REPAM y Verbo Films lanzan el tercer vídeo sobre Querida Amazonía Sueño ecológico: “Reconocer toda la belleza de Dios, que es gracia, don, un regalo para vivir plenamente”

Querida Amazonía
Querida Amazonía

En el vídeo se hace una lectura de diferentes números del sueño ecológico, que son comentados desde la realidad local por diferentes voces: indígenas, misioneros y misioneras, representantes del mundo científico, del periodismo, obispos, líderes comunitarios de los pueblos amazónicos

“Toda la vivencia del ser humano tiene que ver con esta interconexión, con las otras criaturas, con los otros elementos de la naturaleza"

Un proyecto de ecología integral y de fraternidad universal es fruto de la unión del conocimiento científico con la práctica de los pueblos tradicionales. Eso motivará prácticas de cuidado y respeto con la Amazonía, con la Casa Común y con todas las criaturas

Sueño ecológico

Desde hace unos meses, la Red Eclesial Panamazónica – REPAM y Verbo Films vienen presentando los diferentes sueños de Querida Amazonía, en una tentativa de hacer una lectura desde la realidad local. Después del sueño social, que nos lleva a defender la vida, los derechos, la búsqueda de una plenitud de los pueblos, de la defensa de sus territorios, de la defensa de sus derechos humanos, y del sueño cultural, con un reconocimiento de la riqueza y la fuerza de las identidades particulares de todos los pueblos que integran este territorio panamazónico, en este tercer vídeo es la vez del sueño ecológico.

El vídeo es una vez más conducido por Mauricio López, que nos invita en este sueño ecológico a “reconocer toda la belleza de Dios, que es gracia, que es don, que es un regalo para que podamos también vivir plenamente, pero con el cual tenemos que interactuar, buscar relacionarnos de una manera plena”. Según el exsecretario ejecutivo de la REPAM, “toda la vivencia del ser humano tiene que ver con esta interconexión, con las otras criaturas, con los otros elementos de la naturaleza. Hay una perspectiva incluso cósmica, somos parte de una creación universal, donde cabe todo lo que Dios también ha expresado como un regalo”.

“En el sueño ecológico estamos llamados a sentirnos parte de ese todo, de sabernos privilegiados en medio de esa realidad, pero con un profundo compromiso, de cuidar la vida, de defenderla”, afirma Mauricio. Para él, “en tiempos como el actual, donde estamos en una crisis eco sistémica, de magnitudes antes jamás vistas, el compromiso de los creyentes, de los seguidores de Cristo, es cuidarla, defenderla, asegurar que haya posibilidades para las próximas generaciones”.

Mauricio López

En sus palabras recuerda la encíclica Laudato Si, que nos lleva a preguntarnos “qué tipo de mundo queremos dejar para los que vienen después de nosotros”. En esa perspectiva, destaca que “la Amazonía es un rostro concreto, un rostro concreto que clama, con su belleza, para seguir existiendo, pero que clama también con todos los rasgos de las heridas que hoy la afectan”.

En el vídeo se hace una lectura de diferentes números del sueño ecológico, que son comentados desde la realidad local por diferentes voces: indígenas, misioneros y misioneras, representantes del mundo científico, del periodismo, obispos, líderes comunitarios de los pueblos amazónicos. Se destaca la importancia del agua, columna vertebral, que une y armoniza a toda la creación, fuente de vida y esperanza, de buen vivir.

Junto con eso es necesario combatir la deforestación y los incendios, que causan innumerables problemas a nivel global, regional y local, y junto con eso los efectos de la minería legal e ilegal, que se lleva a cabo dentro de los territorios indígenas, algo prohibido por ley, lo que en estos últimos meses ha llevado el Covid-19 para los pueblos originarios, a lo que se une la devastación ambiental. Es necesario que los gobiernos promuevan políticas públicas que defiendan los derechos de los pueblos, algo que promueve el Acuerdo de Escazú.

Indígenas yanomamis

“Todo está conectado en la Amazonía, ese equilibrio de los ecosistemas, donde todas las expresiones vida añaden y contribuyen a las otras, nos permiten también pensar en nuestro futuro”, afirma Mauricio López. Él destaca la importancia de que “se integren los conocimientos ancestrales, la riqueza milenaria de los pobladores originarios, sobre el modo del cuidado, sobre una relación que permita un equilibrio”, algo que debe entrar en diálogo con la ciencia, que permite posibilidades ante un modelo extractivista que está haciendo tanto daño en la Amazonía.

Por eso defiende que “los pueblos originarios tienen que ser consultados al momento de tomar decisiones sobre los proyectos que van a tener impactos en sus vidas”. La posibilidad de mejora de vida debe ir unida a un equilibrio adecuado, de reverencia al pasado, a los ancestros y de proyección al futuro. Los aprendizajes y sabiduría de los pueblos ayudarán a encontrar nuevos caminos para garantizar este sueño ecológico, afirma Mauricio.

Los pueblos indígenas son los guardianes de la Amazonía, que la sienten como su casa y por eso no la pueden dañar. Defender la tierra es motivo de muerte para los indígenas, ante lo que poco o nada se hace. Tenemos que aprender con los pueblos indígenas, pues quien ama cuida, defiende, protege, tiene conciencia de protección. Somos llamados a escuchar la naturaleza, pues Dios nos habla a través de ella, la naturaleza es un regalo de Dios, a la que debemos amar y sentir como nuestra y defenderla, descubrir la Palabra de Dios en ella.

Mons. Rafael Cob

Unirse para cuidar la Amazonía, optar por una pedagogía por el amor a la vida, a la naturaleza, es algo fundamental, ayudando a generar conciencia del cuidado del entorno natural, lo que también es responsabilidad de la Iglesia católica. Un proyecto de ecología integral y de fraternidad universal es fruto de la unión del conocimiento científico con la práctica de los pueblos tradicionales. Eso motivará prácticas de cuidado y respeto con la Amazonía, con la Casa Común y con todas las criaturas.

El sueño ecológico nos ayuda a entender la importancia del agua para la vida y el futuro del Planeta. En el grito de los pueblos amazónicos ante la destrucción de la Amazonía escuchamos una denuncia contra los intereses de unos pocos. Todo eso nos llama a la profecía de la contemplación, en la que podamos defender la Amazonía para protegerla y crear nuevos hábitos y modos de educación ecológica, a preguntarnos cómo nos estamos relacionándonos con el entorno, cómo estamos tomando decisiones que permitan un futuro sustentable, que otras generaciones tengan vida y vida en abundancia.

Eso es algo que debe estar presente en la práctica pastoral de la Iglesia, identificando el grito de los pobres y el de nuestra Hermana Madre Tierra, algo evidente en este tiempo de pandemia, que afecta especialmente a las comunidades más vulnerables y es resultado de la fractura y de la enfermedad de nuestros ecosistemas.

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