve para apoyar temporalmente en tiempos de crisis. Pero es obvio que hay que revertir la situación. Es necesario seguir con la política de control presupuestario. La Santa Sede necesita generosidad interna y externa. Las donaciones de los fieles y de las Iglesias locales son esenciales. También necesita recibir algo más de los beneficios del Governatorato (Estado Ciudad del Vaticano) y del IOR.
En su visita al Consejo para la Economía, dice el papa, reconocieron que el problema es de comunicación. Eso hace que en algunos medios se tenga la impresión de que no se administra correctamente. Debo decir que en mi experiencia en la Secretaría para la Economía, experimenté un aumento de confianza en la Santa Sede de no pocas instituciones económicas extranjeras que volvieron a colaborar con la Santa Sede tras valorar positivamente los procesos de control y transparencia iniciados, que continúan hasta hoy.
El problema económico más importante que menciona el Papa en su entrevista es el Fondo de Pensiones. Pero, como señala, todos los países tienen problemas con sus pensiones. Y, en general, tienen una situación más problemática que la del Vaticano. Los problemas de los fondos de pensiones suelen verse a muchos años vista, en algunos países a pocos años vista. No es el caso del Vaticano. Aunque hay un importante déficit actuarial, esto es, algo que se prevé para algún momento en el futuro, no para hoy. Se han realizado unos estudios y hay una serie medidas que están a tiempo de tomar, para que en el futuro no haya problemas. Probablemente también necesiten revisar algunas cuestiones laborales. Aunque en favor de la Santa Sede hay que decir que pocos lugares son más igualitarios que el Vaticano, las diferencias salariales entre el salario menor (empleado nivel 1) y el salario mayor (prefecto o cardenal) es de 1 - 4,5 ó 1 - 5.

Aún está dando los primeros pasos en su gobierno, pero no me cabe duda, por su biografía, su itinerario y lo que muestra de sí, que el papa seguirá tratando de recuperar credibilidad para la Iglesia también en materia económica, con transparencia, sobriedad, justicia, generosidad, potenciando la profesionalidad y la honestidad de los administradores. Tratando de evangelizar también con la economía.
*Juan Antonio Guerrero Alves fue nombrado Prefecto de la Secretaría para la Economía de la Santa Sede por el Papa Francisco en noviembre de 2019, responsabilidad que ha ejercido hasta finales de 2022. Actualmente, es el director del Centro de Espiritualidad Ignaciano de Salamanca
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