¿Es ciencia la Teología? Pues debiera atenerse...


Dicen como autodefensa que la religión NO es una "ciencia". Algo tan elemental, también nosotros lo decimos: es "creencia".La religión no es ciencia, pero, dicen, hacer cienica de la religión sí es posible: la Teología.

Por afirmar lo primero –dicen— no se le pueden aplicar los criterios de validez de una ciencia. También de acuerdo, si no pasasen "a mayores", es decir, a elaborar monumentales tratados con la apariencia de científicos.

Karl Popper aportó doctrina clara y suficiente respecto a la validez de los métodos científicos. La ciencia se atiene a unos criterios de verdad a los que no quiere someterse la Teología, más que nada porque no puede.

Cuando los supuestos hipotéticos de que parte --Dios, Revelación, Historia de la Salvación-- no se sostienen, todo el entramado posterior --Iglesia, sacramentos, ritos-- carece de validez. Por no atenerse estrictamente a esos criterios de veracidad, dan el rodeo pertinente para predicar como verdad supuestos meramente soñados... que luego son creídos.

A pesar de decir que no tratan de hacer ciencia, a la fuerza existe un doble imperativo conceptual al que se someten:

1) Por una parte, dicen, la religión implica conocimiento… ¡aunque de otro tipo! (Preguntados sobre qué tipo de conocimiento pueda ser, nada responden que no sea el que comúnmente usa la plebe).


2) Por otra, amontonan doctrina en monumentales tratados teológicos… hecho que contradice de plano el supuesto en que se basa “el creer sin conocer”.


A tenor de ambos postulados, la teología SÍ pretende apoyarse en los principios de veracidad por los que las ciencias se rigen, sosteniendo sin enmendar que la religión también es un conocimiento. E insisten, “aunque de otro tipo”.

Y nosotros también elucubramos y rebuscamos, sin lograr encontrar qué tipo de conocimiento pueda ser que concluya en "verdad" y no en mera "adhesión".

¿Podría hacerse "ciencia aplicada" teniendo como objeto los contenidos de las religiones? El propósito no implicaría connotación negativa en sí, aunque la tendría por las deducciones. Los intentos serios, científicos y rigurosos por constatar como reales las "pulsiones religiosas" ha llevado a un callejón sin salida, más bien un agujero sin fin. Porque es imposible delimitar lo que son pulsiones psíquicas de las religiosas: son lo mismo, aunque con distinto nombre.

Y si de tales monumentales tratados teológicos hablamos, plasmados en algún que otro “vademécum”(Catecismo), concluiremos lo mismo. No es éste el lugar para explayarse, pero la simple enumeración de los principios que rigen la ciencia puede dar las pistas:

Principio del tecnicismo: el conocimiento progresa con unos medios necesarios.

Principio de “revisibilidad” o de “revisión”: cualquier conocimiento científico puede y debe quedar sujeto a cambios.

Principio de dualidad: el plano teórico y el plano experimental en acción y reacción mutuas.

Principio de solidaridad: todas las ciencias están interconectadas y los conocimientos de unas sirven para las otras.

¿Dónde queda aquí la Teología? Elucubración de elucubraciones.


La primera respuesta al intento de "hacer ciencia" dice: imposible.

La segunda consideración dice: tarea titánica.

Y la tercera: las religiones no soportarían ni el proceso inicial, --"observaciones o experiencias, hechos descubiertos, conocimientos previos, prejuicios... e inducción"--, ni tampoco el proceso final --"refutación" y "validación experimental"--, fundamentales para llegar a hacer ciencia.

La religión, por esencia, es la negación de los más elementales principios filosóficos en que se apoyan las ciencias.
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