Adviento en plena primavera

El papa Francisco va dejando caer en un pausado goteo los nuevos nombramientos episcopales. Fidel Herraez a la sede de Burgos, y Juan José Omella para Barcelona. Estos han sido los últimos nombramientos y ambos llevan el sello de Francisco.


El panorama de sedes a la espera de un obispo queda así: Astorga, Ciudad Real, Jaén, Mondoñedo-Ferrol, Palencia, Vitoria y ahora se suma la de Calahorra y La Calzada - Logroño


Non solum sed etiam


Al igual que en el caso de Cataluña el nombramiento de obispos para las diócesis vascas siempre ha tenido un riesgo de interpretación en clave política. Pero parece que esto puede cambiar con la línea que está marcando el Papa Francisco.
Si bien es cierto que a monseñor Asurmendi no se le pude acusar de injerencia en la vida política, ni cuando se ha pronunciado sobre temas políticos, la sede de Vitoria es una más (la sede madre en su día) de la comunidad cristiana presente en el País Vasco. Y la participación del clero vasco en la vida política de este país durante muchos años ha sido algo evidente. Laudable en algunos momentos y vergonzosa en otros. Uriarte lo reconocía recientemente.

En esas conversaciones de pasillo, “sotto voce” o “de pintxo pote” siguen sonando dos nombres, el de Mikel Garciandía quien, al parecer, cuenta con el apoyo del cardenal Fernando Sebastián. Garciandía nació el 21 de marzo de 1964 en la localidad de Etxarri Aranaz, fue ordenado el 25 de junio de 1995, es actualmente el vicario de la zona de Mendialde, y también entre sus cargos está ser responsable de la Pastoral Vocacional y de la pastoral en euskera, Delegado para el diaconado permanente, Formador del Seminario Diocesano, Profesor del CSET “San Miguel Arcángel” y del ISCR “San Francisco Javier” de Pamplona y Director de la Casa de Espiritualidad “Santa María de Zamartze” de Uharte Arakil.

Y otro de los nombres que suena con fuerza sería el de Angel Maria Unzueta nacido en Durango (Bizkaia) el 4 de diciembre de 1952. Licenciado en Historia (1977) y en Teología (1979) por la Universidad de Deusto de Bilbao. Se ordenó sacerdote en el 27 de agosto de 1979. Años más tarde, se doctoraría en Teología en la Facultad de Teología Católica de la Universidad de Ruhir, en Bochum (Alemania, 1993). En la Diócesis vizcaína ha sido coadjutor de la parroquia de Ermua (1979-1986), delegado de Pastoral Vocacional (1986-1989), formador del Seminario (1993-1997), Vicario Episcopal Territorial de la Zona Uribe-Costa (1997-). Es colaborador del Instituto Diocesano de Teología y Pastoral. Desde el 2006 es el Vicario General de la Diócesis de Bilbao.

Otros nombres han ido sonando para completar esa terna que ha llegado a más que sexta.
Hasta aquí los datos de aquellos candidatos que entre pasillos se comentan con más fuerza.
Lo que sí se espera es que el nombramiento para Vitoria será tan meditado por Francisco como están siendo todos los anteriores.

Algunos comentan que D. Miguel ya sabe donde comerá el turrón estas Navidades y que el secreto pontificio le hace esbozar una sonrisa silenciosa.

Sea como fuere ya queda menos para la llegada del nuevo prelado a Vitoria, quizá el adviento sea el tiempo litúrgico que nos depare una buena nueva. Tiempo de Adviento en plena Primavera de Francisco.

Y como me decía hace poco un amigo sacerdote "que venga el que tenga que venir, pero que sea listo y santo. Ah y que tenga paciencia". (Tampoco es pedir tanto ¿no?)
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