“Es deber de todos potenciar una cultura de cuidado" En Carta Abierta, los jesuitas brasileños muestran vehemente repudio a la agenda ambiental del gobierno

Incendios en la Amazonía
Incendios en la Amazonía

“Alertar a la conciencia pública de la población y sus gobiernos sobre los impactos y peligros de esta negligencia y descuido de nuestra Casa Común y de sus habitantes, especialmente los que dañan el territorio amazónico”

“Como Compañía de Jesús, nosotros tenemos en los últimos años cuatro prioridades universales, y una de ellas es la preocupación con las desigualdades que existen y la casa común”

En Brasil, “en los últimos años, hemos observado el agravamiento de la devastación ambiental provocada por el aumento de los incendios, la minería ilegal, la deforestación y el acaparamiento de tierras”

“Todas nuestras actividades pastorales, trabajos, cualquier institución que tengamos, pueda tener esta marca del cuidado del medio ambiente

Garimpo Terra Yanomami

Un grito de lamento e indignación “por la forma en que la agenda ambiental brasileña ha sido descuidada por sus autoridades”. Así puede ser vista la carta de la Preferencia Apostólica Amazónica de la Provincia de los Jesuitas de Brasil, lanzada esta semana con el propósito de “alertar a la conciencia pública de la población y sus gobiernos sobre los impactos y peligros de esta negligencia y descuido de nuestra Casa Común y de sus habitantes, especialmente los que dañan el territorio amazónico”.

El Coordinador del Servicio de Acción, Reflexión y Educación Socioambiental (SARES), que tiene su sede en Manaos, destaca que “venimos reflexionando y profundizando en toda esa cuestión relacionada con el medio ambiente y el cuidado de la casa común”. El padre Paulo Tadeu Barausse insiste en que “como Compañía de Jesús, nosotros tenemos en los últimos años cuatro prioridades universales, y una de ellas es la preocupación con las desigualdades que existen y la casa común”.

En el ámbito del Día Mundial del Medio Ambiente, la carta alerta sobre el “deber de todos potenciar una cultura de cuidado por el desarrollo sostenible e integral”. En Brasil, “en los últimos años, hemos observado el agravamiento de la devastación ambiental provocada por el aumento de los incendios, la minería ilegal, la deforestación y el acaparamiento de tierras”, advierten los jesuitas.

Eso se ha facilitado con “el desmantelamiento de las agencias ambientales, junto con la flexibilización de las políticas de control de la deforestación y de incendios”. La carta relata situaciones que provocan repudio, como es el aumento de la deforestación y de los incendios; la falta de recursos de los órganos de control ambiental;  el desmantelamiento de las instituciones públicas que cuidan de los procesos de demarcación de territorios tradicionales y la reforma agraria; las investigaciones contra el Ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, sospechoso de facilitar la exportación ilegal de madera; el lanzamiento de la política de alquiler de unidades de conservación; la omisión del Estado frente a las graves violaciones a los derechos humanos; la entrega de territorios amazónicos a proyectos agroindustriales, empresas mineras y las hidroeléctricas.

Laudato Si

El jesuita brasileño afirma que “debería estar muy asociado a lo que el Papa Francisco nos pide en la Carta Encíclica Laudato Si, que ha cumplido seis años, que el grito de la Tierra está unido al grito de los pobres”. No podemos olvidar que “venimos a lo largo de los años, con tantas instituciones, entidades, ONGs, pastorales sociales, clamando para que haya una convivencia sostenible, integral”, según el coordinador del SARES.

Ante esta situación, los jesuitas de la Amazonía hacen ver la urgencia de “impulsar políticas públicas para la protección integral de la Amazonía, para combatir la deforestación y los incendios, y para cuidar toda la biodiversidad”. Se muestran solidarios con quienes sufren las consecuencias de la degradación ambiental, expresando un “pedido público de justicia contra quienes están violando las leyes y atentando contra la convivencia pacífica en Brasil”, así como la suspensión inmediata de la tramitación del Proyecto de Ley “que trata de la regularización de la tenencia de la tierra y amenaza la vida de los pueblos, las comunidades tradicionales y la preservación de la biodiversidad”.

En ese trabajo, los jesuitas trabajan en colaboración con las pastorales sociales, el Consejo Indigenista Misionero (CIMI), la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) y otras instituciones importantes. De ahí la importancia, según el padre Barausse, de “caminar unidos, en sinodalidad, como nos invita el Papa Francisco”. Como Compañía de Jesús quieren “cada vez más dar este grito, un grito por la vida, un grito por la Amazonía”, insiste el jesuita. En ese sentido, destaca la importancia de que “todas nuestras actividades pastorales, trabajos, cualquier institución que tengamos, pueda tener esta marca del cuidado del medio ambiente”.

Paulo Tadeu Barausse

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