Escandalosas declaraciones del cura falangista Jesús Calvo: "El Papa es populista, incluso comete herejía"
El sacerdote de El Burgo Ranero, en León, Jesús Calvo, se ha hecho famoso por sus polémicos comentarios en diversos medios de comunicación marcados por su ideología falangista. Considera que la homosexualidad, por ejemplo, es un complejo de inferioridad, y acusa al papa de hereje y al rey de traidor. Asegura que sus feligreses le agradecen que diga la verdad y el obispado alude a su libertad de expresión.
Cuando se pone ante el micrófono, sin embargo, recompone el mundo y ataca lo que considera mentiras y engaños del sistema establecido. Lo primero, los homosexuales, que 'nos engañan', dice, haciéndonos creer que su condición es normal'. Y no deja de ser, asegura, un complejo de inferioridad. Y lo refuerza con argumentos contundentes.
Pero también mira en casa. "La iglesia debe combatir la relajación moral que vivimos. El actual papa es populista, vende flores y no frutos. Incluso comete herejía".
No concibe el párroco del Burgo Ranero la separación entre Iglesia y Estado. 'Franco lo había dejado todo atado y bien atado, pero Don Juan Carlos le traicionó'.
Sus feligreses le agradecen que les cuente la verdad, asegura este polémico sacerdote que lleva 44 años en El Burgo y que todos los años visita a Antonio Tejero. Desde el Obispado respetan su libertad de expresión.
Amigo personal de Antonio Tejero, su admiración hacía el excoronel golpista sólo es comparable con la que profesa hacía Francisco Franco, a quien le agradece que librase a España de convertirse "en un gulag ruso, en una Cuba, una Chechenia o en una Albania". A su entender, Franco salvó a España al "imponer la tradición católica" y hacer de nuestro país una potencia económica mundial.
"Franco era un adorador nocturno, tomaba muchas decisiones al pie del sagrario. Fue un gran católico y por eso restauró 20.000 templos que quemaron los rojos", expuso Calvo, antes de criticar a aquellos que amargaron la existencia al dictador. Entre todos, el padre Calvo siempre destaca al cardenal Vicente Enrique y Tarancón. "Fue un traidor y un vividor. Dios lo habrá acogido en su seno, pero el purgatorio de purificación al que le estará sometiendo debe ser muy gordo".
En cuanto a las medidas que adoptaría para salir de la crisis, este sacerdote nunca oculta que sería necesario "recristianizar España", abogar por la "unión del Estado y una Iglesia que debe ser ultraconservadora" y proceder a la "ilegalización de los partidos políticos porque como dijo José Antonio, el mejor destino de las urnas es romperlas".
