Hoy, 10 de enero, hace ya 83 años, nace en Málaga, año de gracia de 1928, un avispado bebé que llegará a ser uno de los más prolíficos y exquisitos columnistas de opinión de nuestro país (más de 16.000 artículos en diarios como Pueblo, Ya, Arriba, Marca, Hoja del lunes, Sur..., y en otras importantes publicaciones del Grupo Correo y Prensa Española, ahora Vocento...
Pero de lo que toca hablar hoy en Religión Digital es del lírico Manuel Alcántara, Premio Nacional de Literatura en 1962, y "una de las voces poéticas más representativas e importantes de Andalucía"(Ortiz de Lanzagorta en "El Dios del mediodía. Fe y creación poética en Andalucía", BAC 1997). Sugerente también la semblanza del poeta malagueño que leemos en la antología religiosa "Hombre y Dios I" (BAC 1995):
"Posee la precisión y la sencillez de un lenguaje directo, pero que siempre apunta al misterio..."
EL TIEMPO EN LA PARED ENCUADERNADO
Como el propósito que guía nuestro trabajo en Nido de Poesía es dar a conocer, al hilo de la actualidad, importantes versos de poetas en castellano, escogeremos, en primer lugar, un hondo soneto que dice relación con el ciclo anual del tiempo. Tomamos nerviosamente las uvas el día 31. Y hemos estrenado calendario el 1 de enero.
Un año menos, otro año más... Todavía recuerdo la popular estrofa que aprendí de pequeño para celebrar el cumpleaños: "Un año más. No mires con desvelo / la carrera veloz del tiempo alado. / Que un año más en la virtud pasado / un paso es más que te aproxima al cielo..." Este, pienso, es el mensaje de un Alcántara con fe; tan preocupado por la muerte como abierto al misterio: que si hemos perdido un año de vida, acaso hayamos ganado algunos escalones de subida al Amor, de aproximación al Banquete de Bodas del hombre con el Dios de la Vida:
EL CALENDARIO
Viene un otoño apenas hilvanado
y una arboleda de papel me cubre;
el tiempo del amor se llama octubre,
para el dolor cualquiera está indicado.
El tiempo, en la pared encuadernado,
entre nombres y números se encubre,
pero siempre, en enero, se descubre
que la broma genial se ha prolongado.
Que la broma de siempre va hacia arriba
que no puede quedar sólo en espera,
en nube más o menos fugitiva.
Que llegaré peldaño tras peldaño,
que el almanaque es sólo una escalera,
una edición de Dios de cada año.
"HÚMEDAS VAN LAS ALAS DE LA TIERRA..."
Se cerró hace unos días la Puerta del Perdón, clausurando el Año Santo Compostelano 2010, que ha atraído a sus benditas piedras a no menos de nueve millones de turistas. El número de caminantes que cumplieron los requisitos para obtener el certificado oficial de peregrino sobrepasan el cuarto de millón.
Se cerró la puerta, pero no se suspendió el orvallo (se dice que Santiago de Compostela es el lugar geográfico de España con mayor tasa de lluvia). De Compostela y lluvia trata el poema alcantarino "Clamor de Compostela". Adivina el poeta un misterioso encuentro entre las altas torres, alas de la tierra, que se empinan hasta tocar el cielo, y las húmedas nubes preñadas de lluvia, que descargan sus inagotables cántaros de agua por cubiertas y gárgolas, convirtiendo en arte romántico y sonoro el devoto fluir de sus rezos.
CLAMOR DE COMPOSTELA
Pájaros de otro tiempo están cantando,
claustro dormido, túnel de las letras.
Sobre su longitud emocionada,
igual que sobre el pecho la vieira,
la esperanza ascendida de las torres.
El aire las rodea.
«Creced, pujad», Gerardo os dijo... Cantan
el constelado amor de Compostela,
levantan por el aire, que es de todos,
el solemne estandarte de la piedra.
Aquí se junta el tiempo con la lluvia
y pierde pie el silencio en la tristeza.
Aquí se moja el alma de la patria
–ciudad de mucha historia y mucha niebla–.
El inseguro prado de las nubes,
los distritos del agua, se le acercan.
Novia del aguacero,
húmedas van las alas de la tierra.
Con los pies en el suelo
sueñan las piedras.
Con los pies en el suelo.
Como todo el que sueña.
"Y DIOS SIGUE JUGANDO AL ESCONDITE..."
Los dos símbolos más representativos de nochevieja y año nuevo son un viejo que se arrincona y un niño, inocente y esperanzado, que nos nace. Tan tremenda metamorfosis no está exenta de cuestionamientos filosóficos y hasta religiosos. Alcántara es un preguntón que no se calla. Bien lo explicitan las autoras de "Hombre y Dios I": "Toda su poesía, aunque arranca de emociones vividas, apunta siempre al problema existencial de por qué estamos aquí y hacia dónde vamos..."
El poema "Dios" es un diáfano ejemplo de esta búsqueda de sentido. Hasta se expresa en él con claridad uno de los más graves problemas de la fe y la razón: el silencio de Dios...
DIOS
Creer en Dios es nieve y se derrite
sobre el hombro cansado de la espera.
Creer en Dios, ¡ay Dios!, qué fácil era,
pero el eco de Dios no se repite.
Dando traspiés el alma, caes y te
levantas, ¡qué remedio!, y ni siquiera
duele. ¿Dónde anda Dios? Si lo supiera...
Y Dios sigue jugando al escondite.
Esperemos. Silencio de Dios suena
en la oquedad del hombre. Siegan hoces
de frío el frágil vuelo de aquel ave
que distraía el paso a la cadena.
Tengo miedo y escucho. Suenan voces.
Serán de Dios. No sé. Cualquiera sabe.
LA FUNDACIÓN MANUEL ALCÁNTARA
NOS REGALA TODA SU POESÍA
El 19 de octubre de 2007 se constituye la Fundación Manuel Alcántara (pulsar aquí para acceder al índice general). El propósito de esta asociación es muy preciso, en palabras del poeta:
"Yo lo que quiero es que la Fundación sea un centro donde vayan amigos y se mueva la cultura, no eso que llaman el culto a la personalidad, no, eso es una pamplina. Me gusta que se haya hecho en vida, porque ahora puedo decir gracias."
Después de esta pequeña introducción, tiene sentido enlazar ya, pulsando aquí, con la poesía completa del poeta malagueño, regalo poco frecuente pero muy útil, casi casi necesario. (Los derechos de autor, naturalmente, continúan salvaguardados por la ley de propiedad intelectual.)