En el Día de la Amazonía, los jesuitas reflexionan sobre los desafíos y perspectivas de la misión en la región "Ser guardianes de la creación en estas tierras amazónicas", una misión estratégica para los jesuitas

Amazonía
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“La Amazonía está constantemente amenazada por innumerables actividades depredadoras, que afectan el habitat de la fauna y la flora, pero sobretodo afectan directamente a los muchos pueblos originarios y sus culturas”

Somos llamados a un cambio de paradigma, de estilo de vida, a transformaciones estructurales, sistemáticas, sociales, políticas, económicas

"Evangelizar a las poblaciones amazónicas, convirtiéndolas en protagonistas del cuidado de este don de Dios para el mundo"

"La Compañía de Jesús está muy acostumbrada a mostrar resultados, a la vanagloria sobre sus acciones históricas, más históricas que actuales, y necesitamos ser humildes y aprender de los demás"

Webinar jesuitas
La celebración del Día de la Amazonía ha sido momento para reflexionar sobre el cuidado de uno de los bienes más valiosos de la humanidad: la Amazonía. Los jesuitas de la Preferencia Apostólica Amazonía organizaron un webinar este 5 de septiembre con el tema: "Amazonía como don de Dios al mundo - Desafíos y perspectivas". Participaron del evento los jesuitas Adelson Araujo dos Santos, Vanildo Pereira, Alfredo Ferro y Roberto Jaramillo. Junto con ellos, el Padre General de la Compañía de Jesús, Arturo Sosa, también se hizo presente con un mensaje de vídeo.

Según el Padre Arturo Sosa, “la Amazonía es uno de los patrimonios más valiosos de la humanidad, la Amazonía es un bioma fundamental para el equilibrio ambiental y climático del planeta”. El Día de la Amazonía pretende “crear conciencia sobre la importancia de ese bioma y la biodiversidad que encierra”, según el Padre General de la Compañía de Jesús, que denuncia que “la Amazonía está constantemente amenazada por innumerables actividades depredadoras, que afectan el habitat de la fauna y la flora, pero sobretodo afectan directamente a los muchos pueblos originarios y sus culturas”. En su opinión, “las historia socio-política de la región, las causas persistentes de la desigualdad social, la explotación de la naturaleza, son un desafío en el proceso evangelizador”.

Ante esta realidad, el Padre Sosa insiste en la necesidad de “sensibilizar a la sociedad para cambiar la mirada depredadora sobre la Amazonía, que proviene de enormes intereses económicos nacionales e internacionales”. Como contrapunto, dice que “queremos promover la mirada del buen vivir, que busca potenciar la cultura del cuidado de la naturaleza, incluyendo toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral”. Junto con eso defiende el “abrirse al diálogo con todos sobre el cuidado de nuestra casa común”, afirmando que “es urgente renovar y profundizar el diálogo sobre cómo estamos construyendo el futuro del planeta, qué dejaremos para ésta y otras generaciones”.

Arturo Sosa

El general de los jesuitas afirma que “no existe un desafío ambiental separado del contexto social injusto en el que se desenvuelve la vida de la mayoría. Pensar el medio ambiente es pensar el sufrimiento de los empobrecidos y excluidos, de los que lloran desde el vientre de la Tierra, como los indígenas, quilombolas, ribereños, asentados y los que viven en las periferias de nuestra gran Amazonía”. En sus palabras ha recordado que “el Papa Francisco viene llamando a toda la Iglesia de Jesucristo a colaborar, a ser instrumento de Dios en el cuidado de la Creación, a partir de las experiencias, iniciativas y capacidades de cada hombre y mujer para superar la crisis socio-ambiental”.

Arturo Sosa destaca la importancia de Laudato Sí, del Sínodo para la Amazonía y de Querida Amazonía, que “nos llaman a pasar de la cultura del descarte y de una visión antropocéntrica, a una acción contemplativa, de reconocimiento, defensa y protección de la Amazonía como don de Dios al mundo”. La Preferencia Amazonía es vista por el general de la Compañía como “una misión estratégica de la Provincia de Brasil en su compromiso con el cuidado de la casa común”, considerándola como un servicio itinerante “que nace de la convicción de nuestra fe, de nuestra espiritualidad ignaciana, del modo de ser Iglesia inculturada, ecuménica, en diálogo con las demás religiones y que asume la vocación de guardianes de la creación en esas tierras amazónicas”.

