El Caso Galileo sigue abierto: Ciencia y Fe Cristiana (A. Fantoli)

Annibale Fantoli, Galileo. Por el copernicanismo y por la Iglesia, Verbo Divino, Estella 2011, 544 págs. El autor (italiano nacido en Trípoli,Libia, el año 1924) es doctor en astronomía, filosofía y teología; ha enseñado filosofía e historia del pensamiento occidental en Japón y ha sido investigador científico al servicio del Vaticano, por cuyo mandato y en cuya editorial --Libreria Editrice Vaticana, 2010-- ha publicado el original de este libro, que ha suscitado un debate en diversos círculos eclesiales.

No ha sido Fantoli quien ha planteado ese debate entre ciencia y fe cristiana, sino que lo han hecho Juan Pablo II y Benedicto XVI, creando una comisión para el estudio del tema. Fruto de esa comisión es este libro, escrito y publicado bajo los auspicios del Vaticano, en la Liberia Editrice Vaticana... pero con la salvedad de que no todos en el Vaticano están de acuerdo con su contenido. Todos conocen la diversidad de opiniones (las rupturas internas) que existen hoy en la máxima institución de la Iglesia Católica.


Contenido de la obra:

Juan Pablo II creó una Comisión Vaticana para el Estudio del Caso Galileo. Recogiendo aquel impulso, desde una gran fidelidad a la tradición católica y a la autonomía de la ciencia, por encargo de la misma comisión vaticana, el prof. A. Fantoli ha escrito esta obra, que es quizá la mejor contribución al tema. Su mérito principal consiste en reunir en una síntesis los elementos imprescindibles para comprender el “caso Galileo” desde una perspectiva personal, científica y eclesiástica (desde el plano de la ciencia y de la religión).

Ésta obra sólo puede haberla escrito un hombre como Fantoli, experto en astronomía e historia del pensamiento y de la ciencia en los siglos XVI y XVII, siendo al mismo tiempo teólogo y filósofo de la ciencia, es decir, epistemólogo.

El problema del caso Galileo no es la falta de datos, sino su valoración, desde una perspectiva histórica y científica, eclesiástica y personal, poniendo de relieve las luces y sombras del gran proceso en el que Galileo fue “condenado” por la Inquisición, para ser después rehabilidadopor la Iglesia.


Ésta no es una simple biografía sobre Galileo, sino un estudio histórico, científico y teológico sobre la génesis y el desarrollo de la aventura intelectual de Galileo, en el lugar de cruce del nacimiento de la ciencia moderna y de la teología (astronomía) tradicional de la Iglesia católica. Así lo indica el subtítulo de la obra: "por el Copernicanismo y por la Iglesia". En ese contexto se sitúa el interés de Galileo:

a) que por un lado quiere defender las ideas de Copérnico, abriendo un nuevo camino a la ciencia;
b) y que, por otro lado, quiere que sus ideas sean aceptadas por la Iglesia, como armonizables con la Escritura.

Fantoli: El caso Galileo no se ha cerrado todavía:

De manera sorprendente, en contra de lo que se ha podido decir, tanto desde el punto de vista de un tipo de ciencia quiere mostrarse absoluta, como desde una visión dogmatista de la iglesia, A. Fantoli concluye su obra afirmando que el caso Galileo no está cerrado, pues hay elementos históricos que hay deben estudiarse (pág 510)... y, sobre todo porque aún quedan pendientes varios temas, en un plano religioso. Así lo ponen de relieve las últimas palabras del libro de Fantoli:


a) La Iglesia debe aprender una lección de humildad "para no repetir ni en el presente ni en el futuro errores semejantes". "El reconocimiento de los errores (pasados)... no significa ciertamente que el camino haya quedado automáticamente abierto para un fructuoso diálogo entre la ciencia y la fe contemporánea" (A. Fantoli, pág 511).

b. Una advertencia para el futuro... "Esta confrontación (entre ciencia y fe)puede hoy hacerse (volverse) más traumática que durante la época de Galileo, si se pretende resolver con un autoritarismo incapaz de llevar adelante un diálogo sincero, inteligente, paciente y humilde" (A. Fantoli, pág 511)

c. Lugares de posible conflicto:
"Baste pensar, en el campo de la ciencia, en el problema de la evolución y --dentro de la tecnología-- en los problemas en torno al desarrollo de las nuevas técnicas biogenéticas" (A. Fantoli, pág 511, nota 51)


Sólo me queda poner de relieve la importancia excepcional de esta obra para los que están interesados no sólo por el “caso Galileo”, sino por el estudio de las relaciones entre ciencia y fe (exégesis bíblica) desde una perspectiva cristiana. A todos ellos recomiendo su lectura.


