La alegría del Evangelio

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Papa Francisco

El anuncio del Evangelio en el mundo actual

Capítulo Segundo

En la Crisis
Del Compromiso Comunitario


Otros desafios eclesiales

(Cont., viene del día 8)

105. La pastoral juvenil, tal como estábamos acostumbrados a desarrollarla, ha sufrido el embate de los cambios sociales, los jóvenes, en las estructuras habituales, no suelen encontrar respuestas a sus inquietudes, necesidades, problemáticas y heridas a los adultos nos cuesta escucharlos con paciencia, comprender sus inquietudes o reclamos, y aprender a hablarles en el lenguaje que ellos comprenden.

Por esa misma razón, las propuestas educativas no producen los frutos esperados. La proliferación y crecimiento de asociaciones y movimientos predominantemente juveniles pueden interpretarse como una acción del Espíritu que abre caminos nuevos acordes a sus espectativas y búsquedas de espiritualidad profunda y de un sentido de pertenencia más concreto. Se hace necesario, sin embargo, ahondar en la participación de éstos en la pastoral de conjunto de la Iglesia.

106. Aunque no siempre es fácil abordar a los jóvenes, se creció en dos aspectos la conciencia de que toda la comunidad los evangeliza y educa, y la urgencia de que ellos tengan un protagonismo mayor. Cabe reconocer que, en el contexto actual de crisis del compromiso y de los lazos comunitarios, son mhcos los jóvevenes que se solidarizan ante los males del mundo y se embarcan en diversas fórmulas de militancia y voluntariado.

Algunos participan en la vida de la Iglesia, integran grupos de servicio y diversas iniciativas misioneras es sus propias diócesis o en otros lugares. ¡Qué bueno es que los jóvenes sean "callejeros de la fe", felices de llevar a Jesucristo a cada esquina, a cada plaza, a cada rincón de la tierra.

107. En muchos lugares escasean las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. Frecuentemente esto se debe a la ausencia en las comunidades de un fervor apostólico contagioso, lo cual no entusiama ni suscita atractivo. Donde hay vida, fervor y ganas de llevar a Cristo a los demás, surgen vocaciones genuinas. Aun en parroquias donde los sacerdotes son poco entregados y alegres es la vida fraterna y fervorosa de la comunidad la que despierta el deseo de consagrarse enteramente a Dios y la evangelización, sobre todo si esa comunidad viva ora insistentemente por las vocaciones y se atreve a proponer a sus jóvenes un camino de especial consagración.

Por otra parte, a pesar de la escasez vocacional, hoy se tiene más clara conciencia de la necesidad de una mejor selección de los candidatos al sacerdocio. No se pueden llenar los seminarios con cualquier tipo de motivaciones, y menos si estas se relacionan con inseguridades afectivas, búsquedas de poder, glorias humanas o bienestar económenico.

108. Como ya dije, no he intentado ofrecer un diagnóstico completo, pero invito a las comunidades a completar y enriquecer estas perspectitas a partir dede la conciencia de sus desafios propios y cercanos. espero que, cuando lo hagan, tengan en cuenta que, cada vez que intentamos leer en la realidad actual los signos de los tiempos, es conveniente escuchar a los jóvenes y a los ancianos. Ambos son la esperanza de los pueblos. Los ancianos aportan la memoria y la sabiduría de la experiencia, que invita a no repetir tontamente los mismos errores del pasado.

Los jóvenes nos llaman a despertar y acrecentar la esperanza porque llevan en sí las nuevas tendencias de la humanidad y nos
abren al futuro, de manera que no nos quedemos anclados en la nostalgia de estructuras costumbres que ya no son cauce de vida
en el mundo acttual.

109. Los desafíos están para superarlos. Seamos realistas, pero sin perder la alegría, la audacia y la espara esperanzada. ¡No nos dejemos robar la fuerza misionera!.

Ver: Papa Francisco
La alegría del Evangelio
Exhortación apostólica
Evangelii gaudium
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