Cultura y barbarie (y Claves de la vida 53)
Cultura es culto y cultivo del alma, arte espiritual por excelencia, capacidad de introspección y expresión frente al ruido ambiental, meditación y recreación. El hombre culto es un cultor de la vida como existencia humana, y por tanto un humanista. Ahora bien, frente a la cultura humanista coexiste la barbarie, que es la incultura empedernida, pero también la cultura antihumanista, meramente técnica o funcional, instrumental. Barbarie viene de bárbaro, caracterizado por su rudeza o brutalidad, a veces inculto, pero otras veces cultivador como decimos de un antihumanismo e incluso inhumanismo.
A diferencia de la cultura que es cultivo del alma espiritual, la civilización cultiva la materia y sus formas técnicamente, articulando el mecanismo de nuestra coexistencia, su funcionamiento y funcionalidad. Mientras que la auténtica cultura plantea el sentido o valor simbólico de nuestra vida, la civilización plantea el significado utilitario de nuestra vida. A menudo se da una dicotomía entre la cultura del culto y la civilización del técnico, el cultivo del alma y del cuerpo, las humanidades y las tecnociencias. Se trataría de cultivar a la vez el interior humano y civilizar el exterior mundano, así pues, de lograr el encuentro entre el hombre y el mundo o cosmos.
Curiosamente la historia asigna al hombre nórdico la supremacía civilizatoria o técnica, mientras que adscribe al hombre meridional una relevante tradición humanista representada por el acerbo grecolatino, el renacimiento y el propio humanismo. Los pueblos meridionales, viejos sedentarios, ofrecen un fondo más anímico y comunal, de antigua simbología matriarcal; por su parte los pueblos septentrionales, viejos nómadas, ofrecen un fondo más liberal e individualista, de antigua simbología patriarcal. Esta dualidad no solo nos diferencia sino que también nos complementa, tal y como se expone en la democracia como reunión de libertad individual típicamente nórdica y de socialidad comunal típicamente sudista.
Luis Racionero acentuó esta dicotomía en su libro El mediterráneo y los bárbaros del norte, acentuando la frialdad racionalista del norte y la sensualidad colorista del sur. Sin embargo nos adhiere a los meridionales una mesura que no acabo de ver, mientras sí que observo en los septentrionales la mensura o medida racional (excepto curiosamente cuando andan por nuestras costas a sus anchas). Este desajuste entre norte y sur, razón y emoción, puritanismo y color/calor, es síntoma de un desajuste mayor entre entre el orden y el desorden o ruido. Pues bien, precisamente el arte contemporáneo refleja este desajuste y lo sintetiza, al exponer un orden desordenado y un desorden ordenado, una abstracción configurativa o una figuración abstracta (de Picasso a Bacon pasando por Klee), así pues, un sentido sin-sentido y un sinsentido con-sentido.
Algunos intérpretes ven en este arte contemporáneo una especie de síntoma maligno de nuestra negatividad y decadencia, de nuestro nihilismo o entropía cultural. Pero podría ser un símbolo prospectivo frente a nuestra encerrona existencial, al ampliar nuestra vieja conciencia estrecha o purista asumiendo lo reprimido, que es la entrevisión actual del caos, el mal y la extinción, expuestos por la ciencia actual, pero tradicionalmente escamoteados por nuestra civilización de signo heroico o superador. Pues el caso es que no se trata solo de hacer el bien clásicamente, sino de deshacer o rehacer el mal; por ejemplo, tomando conciencia de que para acceder a la inmortalidad hay que morir previamente.
CLAVES DE LA VIDA 53
---Dios como proyección e introyección del sentido: exteriorización mítica e interiorización mística.
---La trascendencia nos hace levantar la cabeza.
---Yahvé es el que es siendo (ehyeh asser ehyeh): los demás somos estando meramente.
---Nuestra vida es agua de mar que se evapora al cielo del ex/sistir: para volver finalmente al mar del consistir.
---En Simone Weil lo absoluto es la luz de la verdad: lo invisible que hace visible, lo innombrable (alogos) que todo lo nombra, lo impersonal que todo lo trasciende, el ser que no es algo sino nada del ente.
---La auténtica cultura es amor: la cultura inauténtica es desamor (egotismo).
---En “Adagio veneziano” el viento se interpone entre los amantes: la ventisca, ventolera o friolera.
---El hombre está muy agrietado: pero por su grieta se cuela una luz liberadora.
---Leyendo en el tren un niño me observa entrometido: pero solo quería saludarme simpático.
---El Opus Dei como obra divina (opus operatum): la obra humana (opus hominis) como obra del operante (opus operantis).
---En mis escritos no busco el precio, sino el aprecio.
---Dependemos de factores y facturas: hechos fácticos y hechos contrafácticos (contrahechos).
---Un periodista me llamó genio, luego ingenio, después ingenuo y finalmente: gen.
---Un tartamudo nos llama charlatán: un charlatán nos llama tartamudo.
---La aforística juega con las palabras de la vida: la filosofía juega con el lenguaje de la existencia.
---El filósofo anticristiano V.Gómez Pin predica dignidad, compasión y solidaridad: que son viejas virtudes cristianas.
---La Iglesia y sus líos de faldas clericales: la facienda no tiene enmienda.
---Esto de ser feo evita muchos problemas: erotológicos.
---Según Max Scheler el hombre consta de espíritu infinito (trascendente) e impulso vital (inmanente): yo diría que se intersectan en el alma del hombre así distendida.
---Conviene no callarse: para no encallarse.
---En España la investigación es inquisición: búsqueda escolástica y falta de creación.
---Aquí todo el mundo habla español: pero nadie lo escucha.
---Soy un disidente o diferente: dis-idente.
---Nobleza obliga: amistad liga.