Mi post consta de tres partes:

1. Presentación de Galileo, según mi Diccionario de Pensadores Cristianos.

2. Presentación española de la obra de Fantoli, escrita por Melchor Sánchez de Toca Alameda (Pontificio Consiglio della Cultura) y por Manuel García Doncel (del Seminari de Teologia i Ciències de Barcelona), uno de los mayores teóricos actuales de la ciencia.

3. Índice general del libro.


Para una valoración de la obra en el momento de su publicación, cf. http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/6969?eng=y)


1. GALILEO GALILEI (1564-1642). (de X. Pikaza, Diccionario de Pensadores Cristianos)

Físico y pensador católico italiano, uno de los fundadores de la ciencia moderna. Enseñó en la Universidad de Padua, que pertenecía a la República de Venecia, donde gozó de mucha libertad. Se traslada después a la Universidad de Pisa y presentó sus descubrimientos físicos y astronómicos ante el Colegio Pontificio de Roma que le escuchó con asentimiento, pero a partir del año 1611 recibió diversos ataques de la Inquisición, pues algunos teólogos pensaron que su hipótesis de que la tierra gira en torno al sol (→ Copérnico) iba en contra del libro de Josué (Ms 10, 12-24), donde se supone que es el sol el que gira en torno a la tierra (como afirmaba la astronomía anterior).

Por eso se vio obligado a defender su “ortodoxia” con razones. A pesar de ello fue condenado por primera vez por la Inquisición de Roma, en febrero del año 1616, aunque esa condena, formulada de un modo general, no tuvo consecuencias prácticas. Sin embargo, el proceso volvió a plantearse más tarde, convirtiéndose en uno de los acontecimientos científicos y teológicos más significativos del siglo XVII. Éstos fueron los dos “momentos” básicos de ese proceso.

1. Por una parte, Galileo no logró probar científicamente la rotación de la tierra en torno al sol, como le pedían sus adversarios, pues esa prueba se logrará sólo después de más de dos siglos, con el péndulo de Foucault, el año 1851). De todas formas, la hipótesis de Galileo era científicamente la más probable y él tenía derecho a defenderla, a pesar de las posibles razones contrarias de a Biblia.

2. Por otra, la iglesia intentó imponer sobre las ciencias unos postulados bíblicos y teológicos que carecían de verdadero fundamento religioso. La sentencia de la Inquisición del 22 de junio de 1633 (que condenaba a Galilea a prisión perpetua, aunque fue inmediatamente conmutada, de manera que pudo vivir en libertad) constituye uno de los equívocos más significativos del pensamiento cristianos. Galileo aceptó la condena (sin estar convencido de ella) y siguió investigando sobre el tema de la tierra y del sol.

La iglesia posterior tuvo que retractarse, y lo ha hecho de un modo gradual. Los últimos papas, desde Pío XII hasta Benedicto XVI han rendido homenaje a Galileo, aunque el tema de fondo (relación entre la ciencia la fe) sigue pendiente en diversos campos, desde la física hasta la biología. Obras: Opere complete I-XV (Florencia, 1842-1852). Sobre las implicaciones filosóficas y teológicas del “caso Galileo”, cf. J. Ortega y Gasset, En torno a Galileo, en Obras completas V (Madrid 1951); W. R. Sea, Galileo en Roma: crónica de 500 días (Madrid 2003).


2. PRESENTACIÓN ESPAÑOLA
M. Sánchez de Toca y M. G. Doncel(Págs 9-14 de la obra)


Los lectores de lengua española están de enhorabuena. Ve
por fin la luz en español, tras un incomprensible retraso, la obra
del profesor Annibale Fantoli, Galileo. Por el Copernicanismo y
por la Iglesia, casi veinte años después de su primera aparición
en italiano y de las sucesivas ediciones en las principales lenguas
del mundo.

