No llega a dos meses desde que se constituyó la Comisión de Educación del recientemente renovado Grupo Federal de Cristianos Socialistas. El contexto del debate de una nueva ley de educación, que ya entraba en su última fase de enmiendas parciales, nos ha obligado mantener una intensa actividad: escuchar, reflexionar, debatir, proponer y hacer todo esto sin perder nunca de vista que Cristianos Socialistas nació para tender puentes entre nuestro partido, el PSOE, y las iglesias cristianas y las otras confesiones. 

En ese proceso de reflexión compartida hemos querido expresar nuestra convicción de que es necesario un arduo proceso de diálogo, de búsqueda de los consensos más amplios, no sólo con los otros partidos, sino principalmente con la Comunidad Educativa para que la nueva ley perdure y dé estabilidad al sistema para los próximos veinte años. La redacción de la LOMLOE ya recorre sus últimos pasos parlamentarios, pero se abre un proceso de concreción de los artículos que la componen y en ese proceso vemos esperanzados una oportunidad para reflexionar y proponer desde nuestra identidad de cristianos y socialistas.

Desde nuestra visión, la educación es, además de un derecho humano, un instrumento para conseguir una sociedad más justa, un recurso imprescindible para compensar las carencias y corregir las desigualdades. 

Un sistema educativo debe trabajar desde el principio de la equidad y garantizar la igualdad de oportunidades, por ello debe ser un servicio público, gratuito y universal que incluya a centros de iniciativa pública o concertada coordinados desde los poderes públicos en aras del bien de la educación.

La igualdad de oportunidades reclama una escuela inclusiva, que acoja a todos, independientemente de su origen, su condición o su identidad, que dé respuesta a las diferentes necesidades,  y esto pasa por facilitar medios suficientes a quienes carecen de ellos por problemas económicos, especialmente medios digitales, por flexibilizar el currículo, por atender de forma personalizada a quienes más dedicación necesitan y por ofrecer una educación de calidad independientemente de la situación de partida del alumnado. Para ello es imprescindible la reducción de la ratios en las aulas y dotar a los centros de los medios necesarios.

Queremos además, tal y como dice nuestra constitución, una educación integral del alumnado que abarque no sólo las destrezas instrumentales, también la formación en valores y que incluya entre las competencias que se han de lograr, la competencia espiritual, esa que ayuda a dar sentido, que enseña a gestionar las emociones, que nos hace reconciliarnos con nosotros mismos y con el entorno.

Vemos necesaria una materia que recoja la importancia del hecho religioso y sus manifestaciones culturales y que sea punto de encuentro, de diálogo y entendimiento entre las diferentes tradiciones. En cualquier forma que se adopte para impartir esta enseñanza, creemos que debe ser una asignatura evaluable, computable y con todos los estándares de calidad homologables al resto de materias.

No queremos dejar sin mencionar nuestra preocupación por el profesorado de la religión y el deseo de que, como trabajadores que son, tengan las mejores condiciones laborales de estabilidad y de consideración profesional.

Estamos convencidos de que aún hay tiempo y oportunidades para enriquecer la LOMLOE y hacer de ella una ley duradera, una ley que posibilite que nuestros niños y jóvenes lleguen a ser los ciudadanos y ciudadanas que, no sólo nuestro país, sino nuestro mundo necesita. Y ése es nuestro compromiso, seguir escuchando, reflexionando, dialogando y aportando intentando tender puentes con el objetivo puesto en una educación para el bien común.