Como comparar a Dios con un gitano.


El cardenal de Madrid tendrá defectos, ¿quién no los tiene salvo Dios Nuestro Señor?, pero está llevando su diócesis con nota de sobresaliente. Es una diócesis con vida, el Seminario con cifras muy buenas y en número el más poblado de España. San Dámaso es un referente de fidelidad a la Iglesia y a él acuden cada vez más diócesis españolas. Las parroquias vivas y abiertas son cada día más. Su clero se ve hasta por la calle. Los escándalos son raros. Y hay un sentimiento general de que hoy estamos mejor que ayer y peor que mañana. El católico madrileño no se siente como el último de Filipinas sino inserto en una comunidad católica y no agonizante.
Al cardenal no le rechaza nadie salvo elementos marginales cuya eclesialidad es más que dudosa. En las enormes urbes es imposible que los fieles conozcan a su obispo pero en Madrid el cardenal es recibido en toda iglesia en la que se presenta con afecto espontáneo. Y él se siente a gusto. Y hasta lo manifiesta. Lo que, en alguien tan gallego como él, sorprende. Porque los gallegos eluden manifestarse. Tal vez yo sea en ello una excepción.
El cardenal de Barcelona es el reverso de la moneda. Hasta podría decirse que no parece que algo haga bien. Todo es decadente en su archidiócesis. Y lo poco positivo da la impresión de que no es de su gusto y hecho por los que no son de su gusto. Aunque no falte quien piense que no tiene más gusto que el de su propia persona. Alguien me ha dicho que por Barcelona circula una paráfrasis del Ved como se aman. Aplicada al cardenal: Ved como me amo.
Entiendo perfectamente que mis artículos, y mi persona, irriten a una determinada "sensibilidad" eclesial. Aunque yo pueda dudar de su eclesialidad. Pero, pòr los resultados, en pura sociología, y moleste a quien moleste, equiparar a Rouco con Nostach es como comparar a Dios con un gitano. Con las salvedades que ya he manifestado.
Rouco se retirará, dentro de tres o cuatro años, y quedará para la historia como uno de los arzobispos insignes de Madrid. Por esas mismas fechas se irá Nostach. Lo mejor que podrá pasarle es que nadie recuerde quien fue ese arzobispo de Barcelona. Pero me temo que no va a ser así. Le van a recordar como un pésimo arzobispo de Barcelona. Difícil lo tiene su sucesor en la recuperación para la Iglesia de esa archidiócesis. A la que él le está dando la puntilla.