Deriva del universo (y Vivencias y convivencias 28)
(Para Julio Trebolle)
La física contemporánea ha difuminado el sentido de la existencia a través de sus visiones de un cosmos gigantesco y minimalista a un tiempo. El propio Dios es una divinidad aparcada o difuminada, en medio de la deriva de un universo supercomplejo. De donde se deriva el complejo del hombre como minúsculo eslabón de un conglomerado inextricable. La complejidad de la realidad biofísica no solo acompleja al hombre, sino que lo hace levitar o flotar en un vacío de sentido que lo estruja hacia el sinsentido. La plenitud o llenazón del todo se combina con un vaciamiento de todo, el cual se refleja en cierto nihilismo humano, perdido el hombre entre los átomos y la galaxias.
La magnitud y dispersión del universo tendría sin embargo dos principios fundamentales. Por una parte, la coherencia lógica o racional inscrita en las leyes de la naturaleza; por otra parte, la cohesión material y relacional inscrita en la unificación de la realidad. La coherencia remite a un logos o razón, la cohesión remite a un eros o amor. El universo parece así dirigido y atravesado por una razón encarnada cuasi amorosa, por un diálogo entre coherencia y cohesión, razón y pasión, lógica y erótica. Ello se muestra en el hombre fehacientemente, en cuanto microcosmos que coagula el cosmos personificándolo y personalizándolo.
Ahora bien, tanto la coherencia como la cohesión del universo sufren la contingencia de la destrucción. En efecto, la coherencia y la cohesión de lo real sufren la destrucción de la materia y de la vida, causadas por la muerte como contrapunto disarmónico, irracional o transracional de la razón y el sentido armónicos del ser. Diríamos que el devenir del universo es el tiempo-río que desemboca en el espacio-mar de la muerte. La cual comparecer entonces como espacio matricial de crisis y regeneración o transmutación. La realidad de lo real es pues una síntesis de coherencia y cohesión, siquiera atravesada de tales turbulencias que llevan a la muerte como vacío pleno del ser.
Si la realidad vital es un enigma, la realidad mortal es un misterio. La deriva del universo es pues como nuestra propia deriva, una mezcla de vida y muerte, razón y sinrazón, sentido y sinsentido. Pero su desenlace queda abierto, por lo que la apertura es nuestra mejor aliada existencial. Una apertura que revierte el misterio doloroso de la muerte en misterio expectante, puesto que nos abre hacia fuera y hacia dentro, extrovertida e introvertidamente, dejándonos como un vacío de realidad relleno de surrealidad. Decía H. Montherland que solo vaciados podemos ser llenados de sentido, cuyo arquetipo es el Dios. Así que la difuminación actual del Dios bien podría ser la compresencia surreal de un sentido difuminado de la existencia, así como de un Dios no tan manipulado ni tan manipulable como hasta ahora.
Nuestra apertura trascendental se corresponde con una visión simbólica de lo real por parte del hombre. Como decía Goethe, todo lo que pasa no es sino un símbolo, símbolo que significa un sentido siquiera corroído de muerte. Pero de ello no se libra ni el Dios cristiano, encarnado hasta la muerte, símbolo crucial del universo y símbolo radical del sentido de la existencia amenazada por la dexistencia. En donde la divinidad aparece ya no como un Dios desimplicado sino radicalmente implicado, a modo de “equis” coimplicativa. Por eso me gusta llamar a un tal Dios como Diox -el Dios mistérico y aún desconocido.
VIVENCIAS Y CONVIVENCIAS 28)
---Pedimos a Dios que nos libre de todos los males: pero esto es pedir la muerte como descanso eterno.
---La razón (patriarcal) reparte las raciones y se queda con la mejor parte.
---El sentido de la vida es relacional, implicacional, existencial (pero no existencialista).
---El hombre del existencialismo no tiene naturaleza ni esencia, sólo tiene existencia e historia: es el hombre histérico contemporáneo.
---No renunciar a nada en principio: para renunciar a todo al final.
---Según S.Hawking el universo no tendría ni un principio ni un final: pura mediación, impura presencia, panteísmo spinoziano, autoimplicación del hombre en el mundo.
---La ciencia no necesita la hipótesis de Dios: pero sí la conciencia.
---La ciencia que sustituye a la conciencia se prostituye: la conciencia que prescinde de la ciencia se escinde.