No sería exagerado afirmar que el profesor Annibale Fantoli
es uno de los mayores especialistas vivos sobre Galileo en todo
el mundo y que, por ello, la obra que presentamos ahora al
público de lengua española, traducida a partir de la tercera edición
italiana y enriquecida con las aportaciones de casi veinte
años de investigaciones ininterrumpidas, está destinada a convertirse
en una obra de referencia.
De este libro decía el llorado
don Mariano Artigas, un gran especialista en estudios galileanos,
que era la mejor obra escrita sobre Galileo Galilei, capaz de
ofrecer una visión sintética y a la vez completa sobre una cuestión
tan compleja. Sostenía que la existencia de la Comisión de
Estudio del Caso Galileo instituida por Juan Pablo II habría
quedado justificada solo por haber permitido la aparición de un
libro como este. Una obra –añadía– que habría tenido que servir
como base para los trabajos de aquella comisión y que, sin
embargo, llegó demasiado tarde, cuando aquella había clausurado
sus trabajos.

Acaso el mérito principal de este libro consista en reunir en
una síntesis abarcable, no obstante su extensión, los elementos
imprescindibles para comprender a Galileo y el proceso histórico
que conocemos como «Caso Galileo» en toda su complejidad
. Y
es que el Caso Galileo se resiste a cualquier simplificación. Para
poder emitir un juicio equilibrado sobre la personalidad del atrabiliario
matemático toscano y su obra, y más aún, para valorar
adecuadamente lo que supuso el Caso Galileo, hacen falta conocimientos
más que notables en áreas tan dispares como astronomía,
historia del pensamiento y de la ciencia en los siglos XVI y
XVII, teología, exégesis (e historia de la exégesis), filosofía y epistemología.

En Annibale Fantoli se da esta rara coincidencia de saberes
y ello le ha permitido trazar un cuadro general de la cuestión
sumamente apreciable. Como sucede frecuentemente en
obras sobre Galileo, el problema no es la falta de datos o de información,
ya que estos resultan más que abundantes. La dificultad,
si acaso, está en la valoración de esos datos y es precisamente
en los juicios y opiniones de los diversos autores donde se pueden
hallar elementos de novedad.

Este es, precisamente, el mérito
principal de Fantoli que, desenvolviéndose con destreza en la maraña
de documentos, atina con una visión equilibrada y rigurosa
de toda la aventura galileana, sin hacer descuentos a nadie.
En la difícil y fatal alternativa entre divulgación y erudición,
el autor ha sabido hallar un compromiso, elaborando un texto
ágil y de fácil lectura, remitiendo al lector interesado a las notas
a pie de página que constituyen una verdadera mina de información.
Muchas de las novedades, especialmente por lo que se
refiere a la última parte, se hallan precisamente en las notas.
El lector no se halla ante una biografía más de Galileo Galilei.

Si bien pueden encontrarse en el libro los elementos suficientes
para situar a Galileo en su tiempo, no nos hallamos ante
una reconstrucción de su vida y de su compleja personalidad, sino
más bien, ante la génesis y el desarrollo del aspecto más importante
de su aventura intelectual resumido en el subtítulo de
la obra: por el Copernicanismo y por la Iglesia, el cual destaca el
interés de Galileo por defender las ideas de Copérnico, unido a
su deseo sincero de que estas ideas fueran aceptadas por la Iglesia,
como armonizables con la Escritura. La obra consta de Introducción
y siete capítulos, cronológicamente ordenados. Así,
los dos episodios del proceso de Galileo en 1916 y 1933 ocupan
los extensos capítulos 3 y 6, y los correspondientes capítulos
precedentes presentan todo el contexto en el que surgen esos
episodios.

La Introducción presenta ampliamente el contexto astronómico,
la historia «de la visión del mundo tradicional a la teoría
copernicana»: las concepciones aristotélica, tolemaica y medieval
cristiana, la novedad de la «revolución copernicana» y las
reacciones de teólogos y astrónomos, especialmente Tycho
Brahe y Giordano Bruno.

El capítulo primero «introduce en escena a Galileo, desde el
nacimiento al período de Padua»
. Descubre ya en este período
su primera orientación hacia el sistema copernicano, y sus intentos
de encontrar una «prueba» basada ya en las mareas, o en
la variación de la «nova» de 1604.

El capítulo segundo está dedicado a «los descubrimientos astronómicos
con el anteojo» y el «inicio de las polémicas».
En él
nos presenta los méritos del Sidereus Nuncius, y su entrada en la
corte florentina, y también el comienzo de la polémica teológicobíblica,
con la «Liga de los Colombi».

