El buen hacer del Nuncio, por Jesús Higueras

Tiempos poco fáciles. Y en medio de estas tempestades la figura de Don Manuel como representante de la Santa Sede ha sido para muchos católicos un punto de referencia, de serenidad y de bien hacer, siempre en comunión con el episcopado español y con la sensibilidad de un pueblo que mantiene la fe desde el inicio del Evangelio.
El trabajo más importante de una persona es aquel que no es reconocido o aplaudido por los demás, pero que hace un bien inmenso a todos, pues el cristiano no busca la gloria de la tierra, sino el premio de la gloria del Cielo, aunque eso suponga muchas veces incomprensiones y juicios temerarios. Por eso, es de justicia que después de nueve años de servicio a la Iglesia que peregrina en España, seamos muchos los cristianos que manifestemos nuestra gratitud a Dios nuestro Señor por el ministerio que Don Manuel ha ejercido entre nosotros y por nosotros. Sabemos que el Santo Padre sigue contando con él para seguir llevando cargos de responsabilidad en la Iglesia universal y desde estas páginas pedimos al Dueño de la viña que siga bendiciendo a este trabajador del Evangelio.