Hace tiempo que Roma dio un plazo de dos años para que se corrigiera la traducción del
pro multis en la fórmula de la consagración. Hasta el momento no lo he visto en ningún sitio.
Seguramente no ha transcurrido todavía el plazo de los dos años pero no deja de ser extraño ese retrasar la obediencia hasta el último minuto. Porque da la impresión de que no agrada nada obedecer.
Y ya puestos, bueno sería que revisasen también el
consubstantialem, el
hominibis bonae voluntatis, el
custodiat animam meam, el
Sabaoth y seguramente alguna más que ahora no me viene a la memoria.