Dios ama la creación

“Entonad la acción de gracias al Señor, tocad la cítara para nuestro Dios: Que cubre el cielo de nubes, preparando la lluvia para la tierra; que hace brotar hierba en los montes para los que sirven al hombre; que da alimento al ganado, y a las crías de cuervo que graznan” (v 8 y 9).
Aquí el salmista alaba al Señor por su atención a todo lo creado. Esto me lleva a pensar en las primeras páginas del Génesis: “Dijo Dios: produzca la tierra toda clase de plantas: hierbas que den semilla y árboles que den fruto y así fue. La tierra produjo toda clase de plantas: hierbas que dan semilla y árboles que dan fruto. Y Dios vio que todo era bueno" (Gen 1, 11 y 12).El artífice de la creación no puede descuidar su obra, al contrario la mima con esmero. Es una lástima que el hombre al cual el Creador dio la orden de ser el custodio de la misma, descuide esta obra ingente, y en vez de preocuparse por ella, su ambición le lleva, con demasiada frecuencia, a ser un depredador.
El campesino de antaño estaba muy pendiente de la lluvia que hacia crecer sus sembrados, de ella dependía el pan que tenía que traer a la mesa de su familia; esto es lo que proclama la segunda parte del versículo 8: “Hace brotar hierba a los montes, para los que sirven al hombre”. ¡Ojala no perdamos esta actitud del labrador que mira hacia el cielo no sólo para ver si las nubes traen agua, sino para dirigirse al Creador y darle gracias por todo lo creado!Texto: Hna. María Nuria Gaza.