El extenso capítulo tercero se titula «Epílogo de la polémica
bíblica: la inclusión del De Revolutionibus en el Índice». Presenta
las reacciones de los dominicos de Florencia y la respuesta
de Galileo en las Cartas a Castelli y a Cristina de Lorena.

Fantoli analiza y defiende aquí en detalle los argumentos bíblicos
de Galileo. Presenta también en detalle la acusación ante el
Santo Oficio, y el proceso de 1615 que ella origina, abreviado
por la extrajudicial intervención de Belarmino, de la que paradójicamente
resulta la inocencia de Galileo y la condenación del
copernicanismo. Presenta y discute todos los documentos correspondientes
al proceso, incluyendo los del Archivo Vaticano
recientemente estudiados.

El capítulo cuarto está dedicado a «la controversia sobre los
cometas e Il Saggiatore».
Se trata de los tres cometas de 1618,
que ofrecen al jesuita Orazio Grassi la ocasión de defender el reposo
de la tierra y originan un duro debate bibliográfico. Las
dos obras de Galileo –y las irónicas anotaciones manuscritas al
margen de las tres de Grassi– testimonian el enfriamiento de sus
relaciones con los jesuitas romanos. Presenta también este capítulo
a «Maffeo Barberini elegido Papa», Urbano VIII, y las idílicas
muestras de amistad e intercambio intelectual que ofrece a
Galileo.

El capítulo quinto trata de la «reanudación del programa copernicano
» y de la «publicación del Diálogo».
Describe el viaje
de Galileo a Roma, su entrevista amistosa con el Papa, sus esperanzas
de poder defender el copernicanismo, y su conocimiento
de los argumentos teológicos del Papa. Presenta la carta de Galileo
contra los argumentos anticopernicanos de Ingoli, y su primer
proyecto de un Diálogo sobre las mareas. Explica el cambio
de título, exigido por el Papa, y las peripecias de redacción y
censura romano-florentina. Presenta por fin el esquema y el valor
de la obra, y justifica la intención de Galileo.

El extenso capítulo sexto estudia el desencadenamiento de la
tempestad, y el «proceso y condena de Galileo».
Describe la llegada
a Roma de ejemplares impresos del Diálogo, en circunstancias
políticas muy delicadas para Urbano VIII, y la violenta
reacción de este al leerlo. Dos razones la motivaban: que los argumentos
teológicos del Papa aparecieran ridiculizados en boca
de Simplicio, y los procedimientos empleados por Galileo para
obtener el imprimátur. Esta última se complicó, al descubrirse
los documentos del compromiso contraído en 1616 ante Belarmino
aparentemente violado por Galileo, y ciertamente ocultado
a sus censores.

Galileo es convocado a Roma ante el Santo
Oficio, y tratado allí con deferencia, con el intento incluso de
resolver de nuevo el proceso por vía extrajudicial, privada
. Pero
la obstinación de Galileo en que su Diálogo no defendía el copernicanismo,
contra la evidencia de los tres teólogos cualificadores
del Santo Oficio, hizo volver al procedimiento ordinario,
hasta la rigurosa condena y la solemne abjuración de 1633. Las
«consideraciones conclusivas sobre la condena de Galileo» hacen
ver la debilidad de los documentos con que se ha pretendido demostrar
la responsabilidad directa de los jesuitas del Colegio
Romano en promover el proceso.

Fantoli defiende jurídicamente el proceso, en cuanto se llevó a cabo según la normativa inquisitorial de la época. Pero critica severamente el «abuso de poder
institucionalizado» que ejercía entonces la Iglesia.
Y critica
también la dura reacción de Urbano VIII, al sentirse traicionado
en las expectativas que él había depositado en aquel libro, y
en la amistad de su autor.

El capítulo séptimo y último trata de «la cuestión galileana,
desde el fin del proceso hasta nuestros días».
El autor no ahorra
críticas a los eclesiásticos que a lo largo de los siglos tuvieron
que ocuparse de él, comenzando por el mismo Urbano VIII. Señala
con juicios acerados la falta de delicadeza, en ocasiones la
mezquindad de espíritu, y, más frecuentemente, la torpeza con
que se trató la cuestión.

