Prostitutas (-os) en la Biblia.

Se trata de un tema cultura, social y religioso muy complejo. Por favor, no se proyecten visiones de hoy en el pasado. Hay planos en los que las mujeres de la Biblia antigua podían tener (y quizá tenían) más dignidad que muchas mujeres actuales. Pero es bueno conocer de dónde venimos... para conocer el futuro al que podamos aspirar y los cambios que podemos realizar.
En general, las prostitutas de las que hablo hoy son "pequeñas prostitutas", casi siempre inocentes, víctimas de la realidad social adversa (y casi todas mujeres,objeto de pecado de varones). Mañana hablaré de la Gran Prostituta, signo de mujer para un pecado de varones (de las dos bestias de las que he venido tratando)..
Principios
La prostitución aparece en la Biblia desde los tiempos más antiguos tanto en la tierra de Israel como en los países del entorno (Gen 28, 15), como en los países del entorno (Jc 16, 1; Prov 2, 16; 29, 3). En general, se condena de igual forma la prostituciòn de varones (que suele tener carácter sagrado) como la de mujeres (que ha tenido carácter sagrado, pero que se convertido pronto en pura realidad social). La prostitución de mujeres no se ha condenado en general (se ha tomado como un hecho, sin más); pero se condena en especial en dos dos casos:
(a) un sacerdote, y especialmente el Sumo Sacerdote, no puede casarse con una prostituta, pues ello implicaría un riesgo para su santidad y, sobre todo, para la limpieza genealógica de sus hijos, pues su hijo mayor podría ser de otro hombre (cf. Lev 21, 7.14);
(b) un padre puede vender como esclava a su hija, pro no puede prostituirla (Ex 21, 7) a su hija para lograr así ganancias económica (cf. Lev 19, 29),
Prostituciòn simbólica
En estos casos, la prostitución se utiliza en su sentido literal. Pero, como suele suceder en otros pueblos, las palabras vinculadas con la prostitución han tomado pronto un carácter simbólico, de tipo casi siempre religioso y negativo. En este contexto debemos poner de relieve el hecho de que, por contaminación patriarcalista, el Antiguo Testamento presenta como prostitutas a mujeres que, estrictamente hablando no lo son, sino que poseen y ejercen una independencia social que las hace autónomas ante la sociedad o ante su misma familia.
Los casos más famosos son los de Rajab, la «hospedera» de Jericó, que recibe a los espías de Israel (Jos 2, 1-3; 6, 17-25), y la «concubina» del Levita de Jc 19, 1-3. Pero más que prostitutas en el sentido actual, tanto Rajab como la “concubina” del levita son mujeres que gozan de una libertad especial, sea en contexto social, sea en contexto matrimonial.
Excurso. Triste condición de la mujer en el Antiguo Testamento
Estoy exponiendo en otro lugar (RS 21: http://www.21rs.es/ ) el caso de mujeres famosas en la Biblia, poniendo de relieve el carácter positivo de munas de ellas. Pero, otro plano, la situación de la mujer de la Biblia (lo mismo que de la mujer en su contexto social) puede ser triste. Entre los casos que se aducen en esa línea están los siguientes:
(1) La mujer soltera es propiedad de su padre, que puede entregarla en matrimonio (cf. (Ex 22, 16-17) y venderla como esclava (Ex 21, 7).
(2) La casada pertenece al marido, como la casa o el asno (Ex 20, 17; Dt 5, 18).
(3) El hombre puede tener varias mujeres, la mujer en cambio sólo un hombre; si un casado se acuesta con una soltera no es pecado, pero si una casada se acuesta con cualquier hombre que no sea su marido ha de ser ajusticiada (cf. Ex 21, 10; Lev 20, 10; Dt 22, 22-24).
(4) El marido puede expulsar a la mujer si no le agrada, la mujer no puede divorciarse del marido (Dt 24, 1-4).
(5) Padre y marido pueden anular los votos, incluso religiosos, que han hecho sus hijas o esposas (Num 30, 1-8).
(6) Las mujeres son impuras en su menstruación y tras el parto, y nunca pueden entrar en los patios interiores del templo, ni ser sacerdotes (Lev 12, 2-5; 15, 1-16; 17, 1-7).
Casos especiales.
Evocamos algunos casos en los que el simbolismo de la prostitución tiene un papel importante para la Biblia.
(a) Prostitutos sagrados.
Han sido especialmente condenados en Israel los prostitutos y prostitutas agrados (llamados «santos» y «santas»: de la raíz qds), vinculados al culto de algunos tempos cananeos o de otras ciudades del entorno. En este contexto se sitúa la famosa ley del Deuteronomio: «No traerás la paga de una prostituta ni el precio de un perro [=prostituto sagrado] a la casa de Yahvé tu Dios por ningún voto; porque abominación es a Yahvé tu Dios tanto lo uno como lo otro» (Dt 23, 18); en este contexto parece suponerse que en algún momento ha existido dentro del mismo templo de Yahvé algún tipo de prostitución sagrada.
(b) La idolatría como prostitución.
El caso más significativo de prostitución sagrada, de tipo perverso, es la que está vinculada con el culto a los ídolos que, al menos desde Oseas, aparecen como amantes falsos (vinculados a veces con prácticas sexuales que la religión de Yahvé condena como inmorales). Entendida así la prostitución es el pecado nacional de Israel, como supone Os 2, 1; Is 1, 21; Jer 13 27. Especialmente significativo es, en ese contexto, el largo capítulo de Ez 16, dedicado a las prostituciones de las dos doncellas de Dios, Israel y Judá.
Dos casos del Nuevo Testamento
(a) Las prostitutas os precederán en el Reino de los cielos.
El Nuevo Testamento conserva los diversos sentidos de la palabra. Así, dentro de la retórica moral del tiempo, hallamos algunas condenas generales de la prostitución, como la que aparece la crítica del hermano mayor de Lc 15, 30 o de 1 Cor 6, 15-16. Pero la novedad mayor del evangelio aparece allí donde Jesús viene presentarse como el Mesías o cristo de las prostitutas, a las que se acerca sin condenarlas (cf. Mt 21, 32; cf. Lc 7, 34) y a las que promete del Reino de los cielos, antes que a los justos cumplidores de la ley israelita: «publicanos y prostitutas os precederán en el Reino de los cielos» (Mt 21, 31). Esta actitud de Jesús, vinculada a la raíz de su mensaje (→ gracia, amor) y a las condiciones sociales y personales de las prostitutas implica un cambio radical en la teología y moral del Nuevo Testamento.
(c) A no ser en caso de porneia, prostitución.
Otro caso especial es el que ofrece Mt 5, 32 y 19, 9: «El que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio». Estos pasajes introducen un cambio muy significativo en el principio de indisolubilidad del matrimonio que Jesús ha presentado según Mc 10, 4-9. Mateo conserva la indisolubilidad, pero añade que el matrimonio está roto ya en caso de «porneia»: esta palabra se puede entender en sentido figurado, como refiriéndose a un tipo de unión prohibida por la ley, entre parientes cercanos (quizá lo mismo que en Hech 15, 29, pero es más probable que conserve su sentido originario, indicando así que la prostitución rompe el matrimonio.
Para mañana, la Gran Prostituta