---Se trataría de empoderar a los débiles: y desapoderar a los poderosos.
---La sagrada (anti)jerarquía del amor.
---La moral está sobre el instinto: el amor está sobre la moral.
---La vieja filosofía se admiraba del mundo: la nueva filosofía se extraña del mundo.
---El hombre domina el espacio: y la mujer el tiempo.
---Estamos condicionados por las circunstancias: pero no determinados.
---La seguridad nos asegura un seguro: una cierta encerrona.
---No juzgar sino jugar: o mejor conjugar.
---El deseo puede satisfacerse, el amor nunca (Ortega y Gasset).
---Nuestra pedagogía consiste en enseñar al que no sabe sin saber.
---La prensa no piensa: prensa.
---Libertad, para qué: para nada, para nadar en la nada, para pasear flotando en las nubes.
---El que gana solamente gana: no necesariamente se lo gana.
---Me achacan que juro: pero juro que no soy perjuro cuando juro.
---Que toda la vida es juego, y los juegos, serios son.
---Un comensal puede resultar muy soso.
---Los párpados como telón de nuestro universo.
---He ido dejando mi corazón a trozos por esta tierra indómita: ignoro si fructificará.
---Nunca me he sentido protegido: excepto culturalmente en Innsbruck y Deusto.
---Ser nadie como Ulises: para pasar desapercibido.
---Estar vivo es estar muerto: en potencia.
---Me gustaría que el mundo fuera feliz: pero me da la impresión que no puede serlo.
---El sentido de la vida: una cuestión humana, y no meramente animal.
---La hermenéutica como un anticuariado: los textos como texturas, los libros como pergaminos y los signos como símbolos.
---Los dogmas son símbolos humanos de lo divino o sagrado.
---El símbolo es la sutura cultural de la fisura natural: sentido humano del sinsentido humano.
---Hermenéutica de los contrarios: sentido y sinsentido, vida y muerte, bien y mal.
---Que el bien se abra al mal para su implicación o asunción crítica: que el mal se abra al bien para su explicación o abrimiento existencial.
---El mal no tiene explicación sino implicación: el bien es la explicación del mal a implicar críticamente.
La física contemporánea ha difuminado el sentido de la existencia a través de sus visiones de un cosmos gigantesco y minimalista a un tiempo. El propio Dios es una divinidad aparcada o difuminada, en medio de la deriva de un universo supercomplejo. De donde se deriva el complejo del hombre como minúsculo eslabón de un conglomerado inextricable. La complejidad de la realidad biofísica no solo acompleja al hombre, sino que lo hace levitar o flotar en un vacío de sentido que lo estruja hacia el sinsentido. La plenitud o llenazón del todo se combina con un vaciamiento de todo, el cual se refleja en cierto nihilismo humano, perdido el hombre entre los átomos y la galaxias.
La magnitud y dispersión del universo tendría sin embargo dos principios fundamentales. Por una parte, la coherencia lógica o racional inscrita en las leyes de la naturaleza; por otra parte, la cohesión material y relacional inscrita en la unificación de la realidad. La coherencia remite a un logos o razón, la cohesión remite a un eros o amor. El universo parece así dirigido y atravesado por una razón encarnada cuasi amorosa, por un diálogo entre coherencia y cohesión, razón y pasión, lógica y erótica. Ello se muestra en el hombre fehacientemente, en cuanto microcosmos que coagula el cosmos personificándolo y personalizándolo.
Ahora bien, tanto la coherencia como la cohesión del universo sufren la contingencia de la destrucción. En efecto, la coherencia y la cohesión de lo real sufren la destrucción de la materia y de la vida, causadas por la muerte como contrapunto disarmónico, irracional o transracional de la razón y el sentido armónicos del ser. Diríamos que el devenir del universo es el tiempo-río que desemboca en el espacio-mar de la muerte. La cual comparecer entonces como espacio matricial de crisis y regeneración o transmutación. La realidad de lo real es pues una síntesis de coherencia y cohesión, siquiera atravesada de tales turbulencias que llevan a la muerte como vacío pleno del ser.