Galileo, personaje incómodo en vida, se
convirtió en un caso verdaderamente difícil de gestionar tras su
muerte, una herencia cuyo peso se ha hecho sentir en la Iglesia
hasta hoy
. Con la comisión establecida por Juan Pablo II para
examinar el caso Galileo, y pese a las importantes reservas que
el autor hace acerca de su clausura, es necesario reconocer que se
llegó a un reconocimiento oficial por parte de la Iglesia de los
errores de 1616 y 1633. Como afirma el mismo Fantoli, «Un sucesor
suyo [de Urbano VIII] ha reconocido no solo su grandeza
[de Galileo] en el plano científico y su amplitud de miras en
el plano teológico, sino también el papel que su drama ha tenido
en la “comprensión más justa de la autoridad que es propia
de la Iglesia”» (§ 7.7).

Para el autor, el gran problema subyacente
al Caso Galileo fue el autoritarismo por parte de la Jerarquía
de la Iglesia. Según él, los decretos de 1616 –que prohibía los libros
copernicanos– y de 1633 –que condenaba a Galileo y su
obra Diálogo sobre los dos máximos sistemas–, fueron el resultado
de un ejercicio de autoridad doctrinal, que algunos autores
católicos ya en aquel tiempo juzgaron excesivo.


La serie de actuaciones chapuceras que han marcado la historia del Caso Galileo
quizá no obedezcan tanto a la lógica del autoritarismo,
cuanto a una más comprensible necesidad de «salvar las apariencias
», una dificultad para reconocer los errores y equivocaciones
en actuaciones que no caían directamente bajo la infalibilidad
pontificia
.

Esta dificultad para reconocer los propios
errores, como había pedido Juan Pablo II en su discurso de
1979, ha pesado en la historia del caso Galileo y es probablemente
responsable de una cierta apologética que irrita, a veces
justificadamente, a los historiadores. Por lo que se refiere al futuro,
el autor es consciente de que pueden producirse nuevos casos
Galileo, nuevas «trágicas incomprensiones». Tratar de resolver
estos conflictos con «un autoritarismo incapaz de mantener
un diálogo sincero, inteligente, paciente y humilde» tendría consecuencias
desastrosas.


No queda sino augurarse, como hace el
autor, que «Galileo no haya sufrido en vano».
Hemos de felicitarnos de la inclusión de esta obra en nuestra
colección «Teología y ciencias», centrada hasta ahora en la reflexión
teológica sobre las concepciones científicas actuales acerca
de la evolución cósmica, biológica y antropológica. Pues este se-
rio estudio histórico concerniente al prototipo de conflictos teológico-
científicos, lejos de perturbar esas temáticas, las enriquece
profundamente, y honra la colección.

Auguramos que esta
obra se difunda así más ampliamente en nuestras tierras, y en las
latinoamericanas, a través de las amplias redes de distribución de
la Editorial Verbo Divino.


La extensión de la obra respecto a las anteriormente publicadas
en la colección, ha obligado a retocar algunos detalles del
formato, pero manteniendo el mismo estilo. Especialmente se ha
mantenido el cuidado de «hispanizar» su inmensa bibliografía,
es decir, de citar y referir a las traducciones españolas existentes
de las obras citadas por el autor. Este serio trabajo ha sido realizado
de nuevo por nuestro colaborador Xavier Losantos. Finalmente,
agradecemos también a la Editorial Verbo Divino, en la
persona de su director D. Guillermo Santamaría, y en la de la eficaz
colaboradora Mª Puy Ruiz de Larramendi la acogida de la
edición de esta obra y de su adaptación a nuestra colección. Finalmente,
hemos de agradecer a la Fundación John Templeton el
convenio directo de subvención, que cubre parcialmente las tareas
de traducción, edición y difusión de esta colección.

Melchor Sánchez de Toca Alameda
Pontificio Consiglio della Cultura
Manuel García Doncel
Seminari de Teologia i Ciències de Barcelona


3. INDICE

Presentación de la edición española
Prefacios del autor

Introducción. De la visión del mundo tradicional a la teoría copernicana
0.1. De la cosmología aristotélica al sistema tolemaico
0.2. El encuentro con el cristianismo y la síntesis medieval
0.3. La «revolución copernicana» y las reacciones de los teólogos
0.4. Las reacciones de los astrónomos. El sistema de Tycho Brahe
0.5. El mundo copernicano aumentado hasta el infinito: Giordano Bruno