La Amazonía es un lugar teológico, según Adelson Araujo dos Santos, algo que aparece en Querida Amazonía, 57, que presenta la realidad amazónica como epifanía de Dios, como un lugar donde Dios se manifiesta. Este rostro amazónico de Dios está presente en la Creación, en la biodiversidad de la naturaleza, según el profesor de la Universidad Gregoriana. También aparece en los pueblos amazónicos, en las diferentes culturas, etnias, tradiciones y costumbres, así como en las espiritualidades y ritos religiosos de la Amazonía, y en los pueblos crucificados de hoy en día en la Amazonía.

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Siguiendo el método de ver, juzgar, actuar, Adelson Araujo dos Santos se pregunta cómo se está tratando este rostro de Dios en la Amazonía, afirmando que estamos ante un rostro desfigurado, que nos recuerda al Siervo Sufridor del profeta Isaías, ante una Creación que gime en el llanto de los pobres y en el llanto de la Tierra. La preocupación por la Amazonía ya estaba presente en San Pablo VI, quien afirmó que "Cristo apunta a la Amazonía", algo que fue profundizado por el Papa Francisco en Laudato Si y el Sínodo para la Amazonía, con el Documento Final del Sínodo y Querida Amazonía, mostrando una continuidad en el Magisterio pontificio.

Frente a esto, estamos llamados a una gran conversión, que en Laudato Si se concreta en una conversión ecológica. El Documento Final del Sínodo nos dice que esta conversión debe ser integral, y en Querida Amazonia, que el Papa Francisco ve como la resonancia del Sínodo, hay una llamada a una conversión interior, a través del sueño social, cultural, ecológico y eclesial, que no son sueños románticos, ingenuos, sino muy concretos. Todo esto nos llama a un cambio de paradigma, de estilo de vida, a transformaciones estructurales, sistemáticas, sociales, políticas, económicas. La exhortación postsinodal, en el número 15, hace un llamamiento a la indignación, según el auditor del Sínodo para la Amazonía, porque "no es saludable acostumbrarse al mal; es malo dejarse anestesiar por la conciencia social, mientras que una estela de delapidación, incluso de muerte, en toda nuestra región (...) pone en peligro la vida de millones de personas".


La Preferencia Apostólica Amazonia – PAAM, abarca cuatro Núcleos Apostólicos de la Provincia Jesuita de Brasil (Amazonía, Roraima, Acre/Porto Velho, Pará) y tiene, según Vanildo Pereira, una gran diversidad de frentes apostólicas con los pueblos de la Amazonía, trabajo con niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad, servicio en la pastoral parroquial, formación de jóvenes y adultos en la espiritualidad ignaciana, formación en el campo teológico, socio-ambiental, defensa de los derechos de los migrantes y refugiados. Entre estas actividades, se prestará especial atención a la Red Eclesial Pan-Amazónica - REPAM, y al Servicio Jesuita Pan-Amazónico - SJPAM, siempre dentro del llamado a "evangelizar a las poblaciones amazónicas, convirtiéndolas en protagonistas del cuidado de este don de Dios para el mundo".

Vanildo Pereira

El Superior del Núcleo Apostólico Amazonía, planteó los siguientes desafíos: articular iniciativas similares; fortalecer los procesos de resistencia de los pueblos; sensibilizar a la sociedad sobre los problemas amazónicos; integrarse en una red de comunicación panamazónica y en la misión indígena, vinculada al Consejo Indigenista Misionero (CIMI).


Junto con esto, abordó algunas perspectivas, que deben buscar el diálogo interreligioso y la inculturación de la fe y la misión en la Amazonía; una clara opción socio-ambiental en defensa de los pueblos y comunidades tradicionales y el cuidado de la "Madre Tierra"; facilitar y agilizar la vida misionera y la eficacia de la misión; una actitud de despojo para ir a lugares donde otros no pueden o no quieren ir; trabajo en común con los obispos, laicos y laicas; defensa de políticas públicas justas que favorezcan a los pobres y marginados.

