Dice El espectador (cito de memoria): A mi alrededor solo he visto políticos a quienes no interesa ver el mundo como él es, dispuestos solo a utilizar las cosas como les conviene. Y comenta: No son los intereses [materiales] los que tienen que marcar nuestro camino sino los rumores de nuestro corazón. Sobre los mismos, escribe más adelante: Prefieren servir sin fe bajo unas banderas desteñidas a cumplir el penoso esfuerzo de revisar los principios” en nombre de los que dicen actuar. “Esa señora, sin alma y sin corazón, no ha comido caliente en su vida”, como un solo hombre gruño con rabia un grupo de gente que estaba en el bar cuando oyó decir a una diputada: Nosotros no estamos aquí para limpiar barro (cito de memoria). Y alguien comentó: “Que se siente en el Parlamento alguien que dice eso teniendo delante de las narices una tragedia como la de Valencia es una profanación de tal lugar”.