---Según J. Beriain, B. Gracián tendría un toque moral confuciano: por su prédica y práctica de la prudencia y el buen sentido.
---El confucianismo pone orden y concierto en el confusionismo.
---El sentido no es un estado estático: el sentido es una dirección dinámica.
---El sentido de la vida está en su búsqueda de sentido.
A diferencia de la cultura que es cultivo del alma espiritual, la civilización cultiva la materia y sus formas técnicamente, articulando el mecanismo de nuestra coexistencia, su funcionamiento y funcionalidad. Mientras que la auténtica cultura plantea el sentido o valor simbólico de nuestra vida, la civilización plantea el significado utilitario de nuestra vida. A menudo se da una dicotomía entre la cultura del culto y la civilización del técnico, el cultivo del alma y del cuerpo, las humanidades y las tecnociencias. Se trataría de cultivar a la vez el interior humano y civilizar el exterior mundano, así pues, de lograr el encuentro entre el hombre y el mundo o cosmos.
Curiosamente la historia asigna al hombre nórdico la supremacía civilizatoria o técnica, mientras que adscribe al hombre meridional una relevante tradición humanista representada por el acerbo grecolatino, el renacimiento y el propio humanismo. Los pueblos meridionales, viejos sedentarios, ofrecen un fondo más anímico y comunal, de antigua simbología matriarcal; por su parte los pueblos septentrionales, viejos nómadas, ofrecen un fondo más liberal e individualista, de antigua simbología patriarcal. Esta dualidad no solo nos diferencia sino que también nos complementa, tal y como se expone en la democracia como reunión de libertad individual típicamente nórdica y de socialidad comunal típicamente sudista.
Luis Racionero acentuó esta dicotomía en su libro El mediterráneo y los bárbaros del norte, acentuando la frialdad racionalista del norte y la sensualidad colorista del sur. Sin embargo nos adhiere a los meridionales una mesura que no acabo de ver, mientras sí que observo en los septentrionales la mensura o medida racional (excepto curiosamente cuando andan por nuestras costas a sus anchas). Este desajuste entre norte y sur, razón y emoción, puritanismo y color/calor, es síntoma de un desajuste mayor entre entre el orden y el desorden o ruido. Pues bien, precisamente el arte contemporáneo refleja este desajuste y lo sintetiza, al exponer un orden desordenado y un desorden ordenado, una abstracción configurativa o una figuración abstracta (de Picasso a Bacon pasando por Klee), así pues, un sentido sin-sentido y un sinsentido con-sentido.
Algunos intérpretes ven en este arte contemporáneo una especie de síntoma maligno de nuestra negatividad y decadencia, de nuestro nihilismo o entropía cultural. Pero podría ser un símbolo prospectivo frente a nuestra encerrona existencial, al ampliar nuestra vieja conciencia estrecha o purista asumiendo lo reprimido, que es la entrevisión actual del caos, el mal y la extinción, expuestos por la ciencia actual, pero tradicionalmente escamoteados por nuestra civilización de signo heroico o superador. Pues el caso es que no se trata solo de hacer el bien clásicamente, sino de deshacer o rehacer el mal; por ejemplo, tomando conciencia de que para acceder a la inmortalidad hay que morir previamente.
CLAVES DE LA VIDA 53
---Dios como proyección e introyección del sentido: exteriorización mítica e interiorización mística.
---La trascendencia nos hace levantar la cabeza.
---Yahvé es el que es siendo (ehyeh asser ehyeh): los demás somos estando meramente.
---Nuestra vida es agua de mar que se evapora al cielo del ex/sistir: para volver finalmente al mar del consistir.
---En Simone Weil lo absoluto es la luz de la verdad: lo invisible que hace visible, lo innombrable (alogos) que todo lo nombra, lo impersonal que todo lo trasciende, el ser que no es algo sino nada del ente.
---La auténtica cultura es amor: la cultura inauténtica es desamor (egotismo).
---En “Adagio veneziano” el viento se interpone entre los amantes: la ventisca, ventolera o friolera.
---El hombre está muy agrietado: pero por su grieta se cuela una luz liberadora.
---Leyendo en el tren un niño me observa entrometido: pero solo quería saludarme simpático.
---El Opus Dei como obra divina (opus operatum): la obra humana (opus hominis) como obra del operante (opus operantis).
---En mis escritos no busco el precio, sino el aprecio.
---Dependemos de factores y facturas: hechos fácticos y hechos contrafácticos (contrahechos).
---Un periodista me llamó genio, luego ingenio, después ingenuo y finalmente: gen.
---Un tartamudo nos llama charlatán: un charlatán nos llama tartamudo.
---La aforística juega con las palabras de la vida: la filosofía juega con el lenguaje de la existencia.
---El filósofo anticristiano V.Gómez Pin predica dignidad, compasión y solidaridad: que son viejas virtudes cristianas.
---La Iglesia y sus líos de faldas clericales: la facienda no tiene enmienda.
---Esto de ser feo evita muchos problemas: erotológicos.
---Según Max Scheler el hombre consta de espíritu infinito (trascendente) e impulso vital (inmanente): yo diría que se intersectan en el alma del hombre así distendida.
---Conviene no callarse: para no encallarse.
---En España la investigación es inquisición: búsqueda escolástica y falta de creación.
---Aquí todo el mundo habla español: pero nadie lo escucha.
---Soy un disidente o diferente: dis-idente.
---Nobleza obliga: amistad liga.
---Según J. Beriain, B. Gracián tendría un toque moral confuciano: por su prédica y práctica de la prudencia y el buen sentido.
---El confucianismo pone orden y concierto en el confusionismo.
---El sentido no es un estado estático: el sentido es una dirección dinámica.
---El sentido de la vida está en su búsqueda de sentido.