"Si en otro tiempo a los cristianos se les reconocía porque se amaban entre ellos, ahora se critican" La deuda del cristiano con Jesús

La 'procesión' ultra de la Inmaculada
La 'procesión' ultra de la Inmaculada FB

"Está floreciendo cierto catolicismo que se olvida de lo elemental del mensaje del Evangelio, como si quisiera desechar la buena noticia y dar la suya propia"

"Observando los temperamentos de esos lobbys que funcionan como compartimentos estancos y que suponen una especie de contrapropuesta a lo que dijo el Papa Francisco de una Iglesia abierta, volviendo a encerrar a los creyentes en el templo y en un carisma determinado, exiliando a los demás hermanos en la fe a un nueva patria repartiendo pasaportes, levantando fronteras entre gentiles y conversos"

Pablo d´Ors acuña un nuevo término en su obra Devoción para referirse a los cristianos, una deconstrucción del apelativo histórico normalmente utilizado. Usa una acepción que busca hacer referencia verídicamente al objetivo de tardo-discípulos que vinieron después de los primeros hermanos: imitar a Cristo. San Pablo en su primera carta a los Corintios impera a “sed imitadores de mí, así como yo de Cristo”. Ando preocupado, me inquieta durante los últimos tiempos como nos hemos olvidado de que la clave de nuestra fe, más allá de creer en la resurrección de los muertos, se fundamenta en la imitación de la figura de Jesús. 

Javier Cercas se recrea en el misterio de la vida eterna en su última novela El loco de Dios en el fin del mundo, ahonda en aquello en lo que como dijo el propio San Pablo, de ser mentira haría vana nuestra fe. Sin embargo, Cercas descubre, sin saberlo, de manera providencial quizá, la inspiración elemental al principio de su obra cuando promete desentrañar el quid de la cuestión existencial en la última página.

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“Por lo demás, la Iglesia católica no es sólo pederastia y abusos sexuales y opiniones ultramontanas, fruto de una visión del mundo ultramontana, sino cosas muchísimo peores: su historia abarca miles de años de guerras santas e incinismos colosales. Esto no es una opinión; es un hecho; pero también es un hecho que la Iglesia católica es Jesucristo, Pablo de Tarso, Agustín de Hipona, Francisco de Asis, Tomás de Aquino, Teresa de Ávila y miles de misioneros que ahora mismo están peleando en todo el mundo para abrigar a los muertos de frío y dar de comer a los muertos de hambre”.

Retiros de Emaús
Retiros de Emaús

Algunas de las personas más justas que han pasado por la faz de la tierra tenían una cosa en común: eran católicas. No actuaban así por mera inercia pagana y descreída, sino por la fe en que Jesús no sólo fue el hijo de Dios sino el mayor referente de la historia. El Hombre con mayúsculas que perdonó a los que le asesinaron, abrió a todos sin distinción las puertas de su patria nómada espiritual. 

Está floreciendo cierto catolicismo que se olvida de lo elemental del mensaje del Evangelio, como si quisiera desechar la buena noticia y dar la suya propia. No es más que el fruto de un germen del que ya alertó Joseph Ratzinger antes de ser Benedicto XVI en su texto Nuevo paganismo e iglesia , escrito en el que hace toda una analogía entre el fariseísmo de los tiempos de Jesús con un actual “paganismo que está dentro de la Iglesia”.

Pintas de grupos ultracatólicos al lado de la sede de la CEE
Pintas de grupos ultracatólicos al lado de la sede de la CEE RD/JL

Determinados movimientos, a veces parecen más afines a esas estructuras que a su propia fe, o mejor dicho, es como si esa creencia estuviese sustentada únicamente en dichos elementos o grupos que no deben de ser más que un vehículo que nos lleve hasta el mensaje primitivo.

Observando los temperamentos de esos lobbys que funcionan como compartimentos estancos y que suponen una especie de contrapropuesta a lo que dijo el Papa Francisco de una Iglesia abierta, volviendo a encerrar a los creyentes en el templo y en un carisma determinado, exiliando a los demás hermanos en la fe a un nueva patria repartiendo pasaportes, levantando fronteras entre gentiles y conversos. Contradiciendo incluso a San Pablo en su carta a los Gálatas (3:28) “no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer, sino que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”.  

El mensaje central ha quedado transfigurado, olvidado, dejando al libre albedrío la interpretación de lo que es ser otro Cristo. San Josemaria Escrivá de Balaguer escribió “esos -decía con pena- no tienen inteligencia de Cristo, sino careta de Cristo… Por eso carecen de criterio cristiano, no alcanzan la verdad, y no dan fruto. No podemos olvidar, los hijos de Dios, que el Maestro anunció: quien vosotros oye, a mí me oye… Por eso… hemos de tratar de ser Cristo; nunca caricatura de Él”. Vivimos unos tiempos en los que determinados colectivos están inmersos en una cámara del eco en la que creen estar acercando almas a la fe pero, sin embargo, las terminan alejando por qué si en otro tiempo a los cristianos se les reconocía porque se amaban entre ellos, ahora se critican.  

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