La Iglesia de la Amazonía ha acompañado y asistido a las comunidades en este tiempo de pandemia, según Alfredo Ferro, siendo "una Iglesia samaritana" que ha contribuido a la formación de comunidades para el cuidado en este contexto de COVID-19 y ha valorado la sabiduría y el conocimiento tradicional de los pueblos indígenas. El coordinador del SJPAM informó sobre la labor desarrollada por la REPAM y las alianzas con el Foro Social Pan-Amazónico y la Asamblea Mundial de la Amazonia.

Alfredo Ferro SJ


El padre Ferro también habló de los desafíos y perspectivas. Esto debe llevar a estar atento a lo que sucede en nuestros contextos amazónicos, haciendo una lectura crítica y constructiva para hacer visible y denunciar la violación de los derechos humanos, ser una Iglesia profética; cuidar de los pueblos y de la casa común; no desanimarse ante las dificultades; profundizar en los resultados del Sínodo y asumir compromisos concretos; crear redes de comunicación desde los territorios; preguntarse qué significa la conversión pastoral, eclesial, cultural, ecológica y sinodal; construir juntos la Conferencia Eclesial de la Amazonia.


En el campo de las perspectivas, el jesuita colombiano ve la necesidad de tener los pies en la tierra, en las raíces y en los territorios, de ser puente para hacer visibles las realidades y los problemas y de tener un impacto político; de seguir escuchando y exigiendo el respeto de los derechos de los Estados; de entender que no podemos volver a la "normalidad", que tenemos que ser una Iglesia en salida, que escucha y acompaña a los pueblos y a la casa común y construye alternativas con los demás; de impulsar y acompañar la reflexión sobre otra economía, en la perspectiva de la autonomía de los pueblos y el bien vivir.

A nivel de América Latina y el Caribe, los jesuitas están llamados a enfrentar muchos desafíos, según el Padre Roberto Jaramillo, quien los ve como "una repetición ignaciana de lo que necesitamos alimentar cada día con más fuerza para poder contagiarnos de ello". El primer elemento es la conversión, "somos parte de Iglesias hechas por hombres y mujeres frágiles, autosuficientes, orgullosos, egoístas". Para ello, los jesuitas disponen de los Ejercicios, que "tienen que ver con una vida atenta a la voluntad de Dios", insistiendo en promover la conversación espiritual, algo que los jesuitas están llamados a recuperar, tratando de ponerse en una actitud de escucha, discernimiento y seguimiento.

Roberto Jaramillo

Un segundo elemento, según el Presidente de los Provinciales de América Latina y el Caribe - CPAL, debe llevar a fomentar la cercanía a los pobres, a los vulnerables, a hacer camino con las juventudes, en clave de esperanza, a construir un mundo mejor, y a colaborar con los que cuidan la casa común. Junto con esto, un tercer desafío en toda América Latina para los jesuitas es consolidar el trabajo en red, dentro y fuera de la CPAL y de la Iglesia, asumiendo que "el nosotros es tanto o más que el yo". En este sentido, el trabajo en red no es algo más, sino la forma de trabajar, de construir alianzas cada vez más abiertas.

Para ello, según el Padre Jaramillo, se necesita humildad, "la Compañía de Jesús está muy acostumbrada a mostrar resultados, a la vanagloria sobre sus acciones históricas, más históricas que actuales, y necesitamos ser humildes y aprender de los demás, para caminar colaborando con los demás, no sólo los demás colaborando con nosotros”. El Presidente de la CEPAL afirma que la REPAM nos ha ofrecido una oportunidad única en este sentido. Es necesario asumir que en la Amazonía los jesuitas son una minoría, lo que debería ser una oportunidad para abrirse a la ministerialidad en la Iglesia y en la sociedad. Por esta razón, la Compañía de Jesús debe tener "la audacia de promover, apoyar y profundizar la renovación de la múltiple ministerialidad de la Iglesia en la Amazonía".

Webinar Amazonía

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