El obispo de Córdoba, en el Día de la Iglesia Diocesana "La Iglesia no es un parásito de la sociedad"

La Iglesia "necesita medios materiales, necesita medios económicos, necesita ayuda", añadiendo a este respecto que, afortunadamente, "va creciendo la conciencia de que la Iglesia la sostenemos entre todos, porque la Iglesia ya no es subvencionada por el Estado, ni hay una partida presupuestaria para la misma.

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha afirmado en su carta semanal, con motivo de la celebración el próximo domingo 14 de noviembre del Día de la Iglesia Diocesana 2010, que "la Iglesia Católica no es un parásito de nuestra sociedad, sino la principal bienhechora de la misma, gracias a la contribución de todos los fieles", cuya ayuda precisa.

En este sentido y en su carta semanal, el obispo recuerda que "la Iglesia Católica está implantada en nuestro suelo desde hace casi veinte siglos. No hay excavación arqueológica en la que no aparezcan señales cristianas, como seña de identidad de nuestra cultura cristiana", pero "la Iglesia ha realizado su misión y continúa realizándola con medios pobres", de tal forma que, "con lo poco que recibe es mucho lo que hace, porque cuenta con miles de voluntarios dispuestos a gastar parte de su tiempo en favor de los demás y porque hay miles de personas consagradas a Dios, sacerdotes, religiosos y seglares, que dedican su vida entera al servicio de los demás".

Para realizar su misión, según ha argumentado Fernández, la Iglesia "necesita medios materiales, necesita medios económicos, necesita ayuda", añadiendo a este respecto que, afortunadamente, "va creciendo la conciencia de que la Iglesia la sostenemos entre todos, porque la Iglesia ya no es subvencionada por el Estado, ni hay una partida presupuestaria para la misma. La Iglesia se sostiene con los donativos de sus fieles, con las suscripciones voluntarias de los feligreses, con la ´X´ en la Declaración de la Renta", que al contribuyente no le "cuesta nada y Hacienda destina parte de tus impuestos a la Iglesia Católica y a otros fines sociales".

Por ello, el obispo ha insistido en que la Iglesia necesita la ayuda de los cristianos "para seguir anunciando el Evangelio, para construir templos nuevos, para restaurar los antiguos, para atender a tantos pobres y a tantas necesidades a las que hoy atiende la Iglesia, para estar cerca de los ancianos en las residencias, para impartir una buena educación a los niños, para alentar la esperanza en los jóvenes, y para el sostenimiento de los sacerdotes, que con una pequeña nómina dedican su vida entera al servicio de Dios y de los hombres".

Volver arriba