Seminario de San Carlos

Cuadratura del círculo
del pozo
flanqueado por las cuatro palmeras
inmutables
y el claustro ensimismado
coronado mudéjar.
En lo alto la torre puntiaguda
de la iglesia barroca que se yergue
sobre la antigua Sinagoga del viejo barrio
judío.
Me adentro en tus pasillos amplios
largos
subiendo y bajando la bella escalinata
de evocación mozárabe
recorrida por Vicente de Paúl y José Pignatelli
Escribá de Balaguer y Baltasar Gracián
maestro de aforistas menores como yo mismo
que recorro tus estancias y escancio
tu destino.
Doblegado por el peso y el poso
de los años
rememoro con los viejos cofrades
tu historia cultural y jesuítica
carlista y clerical
con un toque liberal de libertad
holgada.
De los oscuros sótanos a la azotea
alada
donde azota un aire en movimiento
denominado cierzo
me muevo como pájaro en jaula
acristalada y sin barrotes
me demoro entre tus bibliotecas
como un bonzo
visito la capilla medieval
y tu iglesia dorada abigarrada
hasta acabar rumiando en tu ingente
comedor
enmarcado de azules azulejos.
Recalo en mi pequeña celda
uterina
a descansar tras tanto trasiego de siglos
y de siglas
y finalmente asciendo al gran Saloon
con sus cuadros vetustos
me asomo a sus ventanas y entreveo
centro y periferia
la Plaza de España y el Pilar
junto al Ebro.
Aquí vine de joven profesor
y de aquí marcharé como viejo profeso
camino de lo eterno ya incoado.
He vivido entre tus oquedades
he dormido bajo tus aleros
ahora espiro mis penúltimos suspiros
terrenales
inmerso entre los huecos de tu espacio
inmenso
y de tu tiempo condensado y sobrio
Seminario de san Carlos Borromeo.

(Dedicado a su director Carlos Tartaj).
Volver arriba