Si la realidad vital es un enigma, la realidad mortal es un misterio. La deriva del universo es pues como nuestra propia deriva, una mezcla de vida y muerte, razón y sinrazón, sentido y sinsentido. Pero su desenlace queda abierto, por lo que la apertura es nuestra mejor aliada existencial. Una apertura que revierte el misterio doloroso de la muerte en misterio expectante, puesto que nos abre hacia fuera y hacia dentro, extrovertida e introvertidamente, dejándonos como un vacío de realidad relleno de surrealidad. Decía H. Montherland que solo vaciados podemos ser llenados de sentido, cuyo arquetipo es el Dios. Así que la difuminación actual del Dios bien podría ser la compresencia surreal de un sentido difuminado de la existencia, así como de un Dios no tan manipulado ni tan manipulable como hasta ahora.
Nuestra apertura trascendental se corresponde con una visión simbólica de lo real por parte del hombre. Como decía Goethe, todo lo que pasa no es sino un símbolo, símbolo que significa un sentido siquiera corroído de muerte. Pero de ello no se libra ni el Dios cristiano, encarnado hasta la muerte, símbolo crucial del universo y símbolo radical del sentido de la existencia amenazada por la dexistencia. En donde la divinidad aparece ya no como un Dios desimplicado sino radicalmente implicado, a modo de “equis” coimplicativa. Por eso me gusta llamar a un tal Dios como Diox -el Dios mistérico y aún desconocido.
VIVENCIAS Y CONVIVENCIAS 28)
---Pedimos a Dios que nos libre de todos los males: pero esto es pedir la muerte como descanso eterno.
---La razón (patriarcal) reparte las raciones y se queda con la mejor parte.
---El sentido de la vida es relacional, implicacional, existencial (pero no existencialista).
---El hombre del existencialismo no tiene naturaleza ni esencia, sólo tiene existencia e historia: es el hombre histérico contemporáneo.
---No renunciar a nada en principio: para renunciar a todo al final.
---Según S.Hawking el universo no tendría ni un principio ni un final: pura mediación, impura presencia, panteísmo spinoziano, autoimplicación del hombre en el mundo.
---La ciencia no necesita la hipótesis de Dios: pero sí la conciencia.
---La ciencia que sustituye a la conciencia se prostituye: la conciencia que prescinde de la ciencia se escinde.
---Se trataría de empoderar a los débiles: y desapoderar a los poderosos.
---La sagrada (anti)jerarquía del amor.
---La moral está sobre el instinto: el amor está sobre la moral.
---La vieja filosofía se admiraba del mundo: la nueva filosofía se extraña del mundo.
---El hombre domina el espacio: y la mujer el tiempo.
---Estamos condicionados por las circunstancias: pero no determinados.
---La seguridad nos asegura un seguro: una cierta encerrona.
---No juzgar sino jugar: o mejor conjugar.
---El deseo puede satisfacerse, el amor nunca (Ortega y Gasset).
---Nuestra pedagogía consiste en enseñar al que no sabe sin saber.
---La prensa no piensa: prensa.
---Libertad, para qué: para nada, para nadar en la nada, para pasear flotando en las nubes.
---El que gana solamente gana: no necesariamente se lo gana.
---Me achacan que juro: pero juro que no soy perjuro cuando juro.
---Que toda la vida es juego, y los juegos, serios son.
---Un comensal puede resultar muy soso.
---Los párpados como telón de nuestro universo.
---He ido dejando mi corazón a trozos por esta tierra indómita: ignoro si fructificará.
---Nunca me he sentido protegido: excepto culturalmente en Innsbruck y Deusto.
---Ser nadie como Ulises: para pasar desapercibido.
---Estar vivo es estar muerto: en potencia.
---Me gustaría que el mundo fuera feliz: pero me da la impresión que no puede serlo.
---El sentido de la vida: una cuestión humana, y no meramente animal.
---La hermenéutica como un anticuariado: los textos como texturas, los libros como pergaminos y los signos como símbolos.
---Los dogmas son símbolos humanos de lo divino o sagrado.
---El símbolo es la sutura cultural de la fisura natural: sentido humano del sinsentido humano.
---Hermenéutica de los contrarios: sentido y sinsentido, vida y muerte, bien y mal.
---Que el bien se abra al mal para su implicación o asunción crítica: que el mal se abra al bien para su explicación o abrimiento existencial.
---El mal no tiene explicación sino implicación: el bien es la explicación del mal a implicar críticamente.