Las inmediatas elecciones en la Conferencia Episcopal ( y III)
La de Pastoral Social como para cerrarla. Dios los cría y ellos se juntan. Bajo la presidencia de Omella, que llega a un tercer mandato por lo que necesitaría dos tercios de los votos, se reunen, Guix, Setién, Echarren y Milián. Benavente y Jiménez Zamora deben sentirse en absoluta minoría.
La de Patrimonio Cultural parece el cajón de sastre donde se mete a los obispos que no se sabe que hacer con ellos. Vilaplana Molina, emérito de León, Felipe Fernández, emérito de Tenerife y enfermo, Borobia, García Santacruz, ya pasado de fecha y Traserra, que presenta la renuncia el año que viene. La verdad es que a Don Juan José Asenjo no le han dado muchos colaboradores. El único sólido de la Comisión es él.
La de Relaciones Interconfesionales sólo tiene, además de su presidente, tres obispos. Seguramente Don Adolfo González Montes repetirá.
Supongo que también lo hará monseñor Catalá al frente de la de Pastoral.
La de Seminarios y Universidades es otra muestra de ingenuidad episcopal. Me parece muy normal que encomienden a uno o a varios obispos de diócesis catalanas la presidencia de Comisiones de la Conferencia Episcopal. Pero encomendarle esta tan importante a Vives me parece meter la zorra en el gallinero. Torija, ya mayor y delicado, tal vez opte por no volver por la Conferencia. No se perdería nada. Y sería maravilloso que a partir de junio Uriarte ya no tuviera voto.
La de Vida Consagrada, presidida por Don Jesús Sanz Montes, tiene bastantes obispos aunque un par de ellos sean eméritos. Nada que objetar a la misma. Aquí el problema no está en los miembros de la Comisión sino en la Vida Consagrada.
Dos obispos se van por edad: Dorado y Sánchez. Ambos en el machito desde ya no sé cuanto años. Representan el peor pasado de la Conferencia cuando los cargos se repartían entre los amiguetes y los otros no tenían derecho a merendar. Son los últimos supervivientes del lobby en puestos clave y por fin van a desaparecer.
El cardenal García Gasco, también por razones de edad, no repetirá su efímero encargo. Omella y Julián López lo tienen difícil por necesitar dos tercios de los votos. A Vilaplana, después de su defenestración por Roma, se me hace raro que los obispos se empeñen en mantenerlo. Y al frente nada menos de la Comisión del Clero cuando su clero parece fue la principal causa de ser trasladado a Huelva.
Si Blázquez dejara la presidencia lo más probable es que quisieran compensarle con la vicepresidencia. Y si Osoro dejase el Comité Ejecutivo lo normal sería que pasase a presidir una Comisión. Y también veo muy posible que el arzobispo de Pamplona presida la Comisión de Misiones.
Supongo que Barrio, del Río, Asenjo, González Montes, Catalá y Sanz Montes repetirán mandato. Y Vives, haya dicho o no que la nota de la Conferencia Episcopal era nefasta, y esté o no detras de la protesta de Manent y sus amigos, no debería ser reelegido.
Esa es mi opinión. La semana que viene saldremos de dudas.