Preces de los Fieles (Inmaculada Concepción de María 08.12. 2013)
Jesús nos está diciendo siempre: “Estos son mi madre y mis hermanos...
Todo el que oye y cumple la voluntad de mi Padre celestial
ese es mi hermano, mi hermana y mi madre”.
Celebremos esta fiesta de María, diciendo como ella: “Hágase en mí según tu Palabra”
Por toda la Iglesia:
para que sintamos la alegría del amor de Dios derramado en todo ser humano;
para que nos creamos bendecidos, llamados a vivir en fraternidad;
para que celebremos el Adviento con María, pidiendo que se haga en nosotros la Palabra.
Roguemos al Señor: “Hágase en mí según tu Palabra”
Por toda la humanidad:
para que estemos convencidos de que podemos y debemos perfeccionar la vida;
para que tengamos conciencia de que la falta de bienes es fruto de la injusticia;
para que consideremos hermano a toda persona.
Roguemos al Señor: “Hágase en mí según tu Palabra”
Por los jóvenes:
para que se sientan esperanza de la sociedad;
para que cultiven los ideales de verdad, honradez, trabajo, amistad, justicia...;
para que se comprometan en el saneamiento de las instituciones juveniles.
Roguemos al Señor: “Hágase en mí según tu Palabra”
Por las personas más débiles:
para que sientan nuestro atención y cuidado;
para que no pierdan la dignidad personal, la libertad, el afán de superarse;
para que sepan que el Dios de María está con ellos.
Roguemos al Señor: “Hágase en mí según tu Palabra”
Por nuestra comunidad celebrante:
para que sigamos a María “oyendo y cumpliendo la voluntad del Padre”;
para que nos creamos bendecidos por el Espíritu divino;
para que seamos agradecidos entre nosotros y con Dios.
Roguemos al Señor: “Hágase en mí según tu Palabra”
Ayúdanos, Padre de todos, a imitar a la Virgen Inmaculada que
“mayor mérito tuvo por haber sido discípula de Cristo
que por haber sido madre de Cristo” (san Agustín)
Por el mismo Jesús, que vive por los siglos de los siglos.
Amén.
Rufo González
Todo el que oye y cumple la voluntad de mi Padre celestial
ese es mi hermano, mi hermana y mi madre”.
Celebremos esta fiesta de María, diciendo como ella: “Hágase en mí según tu Palabra”
Por toda la Iglesia:
para que sintamos la alegría del amor de Dios derramado en todo ser humano;
para que nos creamos bendecidos, llamados a vivir en fraternidad;
para que celebremos el Adviento con María, pidiendo que se haga en nosotros la Palabra.
Roguemos al Señor: “Hágase en mí según tu Palabra”
Por toda la humanidad:
para que estemos convencidos de que podemos y debemos perfeccionar la vida;
para que tengamos conciencia de que la falta de bienes es fruto de la injusticia;
para que consideremos hermano a toda persona.
Roguemos al Señor: “Hágase en mí según tu Palabra”
Por los jóvenes:
para que se sientan esperanza de la sociedad;
para que cultiven los ideales de verdad, honradez, trabajo, amistad, justicia...;
para que se comprometan en el saneamiento de las instituciones juveniles.
Roguemos al Señor: “Hágase en mí según tu Palabra”
Por las personas más débiles:
para que sientan nuestro atención y cuidado;
para que no pierdan la dignidad personal, la libertad, el afán de superarse;
para que sepan que el Dios de María está con ellos.
Roguemos al Señor: “Hágase en mí según tu Palabra”
Por nuestra comunidad celebrante:
para que sigamos a María “oyendo y cumpliendo la voluntad del Padre”;
para que nos creamos bendecidos por el Espíritu divino;
para que seamos agradecidos entre nosotros y con Dios.
Roguemos al Señor: “Hágase en mí según tu Palabra”
Ayúdanos, Padre de todos, a imitar a la Virgen Inmaculada que
“mayor mérito tuvo por haber sido discípula de Cristo
que por haber sido madre de Cristo” (san Agustín)
Por el mismo Jesús, que vive por los siglos de los siglos.
Amén.
Rufo González