Hoy es 11 de agosto, festividad de Santa Clara, la "hermana" de Francisco de Asís. Hoy, las clarisas de todo el mundo están de celebración. Tal vez la última en el convento de Santa Cruz, si nadie lo remedia. No vamos a entrar en las causas del cierre del mismo (supongo que las hermanas han estado mal asesoradas, y además han tenido mala suerte), pero sí debemos exigir al Obispado que haga lo que esté en su mano -incluyendo esa propuesta que las propias monjas hicieron, consistente en ceder parte del terreno para un museo- para que uno de los rincones con más alma de Córdoba -545 años las contemplan- no muera. Y no sólo echar las culpas a la caja que, como en tantas ocasiones, ejecuta una sanción tras varias demoras. Las clarisas siempre han llevado el espíritu de pobreza y desprendimiento inherente a su vocación. No es un problema de que se vayan a quedar sin casa: es una cuestión de solidaridad de la Iglesia para con la Iglesia. No estamos hablando de grandes cantidades. Don Juan José: seguro que estamos a tiempo de arreglar las cosas. Para que no sea el último día de Santa Clara que celebren las hermanas de Santa Cruz.

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