Auschwitz: lugar teológico para un Sábado Santo por Mariano Sedano

Desde la reunión de los representantes de los religiosos de toda Europa su coordinador, Mariano Sedano, me envía una reflexión surgida en Auschwitz, donde se desarrolló una de las sesiones, y que quiero compartir. Escribe, impresionado, sobre la historia de la transformación vivida en ese lugar teológico que es Auschwitz.

“Allí ha habido muerte y horror. Pero de allí ha surgido una humanidad capaz de derrotar lo diabólico, desde la debilidad y la vulnerabilidad. Los casos de Maximiliano Kolbe, Edith Stein o tantos otros que aceptan la muerte, ser aplastados sin compasión, ha sido la sementera de una humanidad que puede ser mejor.

En el límite del horror personas como Eli Wiesel, Etty Hillesum o Viktor Frank descubrieron la salida del horror en el sentido de la vida, la entrega por amor y la absoluta necesidad de Dios para que el hombre no sucumba.

El campo de exterminio nos enseña a vivir las peores situaciones de la vida con espera, silencio y paciencia, porque están grávidas de esperanza y de grandes posibilidades ocultas. No hay que tener prisa. No hay que acelerar la historia. Vivimos entre el Viernes de la Pasión y el Domingo de Gloria. El Sábado Santo es mucho más que un día. Es una forma de vivir que incluye el silencio, la memoria de la pasión, las dudas de un futuro incierto y la fe en un Dios que no nos deja de la mano, aunque no le sintamos ni le oigamos. Ya llegará la Pascua.

He vuelto a casa mucho más esperanzado y convencido de que Dios tiene su tiempo y sus ritmos. La pequeña historia de esperanza que cada uno lleva en el corazón es la que le hace ser una persona que actúa responsablemente y que hace felices a los que están a su lado. Es la Esperanza de la gran Historia común, aunque no siempre sepamos dar "razones" de nuestra forma de vida. Cuando alguien vive esta realidad con alegría y contagia, él mismo es la gran Razón de la Esperanza, cuya lógica, tierna y propositiva, que no impositiva y aplastante, todos pueden entender.

Pues eso, amigos, a ver si se nos acrece la esperanza y nos brota por los poros del corazón, de las manos y de la boca, para descubrir tantas situaciones de estado de buena esperanza que vive nuestro mundo a pesar de todas las crisis que nos acechan”.
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