Tras el significativo mensaje a la Conferencia Episcopal de Perú, a la que perteneció el papa Prevost ¿Ejerce ya el cardenal Grech como prefecto en la sombra del Dicasterio para los Obispos?

Mario Grech
Mario Grech @Vatican Media

¿Es posible entrever en estos más de tres meses de pontificado alguna pista que sugiera por dónde puede ir el futuro? ¿Por dónde empezará? ¿Nombrará primero nuevo secretario de Estado? ¿Comenzará por los dicasterios? ¿Quizás por el que él mismo dejó vacante?

En los últimos días no ha pasado desapercibido el mensaje que Grech envió a los obispos peruanos, reunidos en su 129ª asamblea plenaria, donde los invitó a convertirse en una Iglesia misionera y que construye puentes

Reina una calma chicha en el Vaticano tras los primeros cien días del inicio de pontificado de León XIV. Tras las semanas azarosas de la enfermedad y muerte del recordado Francisco, el cónclave y la llegada a la silla de Pedro desde su cercano despacho en el Dicasterio para los Obispos del cardenal Robert F. Prevost, la expectación es grande a la espera de conocer los primeros nombramientos de León XIV para la Curia vaticana.

Aunque el 9 de mayo, al día siguiente de su elección, el nuevo Papa comunicó su voluntad de que los jefes y miembros de las instituciones de la Curia Romana, los secretarios y el presidente de la Pontificia Comisión del Estado de la Ciudad del Vaticano siguiesen, “provisionalmente”, en sus respectivos encargos, se espera que ahora, a la vuelta del verano, comiencen a conocerse las identidades de los elegidos, sin descartarse los nombres femeninos.

Boletín gratuito de Religión Digital
QUIERO SUSCRIBIRME

Pero, ¿es posible entrever en estos más de tres meses de pontificado alguna pista que sugiera por dónde puede ir el futuro? ¿Por dónde empezará? ¿Nombrará primero nuevo secretario de Estado? ¿Comenzará por los dicasterios? ¿Quizás por el que él mismo dejó vacante?

Muy pocos pensaron en 2023, cuando Francisco se trajo desde Perú al obispo de Chiclayo para ponerlo al frente del Dicasterio de los Obispos que, en realidad, lo estaba colocando en la pole de salida para su sucesión. Luego las señales parecieron claras. ¿Y si León XIV hubiera empezado ya a hacer lo mismo? Cien días después, a nadie debería pillar por sorpresa.

De izquierda a derecha, San Martín, Prevost, Grech y Beqcuart
De izquierda a derecha, San Martín, Prevost, Grech y Beqcuart Vatican Media

Así, para ese dicasterio surgieron muy pronto nombres, que si un hermano de congregación, que si el cardenal que le puso el Anillo del Pescador… Hace algo más de un mes, un cardenal avispado, que ya entonces supo leer las intenciones de Francisco con Prevost al traérselo desde el enrocado Episcopado peruano a la Curia, subió la ‘apuesta’, que compartió con RD. ¿Y si el elegido para el puesto fuese finalmente el cardenal Grech?

El secretario general del Sínodo de los Obispos ha estado en el punto de mira de los sectores más reaccionarios por su papel en el desarrollo del Sínodo de la Sinodalidad, la audaz y novedosa apuesta todavía en proceso ­–otro de los que abrió­– del papa Bergoglio, quien premió la labor del obispo maltés con el cardenalato en 2020.

El impulsor del método sinodal

Grech, de 68 años, ha sido el principal artífice –junto con su mano derecha, el agustino español Luis Marín de San Martín, subsecretario de la Secretaría General del Sínodo–  del entramado del Sínodo de la Sinodalidad, un ‘experimento’ que despertó muchas expectativas en los sectores más aperturistas, y que de una tacada rompió esquemas como el de la participación y votación de los laicos, mujeres incluidas.

Luis Marín de San Martín, con León XIV
Luis Marín de San Martín, con León XIV RRSS

Un proceso que, insistimos, sigue abierto, con unas Pistas para la Fase de Implementación del Sínodo, publicadas recientemente como guía para las iglesias locales de aquí a 2028, y de las que, tal vez, ya tendría que hacer su seguimiento Luis Marín, que podría ser nombrado sustituto de Grech al frente de la Secretaría General del Sínodo si el cardenal fuese promocionado, como sugieren las fuentes, por León XIV como prefecto de los Obispos.

El mensaje de Grech a los obispos peruanos

En este sentido, en los últimos días no ha pasado desapercibido el mensaje que Grech envió a los obispos peruanos, reunidos en su 129ª asamblea plenaria, donde los invitó a convertirse en una Iglesia misionera y que construye puentes.

En principio nada nuevo. Si no fuese porque no han sido precisamente esas las características de la Conferencia Episcopal del país andino en las últimas décadas, regida por el cardenal Juan Luis Cipriani, del Opus Dei, y maniatada por la influencia en su seno del Sodalicio y sus obispos, como bien supo durante su etapa como miembro de ella el obispo de Chiclayo, Robert F. Prevost.

La asamblea episcopal peruana, en "modo" sinodal
La asamblea episcopal peruana, en "modo" sinodal @Vatican Media

Por todo ello no deja de ser significativo que ese Episcopado, que ya ha invitado a su antiguo miembro a visitar el país, ahora como sucesor de Pedro, se haya plegado aparentemente al camino de la sinodalidad y estén, por lo que parece, encantados de poner en práctica entre ellos lo que les ha pedido ahora Grech, nada menos que la adopción del método de las “conversaciones en el espíritu” como una herramienta de discernimiento pastoral para la Iglesia sinodal en la que creía Francisco y, como religioso, también cree y conoce León XIV.

De ahí que este mensaje de Grech, en el que insistió en que la sinodalidad no debe entenderse como una estrategia organizativa, sino como una dinámica espiritual que promueve la comunión y la misión, podría convertirse no sólo en la nueva “regla de oro” para guiar los trabajos de las conferencias episcopal de todo el mundo en torno al Documento Final del Sínodo, sino la prueba del nueve para el perfil de pastor que se buscaría ahora -en la línea del papa Francisco y del prefecto Prevost- desde la “fábrica de los obispos”. Y Grech, sin duda, conoce ya la letra.

Volver arriba