Sobre el proceso a Jesús y su condena (412-16)

Hoy escribe Antonio Piñero


Queridos amigos:


Estoy de vuelta ya en España por lo que me incorporo de nuevo a la dulce tarea de estar con Ustedes y comunicarles lo que me puede parecer interesante de entre las lecturas y trabajos que el devenir de la vida me va sugiriendo o imponiendo. Todo parece estar razonablemente bien en mi vida, en lo que la humana fragilidad permite. por lo que con un saludo de entrada, muy cordial, seguimos.

No he estado del todo ausente ya que mi amigo y colega Gonzalo del Cerro se ha encargado de “pinchar”, o lanzar al aire, lo que había preparado hasta mi vuelta para que viera la luz los viernes. Por ahora seguiremos a este ritmo de aparición de postales hasta que me pueda descargar de trabajos urgentes impuestos por las circunstancias.

Por ejemplo, se van jubilando excelentes colegas, y a sus sucesores se les ocurre hacer libros-homenajes en honra y recuerdo de su labor. Hay que participar, y con gusto, en ellos, como tributo a la memoria de lo mucho que han hecho durante su vida académica activa. Ya se imaginan que eso supone escribir una serie de artículos que apartan de la tarea que a largo plazo me había impuesto. Todo lleva su tiempo.

De todos modos, pienso que en los tres años casi completos que lleva de vida este Blog su han ido acumulando miles de páginas en el servidor, que ahora podría ser conveniente releer...quien tenga ganas. Hay material de sobra para la reflexión.

Y volviendo al tema que nos ha ocupado los viernes pasados: quiero acabar pronto con la reseña de la imagen de Jesús que ofrece la obra de Marvin Harris, tan continuamente reeditada, “Vacas, cerdos, guerras y brujas. Los enigmas de la cultura” de Alianza Editorial (colección “Libro de bolsillo”), Madrid, 1974, y que varios lectores me han pedido desde hace tiempo que reseñara. Así pues, seguimos.

A tenor de lo que leemos en los Evangelios, las autoridades romanas y sus “clientes” (según la relación social, típica de la Antigüedad de “patrón/jefe/benefactor” y “cliente” = subordinado de algún modo, “protegido”, que hace negocios a la sombra de la influencia benefactora del patrón) capturaron a Jesús y a continuación lo trataron como dirigente de un grupúsculo que había generado problemas de orden público por su intervención armada en la “purificación del Templo y por su defensa, también con armas, a la hora del prendimiento.

Harris cree probable la existencia de un juicio y condena “interna”, intrajudía, por motivos religiosos por parte de las autoridades (no se preocupa de dilucidar los posibles problemas jurídicos y de casi imposibilidad de tiempo físico de un proceso judío tal como lo cuentan los Evangelios. Pero ve más verosímil aún que las autoridades judías entregaran a Jesús en manos del Gobernador por motivos “seculares”, es decir, por cargos políticos. En “contextos coloniales” (como ocurría en Judea en el siglo I) los “mesías populares” son siempre culpables de un delito político-religioso, nunca sólo de uno puramente religioso... que a los romanos les importaba bien poco.

La predicción de Caifás de Jn 11,47-51

47 Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron consejo y decían: «¿Qué hacemos? Porque este hombre realiza muchas señales. 48 Si le dejamos que siga así, todos creerán en él y vendrán los romanos y destruirán nuestro Lugar Santo y nuestra nación.» 49 Pero uno de ellos, Caifás, que era el Sumo Sacerdote de aquel año, les dijo: «Vosotros no sabéis nada, 50 ni caéis en la cuenta que os conviene que muera uno solo por el pueblo y no perezca toda la nación.» 51 Esto no lo dijo por su propia cuenta, sino que, como era Sumo Sacerdote aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación

se cumplió totalmente: una vez que Jesús estuviera preso e indefenso, las gentes, sobre todo el pueblo de Jerusalén, probablemente menos acostumbrado a sus prédicas, lo consideraría un mesías fracasado (por tanto, no protegido por Dios y “falso”) y no habría ningún movimiento popular a su favor, digno de temer.

Obsérvense varias cosas al respecto sugeridas por este pasaje:

A) Este juicio contra Jesús de las autoridades judías, , sin el reo presente, tiene lugar antes de la semana de la Pasión. Quizás varias semanas o meses. Juan no menciona ningún juicio posterior, corrigiendo así a los Sinópticos. Opino que es más verosímil la posición del Cuarto Evangelista. En todo caso lo que hubo contra Jesús en casa de Caifás (Mt 26,57) y Anás, fue una simple inspección del reo Jesús y una confirmación de que había que acabar con el por motivo puramente de orden público, no religioso: un “revoltoso” muerto sirve de escarmiento; el pueblo. Éste no se levantará contra los romanos y éstos se quedarán quietos sin molestar aún más con sus acciones militares.

Todo ello supone que el proceso contra Jesús comenzó antes de la estricta “semana de la Pasión”, quizás en la fiesta de los Tabernáculos, en septiembre, la última que señala el evangelista Juan como festividad en la participó Jesús. ésta es la tesis que defiendo en "La verdadera historia de la Pasión", de 2008.

B) La intervención de los fariseos es destacada por Juan en la condena de Jesús, pero no por los otros evangelistas. Parece que los fariseos no condenaron a muerte al Nazareno: era uno de los suyos, al menos indirectamente.

C) La frase que recoge el Evangelista: “Vosotros no sabéis nada”, indica que había dudas entre las autoridades o principales de los judíos a propósito de Jesús: algunos de ellos, fariseos, no estarían dispuestos a acabar con él.


Seguiremos


Saludos cordiales de Antonio Piñero.
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com
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