El cardenal de Valencia y un libro de Masiá.

Parece que nos vamos enterando de más cosas. Y voy comprendiendo el silencio del sacerdote valenciano que iba a informarme sobre el hecho. Como tenía que confirmarme la noticia optó por el silencio. Yo no sé si Masiá está siendo estudiado por la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe. Pero en el caso de que lo fuera no dejaría de ser curioso que el cardenal que preside la Comisión tenga como libro de texto en su Facultad de Teología un libro de Masiá.

Porque me dicen que no es un libro de consulta, una mención en una bibliografía, sino el libro de texto de la asignatura "Antropología", del curso primero de la Facultad de Filosofía San Vicente Ferrer. La obra lleva por título "Fragilidad en la esperanza".

Lo que no sé pero seguro que nos instruirán sobre ello es como se llama el profesor y si es diocesano o dominico. Pero entiendo, y si así no fuere también nos lo dirán, que el último responsable del centro de estudios es el arzobispo de Valencia. Que tal vez no tuviera ni idea del libro por el que se explica la Antropología. Pero ahora ya lo sabe.

Y respondiendo a algunos comentarios decir que no me parece de recibo decir que así como un aspirante al sacerdocio debe conocer el pensamiento de Kant, Marx o Hegel y para ello leer sus textos lo mismo puede ocurrir con Masiá. Pues que no. En primer lugar porque no es una lectura adicional, para completar el conocimiento sino el libro de texto de la asignatura. Algo así como si la Metafísica se estudiara por la Crítica de la razón pura de Kant. Y además, y sobre todo, porque Masiá no es Marx, Kant, Nietzsche o Schopenhauer. Un sacerdote debe tener alguna idea de las grandes figuras de la Filosofía aunque no sean católicas o sean anticatólicas. Pero desconocer el pensamiento de Masiá es absolutamente prescindible. No se pierde nada por ello.

Por último, y ésta podría ser la argumentación más sostenible, cabe que Masiá tenga libros perfectamente católicos y éste podría ser uno de ellos. Pues en mi opinión tampoco. El jesuita ha expuesto unas tesis sobre la virginidad de María que a algunos han escandalizado. Cierto que la Iglesia todavía no se ha pronunciado sobre ellas pero a no pocos les han parecido arriesgadas, sospechosas e incluso abiertamente contrarias a lo que cree la Iglesia. Pues yo pienso que un sacerdote así no debe ser texto en un Seminario hasta que no se aclare si lo que sostiene es la verdad de la Iglesia. Aunque el libro por el que se estudie la asignatura no contenga nada extraño.

Seguro que hay muchísimos otros libros de autores no problemáticos que pueden servir para enseñar a los seminaristas una asignatura.

Hace unos años hubo un jugador de fútbol que después de prestar excelentes servicios al Real Madrid se pasó al Barcelona. Y fue odiadísimo por la afición blanca. Se llama Juan Enrique. Supongamos que le de por escribir unas consideraciones sobre el deporte en general, que sean interesantes y no contengan ningún ataque al Real Madrid. Sería un tremendo error si el presidente del club madrileño se lo enviara a todos los socios como regalo de Navidad. O que la Hermandad de Paracuellos lo hiciera con un libro de Carrillo que fuera sólo un canto a lo bonita que es su ciudad natal: Gijón. O que las Juventudos Socialistas por mandato del Partido tuvieran como texto de formación un libro que creo acaba de escribir Aznar, que no he leído ni pienso hacerlo y que se llama algo así como Cartas a un joven.

Pues, más o menos. Si un sacerdote se muestra contrario o muy reticente a la virginidad de María, aunque hubiera escrito una novena piadosísima al Sagrado Corazón no puede ser ella la que sigan los seminaristas, en el caso de que los seminaristas hagan novenas, que supongo que no. Hay otras para el caso si fuere menester.

Y eso no es mantener a quienes se preparan para el sacerdocio en la ignorancia. Me parece normalísimo, y obligado, que en Teología se les diga que hay personas, e incluso sacerdotes, que niegan la Virginidad de nuestra Santísima Madre. Y que se les expongan los argumentos en los que se basan. Y punto.

Jamás he leído el Mein Kampf de Hitler. No sé si es un ladrillo insoportable como El Capital o si es de lectura fácil. Pero habiendo, como hay, jóvenes que se dejan embaucar por tan deleznables doctrinas creo que sería una locura imponerlo como texto a la juventud. Y además no como una lectura a combatir sino con el prestigio que da el tenerle como texto oficial. Y si como supongo Mi lucha es absolutamente impresentable por su contenido también me parecería un error que el texto fueran unos discursos de Hitler, que supongo alguno tendrá, que fuera sólo un canto a la patria, a la entrega, el servicio y el compañerismo. Porque, si gusta, de lo uno se puede pasar a lo otro.

Estoy poniendo ejemplos. Evidentemente Masiá no es Hitler, Carrillo o Juan Enrique. Tampoco Kant, Hegel, Hobbes o Fichte. De todos ellos, salvo del futbolista, deben tener quienes se preparan para el sacerdocio algún conocimiento. Pero me parece un error hacerlo desde la autoridad de un texto a seguir.

Por eso se hace urgente que se declare si lo que sostiene el jesuita Masiá es doctrina de la Iglesia, en cuyo caso cualquier libro suyo puede ser texto de una asignatura en el seminario, o si no lo es, y entonces, ninguno. Aunque tenga obras que en nada vayan contra la doctrina de la Iglesia.

Esa es mi opinión. Seguro que la compartirán unos lectores y fastidiará a otros. Ya no me atrevo a pedir que quienes la rechacen argumenten su oposición. Siempre es mucho más fácil el insulto.
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