Monja de Nuestra Señora del Calvario y directora del Centro de Protección de Menores y Personas Vulnerables Sor Solange Sahon: "Vale la pena aprender de los errores y las lecciones del pasado" en el tema de los abusos

“Por el momento, en Costa de Marfil no se ha llevado a cabo una investigación como la de la Comisión Sauvé, pero con el compromiso del Centro, esperamos que los daños aquí sean menores”. Son palabras de la hermana Solange Sahon Sia, monja de la congregación de Nuestra Señora del Calvario, directora del Centro de Protección de Menores y Personas Vulnerables (CPMPV, por sus siglas en francés) abierto en 2019 en el Instituto Misionero Católico de Abiyán (ICMA).

“Lo que sí puedo decir es que vale la pena aprender de los errores y las lecciones del pasado. Es seguro que cada vez menos gente piensa que el problema de los abusos sexuales en la Iglesia no es africano, marfileño”, dijo la religiosa y teóloga en una entrevista con La Croix África a propósito de los abusos en la Iglesia católica.

“Con la creación del CPMPV y la implicación de la Conferencia Episcopal de Costa de Marfil en la formación y sensibilización de los sacerdotes, la gestión de los abusos sexuales se abordará probablemente de forma diferente a la adoptada en otros contextos”, aseguró Sahon Sia. “De hecho, uno de nuestros módulos de formación se titula ‘aprender de nuestro pasado’”, detalla. 

La religiosa, primera mujer doctora en teología por la Universidad Católica de África Occidental, sostiene que sería “una doble tragedia” si cada sociedad y cada Iglesia local repitiera los mismos “dolorosos errores” que se han cometido una y otra vez en diferentes partes del mundo. “Es cierto, sin embargo, que en el plano geopolítico y religioso, no se puede hablar de lo que ocurre en Francia sin que repercuta en Costa de Marfil”, añade. 

El balance del trabajo del CPMPV

Preguntada por el balance de las actividades llevadas a cabo en CPMPV desde su creación en 2019, la monja asegura que después de tres años de actividades de formación, de sensibilización, de escucha y de acompañamiento, se puede afirmar que una mayoría de la Iglesia en suelo marfileño es consciente de la problemática de los abusos de todo tipo. Con un equipo de laicos, sacerdotes y religiosos especialistas en campos como la teología, la psicología, el derecho canónico y el derecho civil, el CPMPV forma a los estudiantes de 4º de teología y del máster del Icma. “Además —agrega— formamos a los agentes de pastoral que trabajan en las escuelas y los centros de salud sobre el mismo tema”.

“Hemos realizado varias actividades de sensibilización en más de la mitad de las diócesis del país. En presencia de los obispos y sus presbiterios, también hemos celebrado varias sesiones sobre la prevención de los abusos, formado y sensibilizado a los miembros de las oficinas de informes de las distintas diócesis, y a los supervisores y responsables de los movimientos de niños de algunas diócesis. Recientemente, dirigimos una sesión para los formadores de los noviciados de Costa de Marfil en Bouaké sobre el tema de la prevención de los abusos en la vida consagrada”, explica.

“Pretendemos seguir llegando al máximo número de personas tanto en la Iglesia como en la sociedad marfileña, porque los testimonios recibidos durante nuestras actividades muestran una clara prevalencia de los abusos en el seno de las familias”, sostiene la religiosa, que informa de que también tienen previsto visitar las comunidades cristianas del Norte así como algunos países de la subregión.

Para la monja de la congregación de Nuestra Señora del Calvario, una estrategia recomendable para  tratar este tema, que suele ser tabú en las culturas africanas y más aún cuando hay clérigos de por medio, es comunicar información sobre el abuso. “Durante las campañas de sensibilización —apunta— observamos que muchas personas no eran conscientes de las consecuencias, del trauma de los abusos sexuales. En el clero, animaría a los obispos a introducir sistemáticamente módulos de prevención de abusos en el programa de formación de los seminaristas. También pido que se desarrolle una reflexión en nuestras instituciones, colegios, universidades y comunidades de formación sobre los aspectos culturales de los abusos sexuales para ayudar a las personas a salir de los mecanismos que fomentan la omertá.