Mudan el "Te Deum" del bicentenario de la Revolución a Santiago del Estero Nuevo desplante de los Kirchner al cardenal Bergoglio

(Patricio Downes).-El tedeum del bicentenario de la Revolución de Mayo fue sacado de la órbita del cardenal Jorge Bergoglio por la presidente de la Argentina, Cristina Fernández de Kirchner. Ella mismo lo anunció al inaugurar obras en la Basílica de Luján, 70 kilómetros al oeste de Buenos Aires, pero ahora se supo que el cardenal Bergoglio celebrará igualmente el ritual de acción de gracias en la catedral de la capital argentina.

La mandataria siguió el ejemplo de su esposo y antecesor, Néstor Kirchner, quien mudó el tedeum a las ciudades del interior Tucumán y Salta, disgustado con el cardenal Bergoglio por sus homilías en las que cuestionó el manejo discrecional del poder y la corrupción.

En esta Pascua, durante la misa de Gloria, el cardenal dijo que "el pueblo fiel está cansado de un mundo que agrede, que enfrenta a hermanos contra hermanos, que destruye y calumnia" y llamó a una "cultura del diálogo y el encuentro, ante tanta crispación". Esta agresión constante es la que caracterizó a los Kirchner desde que asumieron el poder en 2003.

Sin embargo, esta nueva jugada del matrimonio presidencial, según publica este lunes el diario Clarín, tendrá como respuesta un gesto fuerte del cardenal. En su tedeum, realzado por la celebración del bicentenario, asistirán el opositor jefe de gobierno de Buenos Aires, Mauricio Macri, y otras figuras relevantes del antikichnerismo.

Néstor Kirchner estuvo por primera vez delante de Bergoglio en 25 de mayo de 2003, precisamente el día que tomó posesión del cargo y coincidió con el primado en la necesidad de "poner el hombro" dejando atrás "mezquindades e internismos".

Un año después, el jefe de Estado salió contrariado de la catedral porque el arzobispo refirió a "componendas de poder" que absorben las instituciones y al cansancio del pueblo por los "anuncios estridentes".

En 2005, el Gobierno decidió llevar el tedeum a Santiago del Estero para escuchar una homilía sin sobresaltos del obispo Juan Carlos Maccarone, considerado "amigo" de la Casa Rosada y quien tiempo después tuvo que renunciar al verse envuelto en un escándalo homosexual.

Kirchner regresó en 2006 al templo porteño y soportó más críticas a su forma de gobernar por parte de Bergoglio, que exhortó a construir un país sin prepotencias ni exclusiones, y alertó que el poder no necesita sustentarse en propaganda, encuestas o el aplauso de masas.

En 2007, la administración central trasladó el Tedeum a Mendoza, donde la reflexión patria estuvo a cargo del obispo de San Rafael, Eduardo Taussig, quien apeló a frases de Benedicto XVI y Juan Pablo II para alertar que se puede caer en un régimen autoritario sin "fidelidad a la democracia" y reclamar más consenso para que la forma republicana de gobierno no sea "una mera formalidad de procedimientos" que "perpetúe las diferencias".

En 2008, en Salta, con Cristina Fernández en el poder, el arzobispo Mario Cargnello exhortó a "recrear" los vínculos sociales mediante el diálogo, al que consideró como "el único instrumento eficaz para convertir la crisis en oportunidad", y reclamó que se respete la Constitución para no convertir "la nación en un camino involutivo hacia la ley de la selva".

El año pasado, la primera mandataria y su gabinete escucharon la oración preparada por el obispo de Puerto Iguazú, Marcelo Martorell, amigo del fallecido empresario telepostal Alfredo Yabrán y con un perfil distinto al de su antecesor, Joaquín Piña, quien en octubre de 2006 se convirtió en el primero en ganarle una elección al kirchnerismo.

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