Ni Torra ni Colau asistieron a la ceremonia de la patrona de Barcelona Omella pide a los políticos catalanes que “desechen toda ideología excluyente” durante la Misa de la Mercé

"Protege a nuestros gobernantes, dales acierto en sus decisiones, para que promuevan la paz y la libertad, la convivencia pacífica y fraterna"
"Que el demonio de la división y de la crítica, del recelo y de la sospecha, no haga mella en nosotros"
| Jesús Bastante Fotos: Guillermo Simón, Arzobispado de Barcelona
“Protege también a nuestros gobernantes. Muchos de ellos también te llevan en su corazón. Dales acierto en sus decisiones, para que promuevan la justicia, la paz y la libertad, la convivencia pacífica y fraterna. Que en sus actuaciones tengan en cuenta, de manera especial, a los más pobres y necesitados. Que trabajen por el bien de todos y no de unos pocos. Que desechen toda ideología excluyente. Que sientan siempre tu protección y tu consuelo maternal”. El cardenal de Barcelona, Juan José Omella, hizo un llamamiento al diálogo y el encuentro entre los políticos catalanes durante su homilía en la festividad de la Mercé, patrona de Barcelona, y de toda la provincia eclesiástica.
La ceremonia se celebró en la basílica de la Mercé, y fue concelebrada por los obispos de Sant Feliu y Terrasa. A la misma no asistió ningún alto cargo de la Generalitat (la consellera de Presidencia, Meritxell Budó, excusó su presencia al tener que asistir al funeral del padre de Jordi Turull, uno de los políticos presos), y tampoco la alcaldesa Ada Colau, aunque sí algunos concejales de la Ciudad Condal.

Omella, durante su homilía (Guillermo Simón)
En su homilía, Omella pidió a la Virgen “avivar el deseo de ser testigos coherentes y gozosos de la presencia de Dios entre nosotros”, algo que “no es fácil hoy en esta hermosa ciudad y en su entorno que, a veces, vive alejada del bello mensaje de paz, amor, fraternidad, salvación y vida eterna que nos ofrece Jesucristo, tu Hijo”.
Hombres y mujeres desorientados, medio perdidos
“Vivimos en una sociedad que «ha perdido el dulce recuerdo de Dios», en palabras de san Basilio. Nos entristece el desinterés que muchos muestran hacia todo lo relacionado con Dios”, lamentó el presidente de la CEE, así como “ver sufrir muchos hombres y mujeres que viven desorientados, medio perdidos, que no saben hacia dónde tirar, qué camino coger para encontrar un sentido a la vida, a su vida”.

Omella bendice el altar (Guillermo Simón)
“A veces, algunos los encontramos por la calle, caminan solos, no tienen nada que hacer. Otros van de un lugar a otro acelerados y no tienen tiempo para nada. Necesitan un ritmo frenético para estar ocupados. Los aterriza la calma, el temido silencio y la contemplación que cuestionaría sus vidas”, recalcó Omella.
“Hay una sed profunda del don de Dios, pero se buscan fuentes contaminadas que calman la sed con un placer momentáneo, efímero, tras el cual devuelve la angustia y un hueco aún más profundo”, sostuvo el cardenal, quien invitó a los cristianos a dar un testimonio “empapado de la humildad de Jesús y de la "parresía", valentía, de los que son testigos de la esperanza del Evangelio”.
Comunión frente al demonio de la división
Al tiempo, hizo un llamamiento a la comunión, “fuente de paz y de fraternidad”, cuya “consecución es exigente y muchas veces dolorosa”.”Madre, intercede por nosotros ante tu Hijo para que nos conceda la fuerza necesaria para crecer en comunión. Que el demonio de la división y de la crítica, del recelo y de la sospecha, no haga mella en nosotros”, reclamó Omella.
“Hoy, en este recién comenzado curso pastoral, te pedimos, Virgen de la Mercè, Princesa de Barcelona y madre de los apóstoles: protege a todos los sacerdotes que dedican sus vidas a servir generosamente a las comunidades cristianas. Protege a los religiosos y demás miembros de la Vida Consagrada, que entregan sus vidas como testigos de los valores y esperanzas del Reino. Fortalece a todos los bautizados y haz que con sus vidas enraizadas en el Evangelio puedan ser sal de la tierra y luz del mundo, fermentos de nueva humanidad”, culminó el presidente del Episcopado, quien cerró su homilía con esa petición a los políticos y gobernantes, que a buen seguro dará que hablar.

Omella, durante su homilía en La Mercé (Guillermo Simón)