¿Salvador de Marbella?

-Pero, tú-uu, Salvador-or, ¿a quién-een has salvado-oo, para-a llamarte como te llamas?
Evidentemente yo, con el aplomo de mis primeras reflexiones de niño estudioso un poco redicho, cuya maestra era nada menos que la adorable y muy respetada señora del director de la oficina de correos, le repondía:
- Señor Rosales, yo no me llamo, sino que me llaman.
Creo que lo mismo que me pasaba a mí entonces le pasa ahora a mi tocayo Salvador Guerrero Rodríguez, fundador y titular de “Guerrero abogados”, que se encuentra en la circunstancia de que le invitan a que sea uno de los salvadores de Marbella sin que él mismo se haya llamado, puesto que no ha sido candidato al nombramiento.
He leído en la prensa que él ha tenido la misma reacción que yo tuve de pequeño y que probablemente ya ha tenido más de una vez, a lo largo de sus casi veintisiete años de abogado, cuando más de un cliente ha llegado a su bufete, recordándole que su nombre le inspiraba confianza, para que él fuera el salvador de su causa.
Aunque personalmente yo nunca he tenido el placer de saludar a este tocayo mío, cuyo buen nombre sí he oído más de una vez en Marbella e incluso en mi familia, me tomo aquí la enorme libertad que me procura mi vocación de escritor totalmente independiente, no retribuido por mi escritura, para aconsejarle que no tome el cargo que le confían en la gestora de Marbella, por la sencilla razón de que según ley:
"Son incompatibles con la condición de concejal los abogados que dirijan o representen a partes en procedimientos judiciales contra la corporación". (Artículo 178 Ley Orgánica del Régimen Electoral General 5/1985).
Justamente porque todos respetamos con él la presunción de inocencia de sus clientes, al mismo tiempo que respetamos el derecho de Marbella a defenderse de quienes la han expoliado y desprestigiado, pensamos que la mejor manera de depurar responsabilidades y de restablecer la justicia es distinguiendo claramente las partes en conflicto.
Es un gran honor para mi tocayo que el mayor partido de la oposición se haya fijado en él, para confiarle la gestión de la hacienda pública marbellí, durante este año de reflexión y de espera para los electores marbellíes y marbelleros.
Pero mayor honor será, para el especialista en resolución de problemas de derecho civil y de derecho mercantil, que es Salvador Guerrero Rodríguez, el que tanto Andalucía como toda España y toda Europa sepan que un prestigioso abogado de Marbella ha preferido respetar la ley, sin intentar tergiversarla, a convertirse en administrador interino de la “Ínsula Barataria”.