Capítulo 1. Galileo entra en escena: Desde el nacimiento al período de Padua
1.1. El ambiente familiar y la primera formación intelectual
1.2. La «conversión» a Euclides y Arquímedes
1.3. Profesor de matemáticas en Pisa: las fuentes de su enseñanza
1.4. El De Motu pisano y la primera orientación hacia Copérnico
1.5. Inicio de la enseñanza en Padua
1.6. Primera idea sobre una posible «prueba» del sistema copernicano
1.7. La nova de 1604 y un nuevo intento de «prueba» copernicana
1.8. Enseñanza privada y actividades en el campo técnico
1.9. Amistades y acontecimientos familiares

Capítulo 2. Los descubrimientos astronómicos con el anteojo. Inicio y desarrollo de las polémicas
2.1. Construcción del anteojo y primeros descubrimientos astronómicos
2.2. El Sidereus Nuncius y el proyecto de regresar a Florencia
2.3. Las reacciones al Sidereus Nuncius y el retorno a Florencia
2.4. Inicio de las polémicas bíblicas. Viaje de Galileo a Roma
2.5. La polémica sobre los cuerpos flotantes. Nace la Liga antigalileana
2.6. Las manchas solares y el inicio de la polémica con Scheiner

Capítulo 3. El epílogo de la polémica bíblica: la inclusión del De Revolutionibus en el Índice
3.1. Inicio de la intervención de los teólogos en la controversia copernicana
3.2. La Carta a Castelli. Reacciones de los dominicos de Florencia
3.3. Foscarini y Belarmino sobre la cuestión copernicana
3.4. La respuesta de Galileo: la Carta a Cristina de Lorena
3.5. El dominico Caccini acusa a Galileo en el Santo Oficio
3.6. Galileo vuelve a Roma para la defensa del copernicanismo
3.7. La intervención del Santo Oficio. El De Revolutionibus incluido en el Índice
3.8. Rumores de una abjuración de Galileo. Certificado de Belarmino a Galileo. Observaciones conclusivas

Capítulo 4. La controversia sobre los cometas e Il Saggiatore. Maffeo Barberini elegido Papa
4.1. Los tres cometas de 1618 y la Disputatio Astronomica de Grassi
4.2. La respuesta de Galileo: el Discurso sobre los cometas
4.3. La réplica de Grassi: la Libra astronomica
4.4. Nace Il Saggiatore. Maffeo Barberini elegido Papa .
4.5. Nueva respuesta de Grassi: la Ratio Ponderum Librae et Simbellae

Capítulo 5. La reanudación del programa copernicano. El Diálogo sale a la luz
5.1. Nuevo viaje de Galileo a Roma. Conversaciones con Urbano VIII
5.2. La Carta a Ingoli
5.3. Il Saggiatore denunciado al Santo Oficio por una «persona pía»
5.4. La reanudación del Discurso sobre el flujo y el reflujo del mar
5.5. La Rosa Ursina de Scheiner y la compleción del Diálogo
5.6. Galileo en Roma. Vicisitudes del permiso de imprenta del Diálogo
5.7. El Diálogo sobre los dos máximos sistemas

Capítulo 6. Se desata la tormenta. Proceso y condena de Galileo
6.1. El Diálogo llega a Roma. Inicio de las reacciones en contra
6.2. Urbano VIII tiene conocimiento del contenido del Diálogo. Las primeras medidas en contra del libro
6.3. Se precisan los cargos contra el Diálogo
6.4. Descubrimiento del requerimiento de Seghezzi a Galileo y respuesta de la comisión encargada de examinar el Diálogo
6.5. El Santo Oficio convoca a Galileo en Roma
6.6. Inicio del proceso y defensa de Galileo
6.7. El intento extrajudicial del Comisario Maculano
6.8. Condena y abjuración de Galileo
6.9. Consideraciones conclusivas sobre la condena de Galileo

Capítulo 7. La «cuestión galileana» desde el fin del proceso hasta nuestros días
7.1. Galileo vuelve a Florencia. Los Discorsi se publican en Holanda
7.2. Los últimos años y la muerte. El proyecto del mausoleo en honor de Galileo se aplaza
7.3. Finalmente se construye el mausoleo. El Santo Oficio permite, con condiciones, la reedición del Diálogo
7.4. La prohibición de los libros copernicanos desaparece en la nueva edición del Índice de los libros prohibidos. El caso Settele
7.5. La polémica galileana en el siglo XIX y la «apertura» a los investigadores de los archivos del Vaticano
7.6. El Galileo de Pío Paschini y el Concilio Vaticano II
7.7. Juan Pablo II y el reconocimiento de los errores del pasado

Bibliografía
Índice onomástico
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