Resucitar en el amor
“Si hemos muerto con Cristo, confiamos en que también viviremos con él. Sabemos que Cristo, habiendo resucitado, no volverá a morir. La muerte ya no tiene poder sobre él. Pues Cristo, al morir, murió una vez por siempre respecto al pecado; pero al vivir, vive para Dios. Así también vosotros consideraos muertos respecto al pecado, pero vivos para Dios en unión con Cristo Jesús” (Ro 6, 8-11).
¿Cómo ayudar a estas personas? Cristo ha venido al mundo para dar sentido a nuestra vida, ha sufrido para compartir nuestro sufrimiento. Con delicadeza y cariño acompañemos a estas personas, si son creyentes, al encuentro con Cristo muerto y resucitado para dar vida y sentido a la nuestra. Él quiere que resucitemos con él no sólo en el último día sino cada día de nuestra existencia.
Orientemos a todos los heridos psicológicos a la reconciliación, este sacramento que nos abre al perdón y al amor. Texto: Hna. Maria Nuria Gaza.